jueves, 21 de agosto de 2014

On Her Majesty´s Secret Service: Bond y su momento de mayor fragilidad.

“On Her Majesty´s Secret Service” (1969), es un film de acción del director Peter R. Hunt, el cual está protagonizado por George Lazenby, Diana Rigg y Telly Savalas.

Tras rescatar a una chica llamada Tracy (Diana Rigg) del supuesto ataque de una pareja de asaltantes, James Bond (George Lazenby) establece un vínculo con ella y con su padre, Marc-Ange Draco (Gabriele Ferzetti), quien es el jefe de un conocido sindicato criminal, debido a que este posee información del paradero del maquiavélico Ernst Stavro Blofeld (Telly Savalas). Bond pronto descubrirá que escondido en medio de los Alpes Suizos, Blofeld planea desarrollar y lanzar una peligrosa bacteria que podría acabar con millones de personas en todo el planeta, y que solo él puede detenerlo.

 

Tras el estreno de “Goldfinger” (1964), los productores Albert Broccoli y Harry Saltzman pretendían continuar la serie con la adaptación de la novela “On Her Majesty´s Secret Service”. Sin embargo, durante el transcurso de los años surgieron una serie de problemas de diversa índole que obligaron a posponer su adaptación. Todo empeoraría con la renuncia de Sean Connery al inicio del rodaje de “You Only Live Twice” (1967), quien además de estar cansado de interpretar al sofisticado espía inglés, no se encontraba en muy buenos términos contractuales con Broccoli. Ante la inminente posibilidad de perder la pequeña mina de oro que habían descubierto, Broccoli y Saltzman se lanzaron a la difícil tarea de encontrar al reemplazante de Connery. De esta forma convocaron a más de 400 postulantes en un llamado abierto, entre los que se encontraban Roger Moore, Timothy Dalton, John Richardson, Robert Campbell, y un ignoto modelo australiano de 29 años cuyo mayor éxito había sido un comercial de una conocida barra de chocolate, llamado George Lazenby. Curiosamente, Lazenby sería seleccionado para interpretar a Bond básicamente porque mientras estaba audicionando para el rol, golpeó accidentalmente en el rostro al coordinador de los dobles de riesgo, lanzándolo por los aires, dando con esto muestras de su salvaje personalidad. Lamentablemente para el novato actor, lo que podía haberse convertido en la oportunidad de su vida, terminó sentenciando su destino en el mundo del cine. Al hecho de su nula experiencia como actor, se sumó su incapacidad a la hora imitar de forma convincente el acento británico, y el escaso control de su propio ego. Una vez que se transformó en el centro de atención de los medios, Lazenby comenzó a tener problemas tanto con sus compañeros de elenco, como con los productores y el mismo director. Su ego descontrolado también lo llevaría a rechazar un contrato por siete películas, ya que su agente lo convenció de que las cintas de James Bond pronto dejarían de importarle a la audiencia, razón por la cual debía privilegiar su participación en otro tipo de producciones, como por ejemplo los cada vez más populares Spaghetti Western. Eventualmente, la crítica destrozaría a Lazenby, y este se vería obligado a pasar el resto de su carrera participando en cintas de bajo presupuesto tanto en Europa como en Asia.

A diferencia de la gran mayoría de los films del popular agente secreto, en “On Her Majesty´s Secret Service” Bond se convierte en el motor que impulsa la trama, y no en un mero vehículo cuya función principal es llevar al espectador de una glamorosa locación a otra. En esta oportunidad, Bond se encuentra en medio de la Operación Bedlam, cuyo objetivo es capturar al genio criminal Ernst Stavro Blofeld. Sin embargo, el espía británico se ve obligado a hacer un alto en el camino para rescatar a una joven que está a punto de ahogarse en el mar. Dicha joven se llama Tracy di Vicenzo, y es la alocada hija del respetado jefe del sindicato criminal de Córcega, Marc-Ange Draco. Curiosamente, dicho acontecimiento servirá para que Bond y Draco establezcan un curioso acuerdo; según Draco, Bond es el único hombre capaz de encaminar a su hija, por lo que lo incita a conquistarla con la promesa de que no solo va a pagarle un millón de libras esterlinas si logra su cometido, sino que además lo ayudará a dar con el paradero del esquivo Blofeld. A medida que el romance avanza y Bond gradualmente comienza a enamorarse de Tracy, este descubre que puede acercarse a Blofeld a través de un genealogista llamado Sir Hilary Bray (George Baker), quien ha sido contratado por el criminal para que certifique un supuesto título nobiliario que posee. A sabiendas de esto, Bond asume la identidad de Sir Hilary Bray y se dirige a los Alpes Suizos, donde Blofeld aparentemente maneja una clínica que se dedica al tratamiento de las alergias. Sin embargo, 007 pronto descubrirá que el verdadero plan del líder de S.P.E.C.T.R.E. consiste en utilizar a sus jóvenes y hermosas pacientes para dispersar a nivel mundial un virus de infertilidad, a no ser que se le otorgue un perdón total por todos sus crímenes pasados y se le valide el título nobiliario que tanto ansía tener.

 

“Esto nunca le pasó al otro tipo”. Esta línea de diálogo, dicha por el James Bond interpretado por George Lazenby al inicio del film, en gran medida resume lo que representa “On Her Majesty´s Secret Service” dentro de la popular saga del agente británico. Entre otras cosas, en esta oportunidad Bond utiliza disfraces ridículos, se deprime cuando es reprimido por M (Bernard Lee), se enamora, coquetea momentáneamente con la abstinencia, y eventualmente contrae matrimonio. Pese a las múltiples diferencias que presenta el Bond de Lazenby con el de Sean Connery, de todas formas la cinta presenta una serie de elementos cuya función parece ser enlazar esta nueva aventura con el resto de la exitosa serie. Para empezar, la secuencia de créditos cumple con exhibir a gran parte de la galería de chicas Bond y villanos que se habían visto hasta entonces. De la misma forma, cuando Bond considera su retiro prematuro, es posible escuchar varias de las canciones utilizadas en los films protagonizados por Connery. Esta yuxtaposición entre el nuevo y el viejo Bond, donde se exponen tanto sus similitudes como sus diferencias, lamentablemente termina dejando al descubierto las falencias interpretativas de Lazenby. Por estos motivos, “On Her Majesty´s Secret Service” usualmente es tratada como una entrada inusual dentro de la serie, no al nivel de “Casino Royale” (1967) o “Never Say Never Again” (1983), pero que de todas formas se convirtió en un momento incómodo para Saltzman y Broccoli, el cual les costaría bastante superar.

Si hay algo que no se puede negar, es que “On Her Majesty´s Secret Service” posee algunas de las mejores escenas de acción de la saga. Además de ser visualmente atractivas, son rápidas, emocionantes, y bastante realistas para estar enmarcadas dentro del pintoresco universo Bond. En gran medida, la razón por la que el director Peter Hunt quiso otorgarle un tono más realista a la cinta, fue debido a que deseaba regresar a las raíces de Bond como espía, ya que sentía que la imagen del icónico personaje había perdido su eje en las últimas cintas de Connery, hasta el punto de volverse un producto propio del género fantástico. Quizás por esta misma razón, en “On Her Majesty´s Secret Service” Bond no es el asesino letal e implacable que es posible ver en las cintas anteriores, sino que es un hombre notoriamente más vulnerable, más humano. Lo que es más importante, es que cada vez que Bond da muestras de alguna conexión emocional durante el posterior transcurso de la saga, es posible trazar paralelos con este film. Por ejemplo, en “For Your Eyes Only” (1981), Bond visita la tumba de Tracy, lo que de por sí es un inusual reconocimiento de la historia pasada del espía, y un signo evidente de que en algún momento se le intentó dar una cierta continuidad a sus aventuras. Por otro lado, en “License to Kill” (1989), Bond de inmediato demuestra una evidente empatía con su amigo Felix Leiter (David Hedison) cuando su flamante nueva esposa es asesinada. Motivado por su propio pasado, el espía británico emprende una violenta cruzada para encontrar a los responsables del crimen.

 

Pese a que el film presenta algunos diálogos absolutamente olvidables, el elenco en general realiza un buen trabajo, con la sola excepción de Lazenby. Y es que el australiano pese a que logra otorgarle un aire de sofisticación al personaje, y se desenvuelve de manera brillante en las escenas de acción, lamentablemente se muestra algo torpe en aquellas escenas en las que Bond expresa algún tipo de sentimiento o conflicto. Al mismo tiempo, es necesario mencionar que George Baker fue el encargado de doblar la voz de Bond mientras este asume la identidad de Sir Hillary Bray, ya que Lazenby jamás logró reproducir de manera creíble el acento del genealogista. Telly Savalas por su parte, logra construir a un Blofeld que es menos escalofriante que el representado brevemente por Donald Pleasance, pero que claramente resulta ser más amenazante físicamente hablando. Por último, Diana Rigg no solo interpreta a quien es probablemente la chica Bond más activa y madura de toda la serie, sino que además por momentos es capaz de opacar al mismísimo 007. En cuanto al aspecto técnico de la cinta, resulta destacable el trabajo de edición de John Glen, quien en conjunto con Peter Hunt, que dicho sea de paso había trabajado como editor en los films anteriores de Bond, le otorgan una dinámica bastante distintiva a la producción en general. Al mismo tiempo, el trabajo de fotografía de Michael Reed, la banda sonora del compositor John Barry, la cual además incluye un tema de Louis Armstrong, y en especial el diseño de producción de Syd Cain, también se encuentran dentro de los puntos altos de la cinta.

Aun cuando la primera mitad de “On Her Majesty´s Secret Service” avanza de manera pausada, el ritmo narrativo se acelera notablemente una vez que Bond se infiltra en la peculiar clínica de Blofeld, donde resguarda a doce bellas jóvenes a las cuales él llama sus “ángeles de la muerte”. Lamentablemente para gran parte de los involucrados en la producción, una vez que esta no obtuvo los resultados esperados a nivel comercial en los Estados Unidos, y la actuación de Lazenby fue ampliamente denostada por la crítica especializada, no tuvieron más remedio que aceptar que sus intentos por construir a un Bond más complejo habían fracasado, y que su participación al interior de la saga había terminado de manera amarga. Con el objetivo de borrar lo más rápido posible de la memoria del espectador la existencia de “On Her Majesty´s Secret Service”, en “Diamonds are Forever” (1971), Broccoli y Saltzman optaron por regresar a la fórmula utilizada en las cintas previas de Connery. Al mismo tiempo, la supuesta venganza que Bond emprende en contra de Blofeld debido a los acontecimientos finales ocurridos en el film de Hunt, solo es explorada de manera superficial en la secuencia inicial de la cinta, para luego ser obviada por completo durante el resto de los encuentros que tiene la dupla de personajes a lo largo del film. “On Her Majesty´s Secret Service” es una cinta injustamente subvalorada, la cual resulta clave a la hora de entender a Bond como personaje, ya que deja explicitado que el espía es algo más que las bellas mujeres, las armas, los artefactos y la misión. Irónicamente, eventualmente Daniel Craig lograría lo que Lazenby desafortunadamente no pudo hacer en su momento, en gran medida debido a que en ese entonces el público no pudo superar el impacto que le provocó la salida del inigualable Sean Connery.



por Fantomas.

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