jueves, 22 de noviembre de 2007

Cine expresionista alemán: El uso de las sombras y la abstracción en la pantalla grande.

El Expresionismo nace a principios del siglo XX en Alemania. Es una corriente artística que busca la expresión de los sentimientos y las emociones del autor más que la representación de la realidad objetiva y que nace debido a la necesidad de los artistas de expresar su disconformidad con la situación existente en su país. En aquella época, el país sufría las consecuencias por un lado, de los condicionamientos impuestos por el Tratado de Versalles, los acontecimientos sociales y políticos producto de los movimientos revolucionarios de los años 1918-1919, la hostilidad de la burguesía nacionalista, la influencia de los grandes industriales, además de la grave situación económica de ese período.

Es por eso que el expresionismo revela el lado pesimista de la vida generado por las circunstancias históricas del momento. La cara oculta de la modernización, la alineación, el aislamiento, la masificación, se hizo patente en las grandes ciudades y los artistas, creyeron que debían captar los sentimientos más íntimos del ser humano. La angustia existencial es el principal motor de su estética. El fin es potenciar el impacto emocional del espectador distorsionando y exagerando los temas. Representan las emociones sin preocuparse de la realidad externa, sino de la naturaleza interna y de las impresiones que despierta en el observador.

El cine expresionista se desarrolló mayormente durante la República de Weimar (1918-1933), o sea durante la primera democracia alemana. La película que abrió las puertas a una producción cinematográfica artística casi inexistente en Alemania y que daría las pautas estéticas y las temáticas que guiaran el camino del resto de los realizadores expresionistas es “El gabinete del Dr. Caligari” (1919) de Robert Wiene.
En las creaciones de la cinematografía expresionista se pueden distinguir dos líneas temáticas diferenciadas que son, el tema de lo fantástico y el drama social y psicológico. En ambas temáticas se representaba la crisis social que se vivía en aquellos años, debido a que en ambos casos es expresa una inestabilidad y angustia existencial, en que queda evidenciada la crisis moral, toma importancia el tema de muerte, aparecen personajes que ejercen algún tipo de violencia física y moral, etc. Los personajes, tal y como sucede en el cine negro se caracterizan por su ambigüedad. Hacer que personajes aparentemente siniestros se revelen como bastante inofensivos es algo que se ve comúnmente en este género cinematográfico.

Otra característica que comparte este género con el del cine negro es que la mayoría de los dramas psicológicos del expresionismo están ligados a la crítica social, donde el pueblo es el protagonista, lo que ayuda al espectador a identificarse más fácilmente con los personajes del film.
La sexualidad ocupa también un lugar importante dentro de las temáticas del género, donde la prostitución, la homosexualidad, e incluso las enfermedades venéreas, son los temas que aborda el cine de le época de forma bastante cruda. En la Alemania de aquellos tiempos la prostitución se hallaba muy extendida, por lo que los cineastas no dudaron en plasmar su visión acerca de este tipo de temáticas.

La escenográfia en el cine expresionista tiene una gran importancia. Por lo general se caracteriza por tener una estética deforme y abstracta, con calles y perspectivas que no tienen profundidad real, no se respetan los ejes verticales, la gran cantidad de direcciones diagonales dan la impresión de movimiento. Lo que interesa aquí es crear la inquietud y el terror. A través de estas deformaciones calculadas, el cineasta dispone de medios que le permiten representar la complejidad psíquica con intensidad.
Los realizadores expresionistas tenían la tendencia o no realizar tomas en exteriores. Sin embargo, “Nosferatu” (1922) de F. W. Murnau, es una excepción a esta “regla” del cine expresionista, debido a que fue realizado en exteriores sin que esto mermara de alguna forma la estética gótica y tenebrosa del género.

En cuanto a la iluminación, se tomó como referencia lo hecho por Mac Reinhardt en sus puestas teatrales, con lo que los directores lograron imprimirle un sello reconocible a sus films mediante la elaboración del claroscuro. La idea era utilizar el contraste acentuado de luces y sombras, iluminando de forma brusca a un personaje o a un objeto para concentrar la atención del espectador, al tiempo que se deja a todos los demás personajes y objetos sumidos en tinieblas.
El método que consiste en destacar, a menudo con exceso, el relieve y los contornos de un objeto o las molduras de un decorado, se convertirá en una característica del expresionismo alemán.
El cine expresionista alemán supo sacar un gran provecho de las sombras para dar connotación de lo amenazante, del presagio siniestro, y en gran medida convertirla en imagen del destino.

Las interpretaciones en estos films tienden a exteriorizan las emociones y las reacciones psíquicas en la forma más exagerada. Esto es debido a la concepción de que el ritmo de un gran gesto se encuentra más cargado de sentido y emoción que el comportamiento natural. Es por esto que cuando se intenta mostrar sentimientos, los actores lo harán de forma bastante extrema, siendo violenta o abrupta en ocasiones, con movimientos mecánicos y en algunos casos se vera un uso excesivo del maquillaje. Ver este tipo de gesticulación puede resultar molesta o absurda para al espectador no familiarizado con este tipo de cine. Sin embargo se debe entender esta deformación expresionista de los gestos como la contraparte de la deformación de los objetos, o sea es el complemento de la estética abstracta de estos films.

El cine expresionista se extingue hacia el año 1926, año en el cual Alemania alcanza una breve etapa de estabilidad económica y política. “Fausto” (1926) de F. W. Murnau y “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang fueron los últimos exponentes del expresionismo en el cine. Luego el cine alemán tendería más al realismo y serian pocos los elementos del expresionismo que se seguirían utilizando en el cine alemán.

Diez films para empezar a familiarizarse con el expresionismo alemán:

- El gabinete del Dr. Caligari (1919) Dir. Robert Wiene
- El Golem (1920) Dir. Paul Wegener y Henrik Galeen
- Las tres luces (1921) Dir. Fritz Lang
- Nosferatu (1922) Dir. F. W. Murnau
- Dr. Mabuse el jugador (1922) Dir. Fritz Lang
- Los Nibelungos (1924) Dir. Fritz Lang
- La última risa (1925) Dir. F. W. Murnau
- El estudiante de Praga (1926) Dir. Henrik Galeen
- Fausto (1926) F. W. Murnau
- Metrópolis (1927) Dir. Fritz Lang

por Fantomas.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Giallo: Más que un simple subgénero cinematográfico.

El giallo nace durante la “era dorada” del cine italiano, a principios de los sesenta. El nombre giallo (amarillo en italiano), proviene de una serie novelas publicadas por primera vez en 1929, por la editorial milanesa Mondadori, cuyas portadas eran de color amarillo. En un principio se trataría de traducciones de novelas británicas de misterio e investigación, estilo Sherlock Holmes y algunas novelas americanas basadas en el modelo ejercido por Edgar Allan Poe. Antes de esa fecha, los italianos no tenían una noción mayor acerca de las novelas de misterio. Ya entre los años 30 y 40, la circulación de este tipo de relatos fue en aumento, a pesar de que Mussolini prohibió las publicaciones de novelas detectivescas americanas, debido a que estas podían ejercer cierta influencia en los “italianos de mente débil”, ya que de cierta forma mostraban los crímenes como un acto casi glamoroso.

No fue hasta un buen tiempo después, que los mismos italianos comenzaron a escribir giallos basados en las obras británicas y las americanas, y no fue hasta después de la guerra que comenzaron a escribir novelas con un estilo propio. El giallo como expresión cinematográfica, no se encasilla en un solo género como las novelas, sino que tiende a abarcar distintos género como la novela policíaca, el horror gótico, el drama, entre otros, siendo menos que un género en el sentido convencional, pero que a la vez es más complejo que un subgénero como tal. Por lo tanto yo lo tratare en este post como un género hecho y derecho.

Se reconoce a la película “La muchacha que sabia demasiado” (1963) del director Mario Bava, como el primer giallo, que cuenta la historia de una muchacha que está de vacaciones en Roma y es testigo de un asesinato del cual no existen pistas ni cadáver, por lo que la policía no le cree a la joven.
Entre principios y mediados de los sesenta, el giallo no se presentaba como un género sólido. Este periodo fue utilizado por diversos directores para “practicar” y mejorar las realizaciones con este tipo de temáticas. La película de Dario Argento “El pájaro con las plumas de cristal” (1969), fue la que puso a este género en la palestra, surgiendo una serie de “imitaciones”, con lo que se mantuvo una cierta popularidad de este tipo de films, hasta principios de los 70.

El giallo presenta tramas que giran en torno a una serie de asesinatos, que por lo general son mostrados de manera bastante detallada y gráfica, que son realizados por un asesino enmascarado y con guantes, que por lo general ocupa algún tipo de arma blanca para efectuar los crímenes, jamás utilizan armas de fuego. Estos son seudo requisitos de estos films. La identidad del asesino u asesinos, es por lo general revelada en la parte final del film. Los protagonistas tienden a verse envueltos en estos crímenes y de una forma u otra, terminan siendo arrastrados a la investigación de los mismos. Los policías envueltos en las investigaciones son mostrados como personajes inefectivos, que no tienen que ver mucho con la resolución de los crímenes pero aún así se adjudican el crédito una vez resueltos los casos. Además puedo agregar que el principal motivo de los crímenes, pareciera estar ligado con algún trauma de la infancia.


En cuanto a sus características técnicas, se utiliza mucho el punto de vista del criminal durante la realización de los crímenes, convirtiendo al espectador en cómplice del crimen. Nos convierte en una clase de voyeristas, no en el estricto sentido de la palabra como es definida en el diccionario (persona que obtiene placer sexual cuando observa a alguien desvestirse o teniendo sexo), sino que en el sentido que hace que sintamos el deseo de mirar como ejecuta el crimen a la vez que nos incita a buscar pistas para descubrir la identidad del asesino, a desenmascarar la verdad detrás de sus actos. Además se hace gran uso del zoom, en ocasiones llega a ser excesivo el uso de este recurso. También existe un gran uso de colores vivos, como el verde, el rojo y el azul, recurso bastante utilizado por directores como Argento o Bava.

Estéticamente podemos apreciar que por lo general existe una preocupación por lograr un ambiente adecuado, por lo general opresivo o misterioso, ayudado en gran parte por los colores ya sea de las locaciones, o los entregados por medio de la iluminación. Se hace uso de objetos como muñecas o maniquíes, que simbolizan la despersonalización del asesino, a la vez de demostrar el estado onírico (una constante pesadilla) en la que se encuentran.


Ya más adentrados en los años setenta, el género sufrió un cambio convirtiéndose en relatos policiales más tradicionales. El inicio de los ochenta, marco el retorno del género como se le conocía en un principio de la mano de directores como el antes mencionado Dario Argento y Lucio Fulci. Esto marco un nuevo periodo de popularidad de estos films, que marco una serie de nuevas producciones de una serie de directores, aunque la calidad de estos no iguala a la calidad de las obras realizadas a principios de los setenta.

Muchas de las críticas a este tipo de films recaen en la falta de coherencia de algunos guiones. Un ejemplo de esto podría ser lo que mencione en el post de “Rojo oscuro” (1975), en cuanto al papel ejercido por la periodista, que la verdad esta totalmente demás y parte de las escenas donde aparece no tiene mayor relación con la trama en si. Más allá de esta queja más argumental que cinematográfica, la gran fortaleza de los giallos reside en la estética y además marcaron y marcan una pauta, para una serie de otros films, donde incluso se le ve como el principal precursor de los “Slasher films", tan populares a finales de los setentas y durante los ochenta, en especial en USA y cuyas mayores diferencias con el giallo residen en que por lo general, las victimas suelen ser un grupo de adolescentes con las hormonas revolucionadas, que el asesino es revelado prácticamente desde un principio y no necesariamente tienen por motivo para sus crímenes algún trauma infantil, sino que algunos matan solo por placer o porque sencillamente son malos. Por lo general estas películas tienen una infinidad de secuelas, como la saga de “Halloween” o “Martes 13” (más adelante postiaré con más detalle acerca de este subgénero del horror).

La invitación a descubrir este género, que en lo personal me gusta bastante, esta más que abierta, en especial a examinar la “época dorada” del mismo. Por lo mismo tal y como lo hice en el post del “cine negro” les adjunto una lista de 10 películas que constituyen un buen punto para comenzar a insertarse en el mundo del giallo.

- La Muchacha Que Sabia Demasiado (1963) Dir. M. Bava
- Blood and Black Lace (1964) Dir. Mario Bava
- Pájaro de las Plumas de Cristal (1970) Dir. Dario Argento
- Lizard in a Woman´s Skin (1971) Dir. Lucio Fulci
- La Tarántula del Vientre Negro (1971) Dir. Paolo Cavara

- 7 Orquídeas Manchadas de Rojo (1972)
Dir. Umberto Lenzi
- Don´t Torture a Duckling (1972) Dir. Lucio Fulci
- Rojo Oscuro (1975) Dir. Dario Argento
- The Psychic (1977) Dir. Lucio Fulci

- Tenebre (1982)
Dir. Dario Argento


por Fantomas.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Film Noir: El mero reflejo de una sociedad convulsionada.

El término Film Noir, empleado por primera vez por un crítico francés llamado Nino Frank en la década de los cuarenta, ha sido tema de discusión durante años entre los historiadores del cine y el público en general. La verdad es que hasta el día de hoy, nadie ha sido capaz de definir a cabalidad las implicancias de dicha clasificación, pero si se han señalado algunas características propias del género, las cuales intentaré describir en el siguiente artículo. Este género cinematográfico nace en los Estados Unidos durante la década de los cuarenta, a raíz de los cambios que sufre la sociedad norteamericana de la época, que no solo comienza a sufrir las consecuencias de la gran crisis económica acontecida algunos años antes, sino que también aquellas ligadas a las Segunda Guerra Mundial. Pese a que a principios de la década, la economía parecía ir en franca recuperación gracias a las medidas adoptadas por el presidente Franklin D. Roosevelt, la corrupción y la delincuencia comenzaron a adquirir cada vez más importancia, aumentado a niveles peligrosos una vez que la guerra finalizó. El deseo de los cineastas de la época por reflejar de la manera más cruda posible la realidad norteamericana de aquel entonces, terminó dando paso al nacimiento del llamado “Cine negro”.

Resulta curioso que siendo que el género no es más que el reflejo de la sociedad norteamericana cubierta por la oscuridad de sus propios actos, haya sido un crítico francés quien acuñó el término “Film Noir”. Sin embargo, esto tiene una explicación lógica. Serían los críticos franceses los primeros en percatarse de algunos aspectos peculiares que compartían gran parte de las producciones norteamericanas, estrenadas en Francia luego de la Segunda Guerra Mundial. Además, estos se percatarían de las similitudes que estas producciones tenían con una serie de novelas publicadas en Francia bajo el rótulo de “Serie Noir”. La mayoría de los títulos enmarcados bajo esta suerte de género, eran traducciones de novelas americanas escritas por autores tales como Dashiell Hammet (“The Maltese Falcon”, 1941), James M. Cain (“Double Indemnity”, 1944), Raymond Chandler (“Murder My Sweet”, 1944), y Horace McCoy (“Kiss Tomorrow Goodbye”, 1950), entre otros. Como era de esperarse, estas novelas reflejaban las preocupaciones estilísticas y culturales de la sociedad norteamericana, lo que rápidamente fue adaptado por los grandes estudios de Hollywood, quienes convertirían a este género en algo más que una moda pasajera.

Así como el nacimiento del Film Noir tiene marcadas raíces literarias, también presenta raíces cinematográficas. La estética del género está fuertemente influenciada por el Expresionismo Alemán, corriente artística que reinó entre las décadas del diez y del veinte. En parte, esto se debe a que el surgimiento del nazismo en Alemania y la creciente oferta de oportunidades laborales en la industria hollywoodense, impulsaron a muchos directores que estuvieron directamente involucrados en este movimiento cultural a migrar a los Estados Unidos, donde eventualmente también integrarían la corriente del Film Noir (Fritz Lang, Robert Siodmak, y Michael Curtiz, por ejemplo). Ellos en gran medida serían los encargados de desarrollar el juego de luz y sombras, y la atmósfera marcadamente psicológica tan propia del género. Por otro lado, también nos encontramos con una fuerte influencia del Neorrealismo Italiano que surgió en la década del cuarenta, cuya autenticidad casi a nivel documental fue empleada por muchos de los realizadores residentes en Hollywood en aquella época. Ejemplos de esta influencia son las cintas “The Lost Weekend” (1945) y “The Naked City” (1948), entre otras.

Teniendo en cuenta el contexto social en el que se gestó el Film Noir, no es de extrañar que muchos de los protagonistas de estos films sean gánsteres o soldados que regresan de la guerra para reinsertarse en la vida civil, los cuales pese a estar en sectores opuestos de la sociedad, de igual forma presentan un grado similar de ambigüedad en su actuar. El arquetipo del criminal que emergió en aquel entonces, apareció en respuesta a la creciente alienación social; a través de una mezcla de ingenuidad y coraje, el individuo común y corriente era capaz de obtener poder y éxito. Debido a lo vacuo de las bases de su éxito, este tipo de personajes por lo general sucumbía debido a tendencias megalómanas. Su destrucción no era más que la consecuencia de sus propios excesos. Sin embargo, este no es el verdadero protagonista del género. Quién aparece como la figura principal del Film Noir, es usualmente alguien común cuya vida se ve afectada por los caprichos de un destino ligado a un universo irracional. Un buen ejemplo de esto son precisamente los soldados que buscan volver a su vida habitual luego de un periodo tumultuoso. Cintas como “Somewhere in the Night” (1946) y “The Blue Dahlia” (1946), son buenos ejemplos de lo antes mencionado, donde nos encontramos con protagonistas cuyas experiencias han alterado su percepción de la sociedad, involucrándolos inevitablemente en situaciones riesgosas y autodestructivas.

Estrictamente ligado con las temáticas del Film Noir, se encuentra el miedo engendrado en la sociedad con respecto a los potenciales daños que podía ocasionar la bomba atómica, y la cruenta persecución sufrida por los comunistas (o personas que fueron acusadas de comunistas sin mayores pruebas) a manos del senador Joseph McCarthy entre 1950 y 1956. Sin embargo, por razones obvias, estas fuentes de inspiración siempre fueron plasmadas de forma sutil, tomando la forma de ambientes donde reinaba la paranoia, y siendo personificadas por personajes que estando alguna vez en control, súbitamente se ven convertidos en fugitivos que deben luchar por su sobrevivencia. Es posible encontrar paralelismos entre la “caza de rojos” dirigida por McCarthy y la acción de ciertos personajes del Film Noir en cintas como “The Sound of Fury” (1950), donde dos secuestradores terminan siendo linchados por un grupo de enardecidos civiles. Cabe decir que el director de este film, Cy Enfield, terminó siendo uno de los tantos personajes hollywoodenses cuyo nombre fue a parar a la famosa lista negra del senador. Por otro lado, alusiones al poder nuclear pueden ser encontrados en dos largometrajes del director Robert Aldrich: “World for Ransom” (1954) y “Kiss Me Deadly” (1955).

Sin importar quienes sean los protagonistas de las historias del Cine Negro, todos tienen una característica en común; cada uno debe lidiar con la oscuridad (o problemas individuales si se quiere) que reside en su mente. Dicha lucha interna, está representada en forma de metáfora con cada callejón, cada ciudad, cada esquina sumida en la más completa oscuridad. Aquellos que participan en estos relatos, son personajes angustiados con su realidad, los cuales muchas veces ni siquiera tienen plena consciencia de que es lo que en verdad los afecta. Esto queda ejemplificado con uno de los diálogos del personaje de Mark Stevens en la cinta “The Dark Corner” (1946): “Me siento muerto por dentro. Estoy atrapado en una oscura esquina, y no sé quién me está atacando”. Esta frase en gran parte captura la esencia de la figura típica del género. Por lo general, los personajes suelen ser “atacados” por una fuerza desconocida que no suele ser un elemento tangible. De la misma forma, el dolor que estos sienten está más ligado al aspecto psicológico que al físico, lo que los lleva a acuñar imágenes distorsionadas de la realidad.


Es tal la magnitud de esta fuerza de naturaleza desconocida, que incluso aquellos personajes que en un principio se muestran optimistas, terminan siendo arrastrados a la “oscura esquina” de la que habla el personaje de Stevens. Abogados, detectives, boxeadores o reporteros, ven con amargura como una serie de circunstancias terminan echando sus planes por la borda, sumergiéndolos por completo en un presente sin esperanza. Precisamente “Night Has a Thousand Eyes” (1948) y “Force of Evil” (1948), son dos cintas cuyos protagonistas si bien en un principio tienen buenas intenciones, eventualmente terminan involucrados en situaciones que se escapan de su control. La soledad a la que son arrastrados estos personajes debido a su complejo estado emocional, y a la frialdad de un entorno que no puede ni pretende entenderlos, muchas veces los lleva a buscar las respuestas en los lugares menos indicados. A raíz de esto, son muchas las cintas en las que se puede apreciar una idealización de la figura femenina, casi como objeto redentor, lo cual le impide a los hombres percibir la deshonestidad de la icónica femme fatale, con quien inevitablemente terminan involucrándose. Esto, inexorablemente lleva a estos hombres a su destrucción. Dicha seguidilla de acontecimientos ocurre en films como “Where Danger Lives” (1950), “Scarlet Street” (1945), y “Angel Face” (1952), entre otras.

En el aspecto propiamente estético, es sabido que uno de los estilos más utilizados por los realizadores de Film Noir es el Claroscuro, donde se juega con los contrastes y la iluminación para realzar determinados elementos. La utilización de dicho estilo estético, no solo está estrictamente ligado a la influencia que ejercieron los directores involucrados en el Expresionismo Alemán, sino que además responde al deseo de reflejar en la ambientación la ambigüedad moral de los temas recurrentes del género. En un cliché del género, se convertiría la toma en la que el rostro de un determinado personaje era cubierto por las sombras, exteriorizando de esta forma su faceta más oscura y pesimista. Cada toma, cada objeto que aparece en este tipo de films, en cierta medida refleja el estado emocional de los personajes, que no dudan en exteriorizar su tangente divorcio con la realidad en la que están inmersos. Como ya había mencionado anteriormente, es común encontrarse con personajes cuya percepción de la realidad se encuentra distorsionada. Dicha visión personal de la realidad, es transmitida al espectador mediante una serie de tomas que solo buscan desorientarlo, traspasándole la angustia reinante en cada uno de los relatos que pertenecen al género.

En cuanto a la estructura narrativa se refiere, el Film Noir se caracteriza por presentar historias complejas, cuya cronología no siempre es lineal. Los flashbacks son herramientas narrativas habituales de un género, que también supo utilizar bien a narradores (tanto en primera persona como en tercera persona), y herramientas más propias del género documental. Un buen ejemplo de esto último es la cinta “Call Northside 777” (1948), docudrama que hace un estupendo trabajo acercando la historia lo más posible a la realidad. Si bien en un inicio fueron las temáticas las que lograron que el Film Noir se posicionara como un género popular entre una audiencia que se sentía identificada con las figuras que aparecían en la pantalla grande, eventualmente intervinieron otros elementos que ayudaron a perpetuar el género una vez que la guerra finalizó. De manera gradual, los grandes estudios empezaron a darle prioridad a otro tipo de relatos, por lo que los largometrajes de Cine Negro pasaron a convertirse en producciones de bajo presupuesto o Serie B. Sin embargo, las cintas del género supieron imponerse a la reducción de presupuesto, demostrando que aún eran un producto rentable y de calidad.

Aproximadamente en 1945, la grabación en los estudios de filmación se sustituyó por el rodaje en locaciones, lo que se puede ver en películas tales como “White Heat” (1949), “T-Men” (1947), y “Thieves´Highway” (1949), entre otras. Este pequeño cambio, además de otorgarle mayor verosimilitud a dichas producciones, les permitió rodar ciertas secuencias estéticamente impresionantes, que hubiese sido imposible lograr en las dependencias de los estudios. Cabe destacar que dichas secuencias, se lograron gracias a los métodos fotográficos perfeccionados a lo largo de la guerra para efectuar reconocimientos aéreos de ciudades que iban a ser bombardeadas. En una industria donde a causa de la guerra y sus consecuencias, se tuvo que ahorrar dinero ya sea reciclando sets de filmación, recurriendo a grabaciones de archivo, y disminuyendo las horas de rodaje, la propuesta técnica y económica del Cine Negro se presentaba como la solución perfecta a sus problemas. Pese a que no existe un consenso acerca de la fecha de inicio y de término del llamado periodó clásico del Film Noir, se cree que este comenzó con el film “Stranger on the Third Floor” (1940), y que terminó en un momento aún indefinido ubicado a principios de los sesenta.


Las razones de la caída del Film Noir son diversas. Una de ellas fue la aparición de la televisión, que golpeó fuertemente a la industria cinematográfica, presentando contenidos similares a un mayor número de personas. Por otro lado, la masificación de los largometrajes a color, dificultaba el mantenimiento de la estética propia del género. Probablemente, el factor que más influenció en la debacle del movimiento, fue el importante cambio sociológico que sufrió la Norteamérica de los sesenta, cuyas preocupaciones económicas y sociales pasaron a ser reemplazadas por un marcado conformismo. Si bien el Film Noir con el transcurso de los años fue mutando, dando pasa a otros subgeneros, es justo mencionar que la gran mayoría de las películas que son enmarcadas dentro del periodo clásico del Film Noir, pretendían no solo evocar de manera consistente el lado oscuro de la sociedad norteamericana de la época, la cual se encontraba dominada por un individualismo y un pesimismo propio de quienes ven con temor su futuro, sino que además se preocupaban de presentar una visión estilizada de una nación disfuncional, que vivió un complicado periodo de transición sumida en una oscuridad de la por momentos parecía que no iban a poder escapar.


por Fantomas.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...