martes, 10 de marzo de 2009

Amarcord: ¿Recuerdos o productos de una vívida imaginación?.

“Amarcord” (1973), es una cinta semiautobiográfica con toques de comedia, dirigida por Federico Fellini, y escrita en conjunto con Tonino Guerra. El film está protagonizado por Magali Noel, Bruno Zanin, Pupella Maggio y Armando Brancia.

Descripción de la vida cotidiana de la gente de un pueblo en el norte de Italia durante los años del fascismo, en la década de los treinta.

“Amarcor” es una palabra que en italiano coloquial significa “yo me acuerdo”. El director Federico Fellini buscaba un título y según el mismo cuenta, mientras almorzaba con un amigo escribió en una servilleta la palabra “hammarcord”, la que no tenía significado alguno pero que le recordaba la palabra del dialecto mencionado. Cuando la cinta era solo un proyecto, su nombre era “Hammarcord-L´uomo invaso”, pero al momento de distribuirla quedó reducido a “Amarcord”. Fue estando convaleciente de una grave enfermedad en 1966, que Fellini escribió un ensayo llamado “Mi Rimini”, en el que bosqueja el origen de esta cinta. El director y su co-guionista, Tonino Guerra, se dedican a contarnos anécdotas que pudieron haber ocurrido en un lapso algo mayor a un año, las cuales están reunidas de forma episódica. Una vez terminado el guión, Fellini abandona al productor Turi Vasile que lo había acompañado en “Roma” (1972), y encuentra un nuevo productor en la figura de Franco Cristaldi, quien consigue que la Warner Brothers logre financiar parte del proyecto.

La cinta se centra en una familia típica de la época que bien podría tener más de una referencia autobiográfica (aunque con Fellini esto nunca es seguro). Dicha familia está compuesta por Aurelio (Armando Brancia), un trabajador anti-fascista que se convirtió en constructor, logrando así tener una situación económica más bien buena; su esposa Miranda (Pupella Maggio), una mujer histérica que responde al estereotipo de la madre italiana típica, la cual adora a sus hijos y al inútil de su hermano; Lallo, más conocido como Il Pataca (Nando Orfei), un gigoló que utiliza su uniforme fascista para conquistar turistas nórdicas; y Titta (Bruno Zanin), un personaje que es usualmente identificado con el mismo Fellini, pero la verdad es que está basado en uno de los mejores amigos que el director tuvo durante su adolescencia. La familia también incluye a una sirvienta, otro hijo, el tio Teo (Ciccio Ingrassia), quien se encuentra internado en un asilo mental, y el abuelo de Titta (Peppino Ianigo), cuya vida se encuentra dominada por sus fantasías sexuales.

El resto de los personajes que componen esta cinta son un grupo de figuras que bien podrían haber salido de una tira cómica. Tanto los compañeros de clase de Titta como sus profesores, son claramente caricaturas que no pretenden representar de manera realista el mundo provincial. Incluso las figuras que obviamente están ligadas al régimen (el jerarca fascista local y el federale que visita el pueblo el 21 de abril para celebrar sus orígenes “romanos”) responden a esta representación caricaturesca. Otros personajes del pueblo son una ninfómana llamada Volpina; Giudizio, el idiota del pueblo; Gradizca (Magali Noël), el objeto del deseo de todos los hombres del pueblo, en especial de Titta; un cura llamado Don Balosa, quien parece estar más preocupado por el hábito de la masturbación de los jóvenes que sueñan con Gradisca, que por los pecados realmente importantes; el dueño del Cinema Fulgor, quien se hace llamar “Ronald Colman” en homenaje al cine americano, que no es más que la fuente de las fantasías de los habitantes del pueblo; y un curioso abogado que frecuentemente se dirige a la cámara para proporcionarle al espectador algún tipo de explicación acerca de ciertos sucesos que ocurren en el lugar.

Para mostrar el flujo de la vida tal cual es, el director ocupa este coral de personajes donde todos (y a la vez ninguno) son el protagonista. Esta enorme cantidad de personajes confluyen en un par de ocasiones: durante la celebración de la venida primavera, cuando todos se reúnen con el federale para celebrar el aspecto “romano” del estado fascista, y cuando todo el pueblo decide embarcarse para presenciar el paso del Rex, el gran transatlántico que durante el régimen fascista conquistó todos los records de velocidad en los cruces entre Italia y Norteamérica. Entre estos acontecimientos, Fellini nos presenta las vidas privadas de estos personajes, junto con exponer como sus actividades grupales están determinadas por el estado fascista en el que están inmersos. Para el director; “el hecho de vivir en un estado que tiende a la represión tiene como consecuencia de que las personas no logren desarrollar características individuales, solo defectos patológicos. Todos aquellos acontecimientos en los que el pueblo se reúne, son siempre ocasiones de total estupidez. Son solo rituales que los mantienen a todos juntos. Dado que ninguno de ellos posee un real sentido de responsabilidad individual, no tienen la fuerza para no formar parte del ritual”.

Fellini en más de una ocasión ha expresado su disgusto por las ideologías de cualquier tipo (las cuales él parece definir como una mentira diseñada para confundir a la gente común y corriente). Su rechazo hacia las instituciones autoritarias y sus ideas, se remonta a su infancia, vivida en medio del régimen fascista que gobernó en Italia. Durante los años formativos de Fellini, el gobierno fascista intentó con gran éxito y apoyo popular, regimentar prácticamente todos los aspectos de la economía, la política y la vida cultural de Italia. Incluso luego de la caída del régimen fascista y el establecimiento de una república democrática en medio de la liberación por parte de los aliados en Italia, las fuerzas dominantes que luchaban por el control del país representaban todo menos las filosofías liberales democráticas que supuestamente intentaban imponer. Todo esto dejó una huella en el director, la que se tradujo en que sus cintas presentaran temas relativos a la liberación del individuo de la red moral y las convenciones sociales en las cuales él creía, o más bien en las que él piensa que cree, las que inevitablemente lo limitan en todos los sentidos. Su creencia en la dignidad e incluso en la nobleza del ser humano, deriva en que Fellini no intente pregonar una formulada doctrina política, sino que más bien una clara aversión a todas las formas de control autoritario.

Fellini una vez definió a “Amarcord” como: “La historia sucede en lo que podría ser cualquier región de Italia en los treinta, bajo el control de la Iglesia y el Fascismo. Es el relato de la floja, impenetrable y encerrada existencia de las provincias italianas; de la perezosas, las poco visionarias y más bien ridículas aspiraciones enterradas ahí; la fascinante contemplación del mítico Rex mientras navegaba, inaccesible y inútil; el cine americano con sus falsos prototipos; del 21 de abril, el nacimiento de Roma. He aquí, fascismo, el entorpecimiento de la inteligencia, un condicionamiento que sofoca la imaginación y cualquier tipo de autenticidad. Porque el film es la historia de un pueblo, una metáfora de enclaustramiento que refleja todo lo que el fascismo fue, la forma de ser un fascista tanto psicológica como emocionalmente, por lo tanto, ser una persona violenta, ignorante, exhibicionista y pueril. Yo considero al fascismo como una degeneración a nivel histórico de una temporada individual (que es la adolescencia), donde el joven se corrompe a sí mismo y prolifera con la habilidad de evolucionar y convertirse en adulto... el fascista existe en todos nosotros. No podemos combatir en su contra sin identificarnos con nuestro ignorante, insignificante e impulsivo ser”.

“Amarcord” es una película con una construcción compleja, en la que Fellini disfraza la realidad transformándola en algo mucho más espectacular, donde las secuencias se suceden sin descanso, intercalando momentos hilarantes con otros más bien tristes o patéticos, acontecimientos de tipo colectivo con otros de carácter más individual, todo esto siempre teñido con toques de erotismo, sentido del humor y algo de magia, como si se tratara de un sueño. La fotografía de Giuseppe Rotunno y la excelente banda sonora de Nino Rota, son piezas fundamentales de la atmósfera nostálgica y onírica que construye Fellini. Por último la utilización de actores poco conocidos, ayuda a que el espectador se identifique más fácilmente con ellos. La película contiene un montón de escenas inolvidables y momentos maravillosos. “Amarcord” a fin de cuentas no pretende ser propaganda anti-fascista, sino que más bien podría definirse como el mundo donde todos nuestros recuerdos más importantes, nuestros miedos y represiones, nuestros sueños no cumplidos, y nuestra imaginación confluyen para maravillarnos. La historia se presenta como un capítulo de una vida, de cualquier vida, que Fellini deja abierto para que nosotros ingresemos en el curioso y entrañable mundo de los recuerdos.



por Fantomas.

6 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Enorme película. Preciosa, divertida, nostálgica... una maravilla.

¡Suerte con tu nuevo blog!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

La verdad es que no he visto nada del señor Fellini, quizás porque nunca me interesaron demasiado las historias que contaba en sus films. De todas formas, me has abierto el apetito para, por lo menos, echarle un vistazo a esta.

Saludos ;)

Dr. Quatermass dijo...

Me parece una película fantástica, aquí un review de ella en mi blog
Saludos!

Rey Nova dijo...

Va a ser que la vi hace años, aunque esto sea mucho decir pues no le presté demasiada atención. Tras revisar hace poco el corto "Toby Dammit" de las "Historias extraordinarias" me ha surgido algo de interés en Fellini, realmente un director muy particular. Ya veremos. Saludos.

Anónimo dijo...

Genial esta película que comentas, puro Fellini. Todo un derroche de imaginería: La estanquera, la carrera, la plaza, el colegio, el "rebaño" de señoras.... uf! No tiene desperdicio!

Visitaremos ese nuevo blog, saludos!

Anónimo dijo...

Una maravilla universal, entrañable y nostálgica, llena de escenas memorables, escenas que ya forman parte de la historia del séptimo arte.
Cine en estado puro.
Un abrazo compañero.
http://pablocine.blogia.com

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