miércoles, 22 de julio de 2015

The Bat: Cada vez que "El Murciélago" vuela, alguien muere.

“The Bat” (1959), es un thriller de misterio del director Crane Wilbur, el cual está protagonizado por Vincent Price, Agnes Moorehead y Gavin Gordon.

Cuando la escritora de misterio Cornelia Van Gorder (Agnes Moorehead) decide rentar una lúgubre casa en las afueras de Nueva York, cerca de la cual hace un tiempo un criminal conocido como “El Murciélago” cometió una serie de violentos asesinatos, jamás pensó que ella se vería envuelta en una trama digna de sus novelas. Y es que al parecer, el Murciélago está rondando la mansión con intenciones desconocidas, lo cual obligará a la escritora a descubrir el misterio que encierra el lugar antes de convertirse en la próxima víctima del criminal.

 

En el año 1920, Avery Hopwood y Mary Roberts Rineheart estrenaron en Broadway el melodrama de misterio “The Bat”, el cual además de contar con un éxito increíble a nivel comercial, que se extendió durante 867 presentaciones, eventualmente sería adaptado al cine por el director Roland West en el año 1926, y nuevamente cuatro años más tarde bajo el título “The Bat Whispers” (1930), film que en numerosas ocasiones se ha mencionado como una de fuentes de inspiración que llevó a Bob Kane y Bill Finger a crear al icónico personaje de historietas Batman. Aproximadamente treinta años más tarde, el guionista y director Crane Wilbur llevaría una vez más la obra de Hopwood y Rineheart a la pantalla grande, está vez con el actor Vincent Price a la cabeza, quien durante la década del cincuenta había logrado establecerse como una figura importante dentro del cine de terror gracias a su participación en cintas como “House of Wax” (1953), “The Mad Magician” (1954) y “The Fly” (1958). En una entrevista otorgada al programa de conversación “Sinister Image” en el año 1987, Price reveló que la obra teatral “The Bat” lo había aterrorizado cuando era pequeño, y que aceptó el rol en el remake de Wilbur porque pensó que el director sería capaz de revivir la obra y actualizarla de manera eficiente. Sin embargo, en esa misma oportunidad el actor no pudo esconder su desilusión con el resultado final, reconociendo que el mayor problema de la producción era su flojo guion.

En gran medida, “The Bat” relata una seguidilla de allanamientos de morada con consecuencias fatales. La protagonista del film es Cornelia Van Gorder, una escritora de misterio que en compañía de su inseparable criada Lizzie Allen (Lenita Lane), ha decidido rentar una vieja y solitaria casa con el objetivo de encontrar la inspiración necesaria para escribir su próxima novela. El dueño de esa casa resulta ser John Fleming (Harvey Stephens), quien es el gerente del banco local, al cual ha desfalcado en aproximadamente un millón de dólares, los que aparentemente ha escondido en algún lugar del domicilio. Cuando Fleming le revela el crimen que ha cometido a su amigo, el Dr. Malcolm Welles (Vincent Price), durante un viaje de cacería, este último decide sacar provecho de la situación y termina asesinándolo para así poder quedarse con todo el dinero. Desde ese momento en adelante, la vieja casa de Fleming se convertirá en la escena de una serie de allanamientos de morada y de un par de asesinatos, cometidos por un criminal enmascarado conocido como “El Murciélago”, quien posee un largo historial de asesinatos sin resolver. Será responsabilidad del Teniente Andy Anderson (Gavin Gordon) descubrir la verdadera identidad del psicópata, quien no dudará en eliminar a todo aquel que se interponga entre él y el dinero que se esconde en la mansión Fleming.

 

Si algo llama la atención de “The Bat”, es precisamente la apariencia y el modus operandi del principal villano del film. Ataviado con una máscara, un sombrero, y un par de guantes de cuero equipados con unas garras de acero con las cuales les desgarra el cuello a sus víctimas, el criminal merodea de forma constante la mansión de Fleming en búsqueda del dinero que el ejecutivo escondió en el lugar. No contento con esto, el asesino incluso utiliza murciélagos reales para atacar a sus víctimas a distancia, con la esperanza de no tener que intervenir de manera directa en sus muertes. Más allá de las características del “Murciélago”, resulta interesante el hecho de que son varios los elementos que se conjugan en la trama de “The Bat” para darle vida al misterio central de la historia. Además del misterio concerniente a la identidad del criminal, está la interrogante con respecto a la ubicación del dinero, las dudas que genera el enigmático pasado del chofer/mayordomo (John Sutton) de la protagonista, y la posibilidad de que alguna de las mujeres que eventualmente deciden alojarse en la siniestra mansión, pueda estar actuando como cómplice del asesino. Lamentablemente, el misterio central está tan pobremente construido, que de poco sirve que este posea diversas aristas. El hecho de que la cantidad de sospechosos sea limitada, y que la mayoría de estos sean asesinados por el psicópata, provoca que la solución de la principal interrogante del film sea bastante predecible y por ende, que el clímax del relato carezca de real emoción.

Otra cosa que resulta curiosa con respecto a “The Bat”, es la relación que mantiene Cornelia Van Gorder con Lizzie Allen, la cual en varias ocasiones se ha mencionado que presenta un marcado tinte lésbico, aun cuando en la época en la cual se filmó la película la homosexualidad era un tema tabú. Por un lado, Cornelia es retratada como una mujer segura de sí misma, exitosa, y carismática, que ejerce un evidente control sobre quienes la rodean, es especial sobre la fiel Lizzie Allen. A esto se le suma el hecho de que ambas mujeres comparten habitación, y que pasan gran parte de la película vestidas solo con unos camisones para dormir que esconden una cierta sensualidad, considerando que se trata de un par de mujeres de mediana edad. Obviamente reflejan una particular cercanía, que provoca que el espectador al menos considere que su relación va más allá del mero aspecto laboral. Como si el director quisiera reforzar esta idea, en un momento de la historia incluye una peculiar conversación que poco tiene que ver con el desarrollo de la trama, en la cual Lizzie asegura que no hay manera de que alguna vez establezca una relación sentimental con un hombre. Ya en el último acto del film, Cornelia se ve rodeada de tres mujeres, las cuales curiosamente han decidido refugiarse del asesino en la mismísima mansión que acecha noche tras noche. De esta manera, se conforma un escenario cuasi metafórico en el cual las cuatro mujeres vestidas solo con sus camisolas, corren por los diversos pasillos de la casa huyendo de la siniestra figura masculina, la cual se alza como el macho alfa en un mundo donde los hombres son impotentes o sencillamente maquiavélicos.

 

Más allá del buen trabajo interpretativo de Agnes Moorehead, quien al menos construye a una protagonista carismática con una personalidad definida, quien realmente se destaca es Vincent Price aun cuando su personaje es secundario. El hecho de que en un principio se revele como un asesino a sangre fría con un particular interés por los murciélagos, para posteriormente mostrarse como uno de los principales interesados en atrapar al criminal de turno, le otorga una interesante ambigüedad. El resto del elenco realiza una labor que va desde lo correcto hasta lo sencillamente mediocre, lo que le resta relevancia a gran parte de los personajes secundarios. En cuanto al aspecto técnico de la producción, uno de los puntos altos está representado por el trabajo de fotografía de Joseph F. Biroc, quien no solo demuestra un gran manejo de la luz y las sombras, sino que además logra de forma exitosa que los mediocres sets en los que se desarrolla la historia, luzcan lo suficientemente amenazantes como dotar al film de una atmósfera claustrofóbica. Otro de los puntos altos de la cinta es la jazzística banda sonora compuesta por Alvino Rey, la cual lamentablemente a medida que avanza el relato va perdiendo efectividad, ya que la misma pieza musical es reutilizada en incontables ocasiones.

“The Bat” es un pequeño film que posee una serie de elementos interesantes, como por ejemplo su premisa, las actuaciones de Agnes Moorehead y Vincent Price, y la apariencia del asesino, pero que al final del día termina convirtiéndose en un producto fallido debido a que el director no supo explotar todo el potencial que poseía la historia original. Crane Wilbur comete una serie de errores que rayan en lo incomprensible, entre los que se encuentran la inclusión de los personajes interpretados por Riza Royce y Darla Hood, que no aportan en absoluto al desarrollo de la trama, la utilización de pistas falsas que bordean lo insultante, y la formulación de un estilo narrativo cuasi circular en el que determinados escenarios y situaciones se repiten en un loop continúo a lo largo del film. Además de todo esto, el pausado ritmo narrativo que posee la cinta termina exacerbando los errores cometidos por el director, en especial aquellos que tiene que ver con la sumatoria de minutos de metraje a expensas de escenas sin ningún valor dramático. Por último, el tinte teatral que por momentos exhibe la película, provoca que ciertas escenas luzcan algo acartonadas, restándole verosimilitud a un relato donde las coincidencias convenientes están a la orden del día. A raíz de todos estos problemas, “The Bat” termina presentándose como una película recomendable solo para los seguidores de la filmografía de Vincent Price, para los entusiastas por las historias de misterio, y para aquellos espectadores que les despierte cierta curiosidad ver insinuaciones vagas de una relación sáfica entre dos mujeres mayores en una producción de la década del cincuenta.

por Fantomas.

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