martes, 9 de octubre de 2007

Cortos de David Lynch: Surrealismo en estado puro.

David Lynch, director de cine estadounidense, conocido por ser un realizador sumamente surrealista, con obras difíciles de interpretar, que dejan al espectador preguntándose; ¿Qué diablos quería comunicar este tipo?. Sin duda, un director que posee un sello bastante personal y reconocible. Según el mismo Lynch, le gusta que el espectador piense, que saque sus propias conclusiones acerca de lo que esta viendo. Además, demuestra cierta fascinación por el mundo de los sueños, que se ve plasmado en la mayoría de sus films, los cuales están construidos como si fueran sueños o pesadillas en la mayoría de los casos.

Al ser pintor además de director de cine, la estética es un tema que para Lynch tiene suma importancia. La atmósfera del film la crea no solo con colores, sino que ocupa la decoración, el vestuario, el maquillaje, la fisonomía de los actores e incluso la música, música que generalmente esta a cargo de su colaborador habitual, Angelo Badalamenti.

Su primera incursión en el cine fue con el corto “Six Figures Get Sick” (1966). El único motivo que tuvo para realizar este corto, fue “para ver como se mueve una pintura”, por lo tanto si se le quiere dar una lectura más allá de la simple idea que origino la obra, queda exclusivamente a gusto del espectador. En este film, se muestra seis cabezas esculpidas que arden y vomitan una y otra vez. Según Lynch, la cabezas se convierten en estómagos que arden y vomitan, imagen que se repite seis veces. Todo esto esta acompañado por un molesto ruido de sirena que hace más incómodo la visualización de este corto, que le valió un premio al director, el cual le sirvió para realizar su próximo trabajo “The Alphabet”.



En “The Alphabet” (1968), Lynch plasma mediante una combinación de secuencias animadas y reales, el miedo asociado al aprendizaje. Aquí se muestra a una chica, que esta teniendo una pesadilla con las letras del abecedario, donde escucha a niños cantando el “ABC” y ve como letras forman una figura femenina entre otras cosas. Visualmente perturbador, acompañado de sonidos terroríficos (nuevamente integra el sonido de sirena que da una sensación de angustia), un mensaje que no queda muy claro a simple vista y que claramente muestra el gusto por el lado oscuro del mundo onírico que posee Lynch.
Si vemos este film de forma profunda, podríamos concluir que el miedo al que se hace referencia, es el miedo al conocimiento. Mientras más conocimiento adquirimos, más preguntas van surgiendo acerca de como funciona el mundo que nos rodea, y con esto, más es la angustia e impotencia que nos provoca el no saber como responder estas preguntas.


En los cortos siguientes que serian “The Grandmother” (1970) y “The Amputee” (1974), Lynch mezclaría miedos inconscientes, problemas físicos y escenarios dignos de una pesadilla.
En 1988 realiza “The Cowboy and The Frenchman”, una comedia absurda en la cual, un grupo de cowboys confunde a un francés con un alienígena. Luego de superado el malentendido comienzan un extraño intercambio cultural. Aunque es una comedia no es menos extraña que otras de sus obras.

Ya en el 2002, Lynch realizó dos mini series bastante bizarras. La primera llamada “Dumbland”, es una serie animada de 8 capítulos, realizada en blanco y negro, con dibujos muy rústicos, donde se ve a una familia más que disfuncional, conformada por una madre histérica, un padre violento y grosero que odia todo lo que lo rodea y al hijo que comenta los excesos del padre. Los capítulos se caracterizan por poseer un humor muy negro y estar repletos de situaciones absurdas y violentas.

Por el otro lado estaría “Rabbits”, serie aún más bizarra que la anterior, en que se muestra a tres personas en una habitación vestidas con trajes de conejo, las cuales rara vez intercambian palabras y de hacerlo por lo general son cosas sin sentido. Todo esto acompañado de una ambientación bastante tenue, un único plano y la música de Angelo Badalamenti que ayuda de gran forma a la sensación de agobio que producen estos cortos. Los siete capítulos que componen esta serie, tiene la particularidad de tener risas y aplausos de un publico imaginario, lo que hace de “Rabbits” una experiencia bastante delirante.
Recomendado para fanáticos a toda prueba de David Lynch debido a que los 7 episodios que la componen suman tres cuartos de hora de demencia cinematográfica.



por Fantomas.

1 comentario:

Diego Faraone dijo...

Buenísimo el blog. Faltaron "Darkened room" y el corto del filme colectivo que dura unos segundos y que ahora no me acuerdo el nombre. Yo hice otro post sobre el mismo tema en mi blog.

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