Tezuka comenzaría a dibujar cómics mientras cursaba el segundo año de su educación primaria. Algunos años después, debido a su interés por los insectos y el medio ambiente, adoptaría el nombre artístico de “Osamushi” (una especie de escarabajo). Tezuka vería en el manga un medio que podía ser utilizado para concientizar a otras personas acerca del cuidado del medio ambiente. Con 17 años, y tras sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial, él crearía su primer trabajo serio titulado, “Diary of Ma-chan” (1946), un tira cómica que sería publicada en el Mainichi School Children´s Newspaper. La historia se sitúa poco después del termino de la guerra, y relata las aventuras de la pequeña Ma-chan, quien desea aprender inglés de los soldados norteamericanos que ocupan el país. A esta obra le seguiría “New Treasure Island” (1947), un manga de acción y aventuras inspirado en la novela “Treasure Island”, de Robert Louis Stevenson. En esta ocasión, Tezuka relata como un niño llamado Pete, tras descubrir un mapa de una isla del tesoro, se embarca en un viaje para encontrarla. Sería esta novela gráfica, la cual sería desarrollada utilizando técnicas propias de la animación, la que convirtió a Tezuka en un artísta reconocido en todo Japón, y la que detonaría una fiebre por el manga en su país natal.
Lo primero que uno nota en los trabajos de Tezuka, es el particular estilo de sus dibujos, el cual estaba fuertemente inspirado en el estilo de los primeros films de Disney. De hecho, uno de los mitos que rondan la figura de Tezuka dice que él vió la cinta “Bambi” (1942), más de ochenta veces. Sea esto cierto o no, la sencillez del diseño de sus personajes le permitió a Tezuka comunicar un rango mayor de expresiones y emociones, las cuales iban desde la sorpresa y la emoción que sentía un niño durante su primer viaje al espacio, hasta la desesperación y la frustración que sentían algunos de sus personajes al presenciar la brutalidad de la Segunda Guerra Mundial. Entre las más de 700 series que Tezuka escribió durante su carrera, existen algunos temas que se convirtieron en verdaderas constantes de su trabajo, como por ejemplo; el tema del prejuicio y la intolerancia; la guerra y las consecuencia psicológicas que esta producía en la sociedad; los propósitos y limitaciones de la ciencia y la medicina; los alcances del budismo; el balance entre el hombre y la naturaleza; y el lado oscuro que reside en la mente de todos los seres humanos.
Por otro lado, muchos de los trabajos de Tezuka son relatos de ciencia ficción, generalmente situados en un tiempo futuro, que bien puede ser utópico, distópico o incluso apocalíptico, donde existen ciudades altamente tecnológicas, viajes al espacio, y es habitual ver a humanos conviviendo con robots. Un buen ejemplo de esto es “Metropolis” (1949), uno de los primeros trabajos del autor relacionados con el género de la ciencia ficción. La historia de un detective que debe cuidar a un robot que cambia de género luego de que su creador es asesinado, la cual está inspirada fuertemente en el film del mismo nombre del director Fritz Lang, sería llevada al cine por el director Rintaro en el 2001. “Astro Boy” (1952-68), por otro lado, además de ser la creación más famosa de Tezuka, usa la relación entre humanos y robots para explorar el tema de los derechos humanos, y la friccionada relación entre los seres humanos, temas que también trató en sus relatos relacionados con las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Astro Boy aparecería por primera vez en el manga, “Captain Atom” (1951-52), como un personaje secundario. Sería tanta la popularidad de este personaje y su posterior tira cómica, que a través de los años ha protagonizado un par de series animadas de televisión (de hecho protagonizó la primera serie de televisión animada realizada en Japón en 1963), de las cuales “The New Astro Boy” (1980), fue dirigida por Tezuka.
Otro de los personajes más conocidos de Tezuka es el doctor conocido como “Black Jack” (1973-83). Es sabido que durante un tiempo, Tezuka se sintió bastante atraído por el área de la medicina, al punto que obtuvo el título de doctor en la Universidad de Osaka. Los conocimientos obtenidos durante aquellos años, los volcaría en esta tira cómica la cual relata como Black Jack dedica su vida a combatir de manera ilegal, raras enfermedades utilizando técnicas radicales que rayan en los sobrenatural. En el año 1992, uno de los protegidos de Tezuka, Osamu Dezaki, dirigió una serie de adaptaciones animadas de la historieta, además de un largometraje en 1996. Posteriormente, en otoño del 2004, la televisión japonesa transmitió una serie compuesta por 61 episodios, la cual es bastante fiel a la obra de Tezuka. Finalmente, en el año 2006 se lanzó una nueva serie titulada, “Black Jack 21”, la cual solo tomaría como referencia el cómic desarrollado por Tezuka al momento de desarrollar una historia completamente nueva.
Tal vez el otro personaje de Tezuka que logró una difusión similar a la obtenida por Astro Boy, sería “Kimba the White Lion” (1950-54), una de las creaciones más icónicas del autor. En esta ocasión, Tezuka relata las aventuras de Leo, el león blanco, mientras intenta tomar el puesto de su padre, el rey de la selva, quien fue asesinado por un cazador (está demás decir que esta historia fue una inspiración directa para la cinta de 1994 de la Disney, “The Lion King”). En 1965 el estudio de Tezuka, Mushi Productions, fue financiado por la NBC Enterprises para desarrollar una serie animada de 52 episodios, la cual solo ocupó algunos aspectos de la obra original. En dicha serie, Tezuka oficiaría como productor y guionista. Al año siguiente, la compañia del artísta produciría una secuela compuesta por 26 episodios, la cual se titularía “Leo the Lion”, y sería dirigida en su totalidad por el mismo Tezuka. En 1997, el director Yoshio Takeuchi realizaría un largometraje basado en el último tramo del manga original, el cual sería estrenado bajo el nombre de, “Jungle Emperor Leo”.
Gracias al extenso trabajo de Tezuka en el mundo del manga, el artísta contaba con un catálogo de numerosas obras que perfectamente podían ser adaptadas como series animadas de televisión. En gran medida gracias a esta situación, los estudios Mushi fueron los grandes pioneros de las series de animación pensadas para la televisión en Japón. Además de producir las series antes mencionadas de “Astro Boy” y “Kimba the White Lion”, fueron responsables de exitosas series de anime tales como “Dororo” (1969), “The Amazing 3” (1965-66), “Princess Knight” (1967-68), y “Vampire” (1968-69). Junto con esto, el estudio produciría una serie de cintas animadas orientadas para un público adulto, entre las que se encontraban “One Thousand and One Arabian Nights” (1969), “Cleopatra: Queen of Sex” (1970); que la primera cinta animada en conseguir la calificación de “X” en los Estados Unidos, y “The Belladona of Sadness” (1973), entre otras. A través de los años, Tezuka también se vió involucrado en la realización de una serie de cortos de tono experimental, ya sea como animador, guionista o director. Entre algunos de sus cortos más destacados podemos mencionar “Memory” (1964), “Jumping” (1984), y “Push” (1987), entre otros.
Durante el transcurso de su obra, Tezuka mostró un particular interés por algunos temas ligados entre sí; dichos temas eran el de la reencarnación, el funcionamiento del karma, la búsqueda de la inmortalidad, y la justicia existente en los ciclos de la reencarnación. Estos temas serán el eje de “Phoenix” (1956-89), la obra más ambiciosa e importante en la carrera del autor. El personaje central de dicha obra es el Fénix, la mítica ave de fuego que es la manifestación física del cosmos, quien acarrea consigo el poder de la inmortalidad. Los diferentes volúmenes del manga, se sitúan de manera alternada en épocas pasadas y futuras, en las que vemos el nacimiento y la caída de la civilización humana a través de los ojos de un grupo de individuos reencarnados, los cuales son vigilados de cerca por el Fénix. En gran medida toda la obra de Tezuka esta construida en base a esta creencia en la reencarnación y en la evolución del hombre.
Una de las caracteristicas distintivas del trabajo de Tezuka, es la utilización constante de personajes recurrentes. Lo que podría ser interpretado como una forma de ahorrar tiempo en el diseño de personajes, para Tezuka tenía un significado completamente distinto; para él, sus personajes eran actores los cuales aparecían en varias de sus obras desarrollando roles similares. Con esto, Tezuka pretendía estudiar a un mismo personaje en diferentes entornos y situaciones, trazando una suerte de línea evolutiva que permitiera que el lector, además de familiarizarse con los personajes, entendiera como nuestras acciones determinan nuestras vidas y nos definen como personas. De esta forma, cada nuevo trabajo de Tezuka desarrollaba en alguna medida la personalidad de estos “personajes recurrentes” que poblaban sus historias. Dicha mecánica resulta aún más evidente en “Pheonix”, obra que lamentablemente Tezuka no alcanzó a terminar. Varios de los volúmenes del manga fueron adaptados al anime. La más conocida de estas adaptaciones es el largometraje “Pheonix 2772” (1980). A esto se suma la serie animada de televisión estrenada el 2004 en Japón, y la cinta con actores reales titulada, “Hi no Tori” (1978), del director Kon Ichikawa, la cual cuenta con algunas secuencias animadas dirigidas por Osamu Tezuka.
Osamu Tezuka falleció el 9 de febrero de 1989, a los 60 años de edad, debido al cáncer estomacal que le afectaba. El autor sigue siendo recordado por su inconmensurable aporte al mundo del manga, así como también por ser el creador de muchas de las primeras animaciones japonesas. Debido al culto que se le rinde al cómic en Japón, no es de extrañar el tremendo impacto que tuvo el trabajo del autor en el desarrollo de la literatura y la animación a nivel local, especialmente durante el periodo post-guerra. Con un trabajo enfocado en temas como el progreso, la tecnología, el medio ambiente, la tolerancia, y la reencarnación, es indiscutible la importancia de Tezuka en el desarrollo de la animación japonesa. Por algo el director Stanley Kubrick lo invitó a participar como director de arte de la cinta, “2001: A Space Odyssey” (1968), invitación que Tezuka se vió obligado a rechazar (no contaba con los medios para mudarse a Inglaterra por un tiempo). Sabiendo que sus historietas pueden no ser muy fáciles de conseguir, no nos queda más remedio que revisar algunas de las adaptaciones animadas de sus obras, siendo “Astro Boy” el punto de partida más recomendable para descubrir la obra de este autor.
por Fantomas.