
Tetsuya “Phoenix Tetsu” Hondo (Tetsuya Watari) se ha unido a su jefe en la yakuza en su intento por llevar una vida honesta. Sin embargo, cuando el líder de una banda rival los arrastre nuevamente a una guerra de pandillas, Tetsu tendrá que convertirse en un vagabundo con el fin de evitar que su jefe se meta en más problemas.

Básicamente “Tokyo Drifter” relata la historia de Tetsu, un ex-yakuza que junto a su antiguo jefe Kurata (Ryuji Kita), buscan dejar su pasado criminal atrás. Aunque por un tiempo logran su objetivo, Otsuka (Hideaki Esumi), el líder de una banda rival, intenta estafarlos con un negocio de bienes raíces desencadenando un par de asesinatos que amenazan con echar por la borda todos los esfuerzos que Tetsu y su jefe han realizado con el fin de llevar una vida honesta. Para evitarle mayores problemas a su jefe, Tetsu decide responsabilizarse por uno de los asesinatos, tras lo cual comienza a vagar por las calles de Tokio y de distintas ciudades de Japón, dejando atrás su vida y a su novia Chiharu (Chieko Matsubara), la cual es cantante de un club nocturno. Cuando Otsuka y Kurata se percatan del peligro que Tetsu supone para sus planes futuros, aún cuando este está fuera de la ciudad, contratan a un asesino a sueldo para que lo elimine. Con la ayuda de otro asesino renegado, Tetsu intentará sobrevivir lo suficiente como para lograr vengarse de todos aquellos que lo han traicionado. Si bien en el papel la historia parece bastante convencional, en la práctica no lo es tanto.

Perseguido y traicionado, Tetsu se mueve por una serie de escenarios alejados de toda coherencia arquitectónica, tarareando constantemente una pegajosa canción cuya letra no hace más que reflejar el presente del protagonista y los ideales de este. Mediante una lluvia de colores y cromatismos, el director refleja los estados de ánimo de los personajes, lo que supone todo un espectáculo visual. Toda la secuencia inicial en la cual se muestra la reacción de los antiguos colegas de Tetsu a la noticia de que este planea abandonar la yakuza, está filmada en un blanco y negro con un estilo bastante similar a lo visto en la más actual “Sin City” (guardando las distancias claro está). De hecho, dentro de la secuencia se pueden distinguir sólo un par de objetos de color antes de pasar de lleno a las imágenes a todo color. Por otro lado, durante la secuencia del tiroteo final al interior de un club nocturno, no sólo el escenario se viste por completo de blanco (que dicho sea de paso es el color que representa a la muerte en la cultura japonesa), sino que Tetsu también viste un traje blanco, dando a entender que no sólo viene a traer la muerte a sus rivales, sino que también ha comprendido que su vida está marcada por esta, razón por la cual está destinado a vagar por siempre en un mundo frio y hostil donde no tiene cabida alguna.

La banda sonora compuesta por Hajime Kaburagi también cumple un rol importante a la hora de construir la atmósfera de la historia, en especial el tema principal el cual es martillado en cabeza del espectador en varias ocasiones de manera que este queda grabado a fuego en su memoria. Es importante mencionar que Suzuki y el guionista Yasunori Kawauchi, se preocupan de inyectarle el moribundo código de honor de los yakuzas a sus personajes, maquinando con esto un esquema donde todos aquellos que son capaces de expresar lealtad y agradecimiento tienen la oportunidad de escapar con vida, mientras que aquellos que traicionan y asesinan guiados por su codicia inevitablemente son castigados. Este esquema obviamente también sirve para exponer la pugna constante entre tradición y modernidad, tan propia del cine de yakuzas. “Tokyo Drifter” es una película compleja pero realmente disfrutable, cuya calidad técnica y experimentación narrativa la posiciona como una verdadera joya del cine de yakuzas. Sin embargo, para la Nikkatsu en su momento esta película resultó ser todo un dolor de cabeza, ya que debido a su particular estilo no supieron como comercializarla. Suzuki filmaría dos cintas más para el estudio antes de ser despedido por realizar películas “incomprensibles”. Aunque para algunos esta película pueda ser catalogada como tal, la verdad es que comprendiendo la base temática y dejándose llevar por este viaje onírico que nos propone el director, el film se vuelve bastante más amigable, mostrándose como toda una experiencia cinematográfica.
por Fantomas.
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