sábado, 2 de agosto de 2014

The Mercenaries/Dark of the Sun: Un crudo retrato de la Crisis del Congo.

“The Mercenaries” (1968), es un drama bélico del director Jack Cardiff, el cual está protagonizado por Rod Taylor, Yvette Mimieux, Peter Carsten y Jim Brown.

En plena guerra, una banda de mercenarios comandados por el Capitán Curry (Rod Taylor) intentará evacuar a los habitantes de un pueblo del Congo y, al mismo tiempo, impedir que una fortuna en diamantes caiga en manos de las fuerzas rebeldes.

 

En el año 1965, el escritor Wilbur Smith publicó su segunda novela titulada “The Dark of the Sun”, la cual relataba desde la tribuna de la ficción la llamada Crisis del Congo, ocurrida entre 1960 y 1966, y durante la cual Joseph Mobutu llegó al poder una vez que la República del Congo logró independizarse de Bélgica. Cuando los estudios MGM compraron los derechos de la novela, se le encomendó a Ranald MacDougall la tarea de adaptar al guión, aunque finalmente también participó en su elaboración Adrian Spies y Rod Taylor. Ante la imposibilidad de filmar en locaciones en África, el equipo de filmación liderado por el director Jack Cardiff no tuvo más opción que trasladarse a Jamaica. Para Cardiff, su participación en “The Mercenaries” sería una experiencia absolutamente inolvidable. Con respecto a su trabajo en el film, el director declaró lo siguiente en su biografía titulada “Magic Hour”: “´The Mercenaries´ estaba ambientada en el Congo belga pero tuvo que ser rodada en Jamaica, debido a que no pudimos encontrar un tren de vapor adecuado en África, y este era parte vital de la trama. Pese a que era una historia muy violenta, la violencia que ocurrió en el Congo en aquel periodo fue mucho peor de lo que yo podía plasmar en el film; mientras investigaba el tema encontré documentos tan repulsivos que me dieron nauseas.”

“The Mercenaries” está ambientada en plena Rebelión Simba ocurrida en el Congo en 1964. El Congo acababa de salir de un periodo brutal durante el cual lograron independizarse de Bélgica. Sin embargo, tras su independencia, las diferentes provincias del país africano entraron en una guerra de secesión, en la que al mismo tiempo que las tropas de las Naciones Unidas intentaban instaurar un gobierno centralizado, mercenarios de distintas nacionalidades se dedicaban a luchar por los líderes regionales. Al poco tiempo que este conflicto terminó, estalló la Rebelión Simba. Si bien los rebeldes aseguraban que estaban luchando contra la corrupción del gobierno, la verdad es que básicamente estaban asesinando a todos los ciudadanos congoleses que desde su punto de vista habían sido “occidentalizados”, al mismo tiempo que se dedicaban a aterrorizar a los europeos que habían decidido quedarse en el Congo. Ante esta situación, el gobierno del Congo se vio obligado a utilizar mercenarios para liderar y entrenar a los militares congoleses, para así terminar con la rebelión. Es aquí donde “The Mercenaries” comienza. El Capitán Curry y su fiel compañero, el Sargento congolés Ruffo (Jim Brown), son contratados por el gobierno para liderar una misión cuyo objetivo es rescatar a un grupo de colonos europeos que viven en un pueblo remoto. Sin embargo, su verdadera misión es la siguiente: recuperar cincuenta millones de dólares en diamantes sin cortar, los cuales serán utilizados por el Presidente Ubi (Calvin Lockhart) para mantenerse a flote y acabar con los Simbas. Para cumplir dicha misión, la dupla tendrá un plazo de 72 horas. Si lo logran, recibirán una recompensa de 50.000 dólares.

 

Con la ayuda de 40 de los mejores soldados del ejército del Congo, un simpatizante Nazi llamado Henlein (Peter Carsten), y un brillante pero alcohólico médico llamado Wreid (Kenneth More), Ruffo y Curry emprenderán una odisea en la que constantemente se verán enfrentados a la amenaza de posibles ataques por parte de los despiadados rebeldes. Junto con esto, Curry tendrá que lidiar con la amenaza que significa la figura de Henlein, quien evidentemente sabe de la existencia de los diamantes. Curiosamente, el primer enfrentamiento serio entre ambos hombres es provocado por una mujer llamada Claire (Yvette Mimieux), a quien el grupo liderado por Curry rescata de una granja saqueada previamente por los Simba. Con respecto a esto último, es necesario mencionar que aun cuando la trama de “The Mercenaries” es bastante simple, la complejidad dramática que presenta el film está dada por la interacción entre los protagonistas, específicamente entre Curry y Ruffo. Por un lado está Curry, un soldado norteamericano que aparentemente es feliz tomando el dinero que el gobierno congolés está dispuesto a ofrecerle, y al cual poco le importa la situación que se vive en el Congo. Esto ocurre porque básicamente es un hombre que siente un total desprecio por el mundo, y por la forma en como las grandes potencias privilegian sus propios intereses en desmedro del resto. Esto queda perfectamente explicitado en la siguiente frase mencionada por Curry en un determinado momento de la cinta: “El arma es china, Ruffo, pagada con rublos rusos. El acero probablemente proviene de una fábrica alemana construida con francos franceses. Luego fue traída acá en una aerolínea sudafricana probablemente subsidiada por los Estados Unidos.”

Ruffo por su parte, ahora se encuentra luchando en su país de origen, y a diferencia de Curry, su mayor deseo es lograr que en el Congo opere una sociedad funcional. Aun cuando ambos mercenarios son amigos, en lo que se refiere al conflicto en el que ahora se encuentran insertos, sus posturas son completamente opuestas. Ruffo admite que en esta oportunidad su verdadero interés es su país y no el dinero, lo que provoca que Curry se pregunte qué sucedería si se vieran obligados a luchar en lados opuestos del conflicto. “Lucharía contigo. Pero no me gustaría,” afirma Ruffo con evidente amargura en un determinado momento del film. El lazo de amistad que une a estos hombres se vuelve especialmente importante a medida que avanza la historia, ya que la situación a la que se ven enfrentados posibilita la opción de que uno de ellos traicione al otro con el objetivo de sobrevivir. Junto con explorar los matices existentes en la relación entre Curry y Ruffo, “The Mercenaries” también se sumerge en otros temas como el racismo, el genocidio, y la violación de los derechos humanos que en ocasiones cometen algunos gobiernos en nombre de una supuesta democracia. Además de condenar la ideología nazi que orgullosamente reconoce seguir Henlein, el film retrata con un evidente recelo las posturas de los dos grupos envueltos en el conflicto del Congo. Mientras que por un lado se condena la actitud genocida de los Simbas, también se expone que la drástica occidentalización del Congo en cierta medida justifica el violento accionar de un grupo de nativos que parecen no estar dispuestos a que sus costumbres y creencias sean pisoteadas y desechadas de un día para otro.

 

En el ámbito de las actuaciones, Rod Taylor realiza un estupendo trabajo interpretando a un personaje carismático cuyas motivaciones son cuestionables, el cual eventualmente parece encontrar en la difícil misión que se le ha encomendado una oportunidad para redimir todos sus errores pasados. Jim Brown por su parte, interpreta de manera espléndida a un hombre cuya formación es producto de la fusión de dos mundos completamente opuestos, los cuales él espera que puedan convivir en paz. Al mismo tiempo, la química que posee con Rod Taylor es innegable, aun cuando se dice que la relación entre ambos actores tras las cámaras distaba de ser amistosa. A diferencia de la dupla protagónica, Yvette Mimieux y Peter Carsten realizan una labor más bien mediocre. Mientras que el personaje interpretado por Mimieux solo funciona como el interés amoroso de Curry, razón por la cual su inclusión resulta completamente injustificada, Carsten frecuentemente cae en la sobreactuación, por lo que Henlein termina reducido a ser una mera caricatura. En lo que respecta al aspecto técnico del film, mientras que la dirección de fotografía de Edward Scaife es irregular, los efectos especiales a cargo de Cliff Richardson por momentos dejan bastante que desear. Afortunadamente, la banda sonora compuesta por Jacques Loussier es sencillamente perfecta, ya que marca con exactitud el tono pesimista que domina a la historia.

Por otro lado, “The Mercenaries” adolece de algunos problemas de guión, los cuales se evidencian principalmente en la calidad de algunos diálogos, y en la inclusión de determinados hechos cuyo único objetivo parece ser sumarle minutos al metraje. Al momento de su estreno, el film de Jack Cardiff causó bastante polémica por la crudeza de algunas de sus imágenes. Y es que entre otras cosas, “The Mercenaries” incluye escenas de infanticidio, y muestra con lujo de detalles la brutalidad con la que actuaban los Simbas en contra de los colonos europeos, quienes en el film prefieren suicidarse antes de verse violentados sexualmente o torturados por los nativos africanos. Todo esto provocó que la producción adquiriera un seguimiento de culto, el cual se cimentó cuando directores como Quentin Tarantino y Martin Scorsese la nombraron como uno de sus “placeres culpables”. De hecho, el mismo Scorsese mencionó en una entrevista que le sorprendió la inesperada ferocidad del film cuando lo vio por primera vez en 1968. En relación a esto último, pareciera que la gran pregunta que plantea la cinta es: ¿Puede utilizarse la violencia para alcanzar la paz? Curry eventualmente terminará encontrando la respuesta a dicha interrogante, aunque en el proceso ve con impotencia como se convierte en aquello que tanto desprecia. “The Mercenaries” comienza como otra película de acción con altas dosis de violencia, pero en el camino se convierte en una rara subversión del género bélico, la cual no solo expone una serie de temas bastante interesantes, sino que además saca al espectador de su zona de confort para enfrentarlo con las atrocidades que se cometieron en el África post-colonial.



por Fantomas.

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