Unos extraterrestres ponen en marcha el Plan 9 para convertir cadáveres en zombies asesinos. La razón es que los humanos ponen el equilibrio de la galaxia en peligro con sus invenciones bélicas, concretamente con la bomba atómica y la “solaronite”, un explosivo que todavía no han inventado y que destruirá el sol y el resto de la galaxia.
Durante la década de los cincuenta comenzarían a definirse las raíces de la ahora gigantesca industria cinematográfica norteamericana. Ese periodo estuvo marcado por la aparición de la moda de los autocines, lo que expandía de gran manera la cantidad de salas de cine instaladas, generando un consumo masivo de films en especial por parte de los adolescentes. Este crecimiento de la industria dio como fruto una serie de cintas serie B, las cuales carecían de estrellas o presupuesto, y cuyas temáticas por lo general estarían ligadas al terror, la ciencia ficción y otros géneros menores que no tenían cabida en los grandes estudios. El año 1956 se destacaría por ser uno de los “mejores” para el cine de bajo presupuesto. Ese año verían la luz películas “divertidamente malas” como por ejemplo “The Phantom From 10.000 Leagues” y “The Indestructible Man”, entre otras. Sin embargo, sería Ed Wood quien dirigiría la obra maestra del cine casero y de mal gusto, la infame “Plan 9 From Outer Space”.
En noviembre de aquel año, Wood empezó a filmar en un viejo cementerio de Sacramento antes de que este fuera cubierto por edificios, lo que en ese entonces se titulaba “Grave Robbers From Outer Space”. Ed Wood encontró financiamiento para este proyecto en la iglesia baptista de Beverly Hills. El fiel J. Edward Reynolds y el Reverendo Lyn Lemon lo financiaron con la idea de que con el dinero que ganarían con el film de Wood, les daría la oportunidad de producir cintas religiosas (al parecer no conocían los trabajos anteriores del director). Como condición para recibir el dinero, todo el equipo participante en la filmación tuvo que ser bautizado en una piscina. Junto con esto, Reynolds impuso al actor Gregory Walcott para uno de los papeles protagónicos, lo que la verdad poco le importó a Wood.
Además de Walcott, en la cinta trabajan un grupo de pintorescos personajes entre los que se encuentran el mismo Reynolds, el Reverendo Lemon, Criswell, el famoso vidente que presagió el asesinato de John F. Kennedy, John Breckinridge, un famoso transexual y excéntrico millonario descendiente de un vicepresidente de los Estados Unidos, y Maila Nurmi, más conocida como Vampira, una actriz y modelo que utilizaba un vestido y maquillaje inspirados en el personaje de Morticia Adams para presentar un show de terror en un canal de la televisión americana. Curiosamente, sería Bela Lugosi quien pidió que ella participara en la película. La actriz aceptó solo porque su carrera se encontraba en su punto más bajo, aunque exigió no tener ninguna línea de diálogo. En cuanto a Bela Lugosi, el actor falleció durante el rodaje de la cinta, por lo que tuvo que ser reemplazado por Thomas R. Mason, un pedicuro e hipnotizador que no se parecía en nada al actor, razón por la cual tuvo que taparse la cara con una capa en todas las escenas en las que participó.
¿Qué es lo que tiene de especial una cinta que a todas luces parece ser uno de los peores bodrios de la historia del cine? Pues precisamente eso. Fue en 1980 cuando en los premios “Golden Turkey” se eligió por votación unánime a “Plan 9 From Outer Space” como la peor película de todos los tiempos. Curiosamente, fue este hecho el que despertó la curiosidad de miles de aficionados al séptimo arte, los cuales comenzaron a desenterrar esta rareza, llevándose una grata sorpresa (en términos de entretención claro está), por lo que se iniciaría todo un movimiento que llevaría a la demanda de más trabajos realizados por Wood, promoviendo que obras que jamás fueron estrenadas vieran la luz.
El título de la peor cinta de la historia, merecido o no, al menos es justificable. Además del error de continuidad provocado por la muerte de Lugosi, nos encontramos con una serie de decorados y efectos especiales mediocres, donde por ejemplo tenemos que la cabina del avión está hecha con cartulina; los decorados de la estación espacial no son más que un par de mesas y sillas, junto con un viejo transmisor; los platillos voladores son llantas de autos que cuelgan de hilos absolutamente visibles; algunas lápidas y cruces están hechas de papel; y existe alternancia entre el día y la noche en una misma escena, entre otras cosas. Además, tanto los diálogos como las actuaciones son risibles, para que decir la historia que de tan ridícula que es, termina transformando a la cinta en una comedia involuntaria totalmente hilarante.
La verdad es que la vida del director es tanto más extraña que sus propias realizaciones. Como se puede ver en la cinta de Tim Burton, “Ed Wood” (1994), el director y guionista era drogadicto, alcohólico, de sexualidad no muy bien definida, fetichista, delirante y se encontraba rodeado de un séquito de personas bastante peculiares, dignos personajes de sus cintas. Luego de su “apogeo” de la mano del género de la ciencia ficción en los cincuenta, Wood sobrevivió escribiendo libretos de films eróticos utilizando seudónimos, y además dirigió algunas cintas softcore y unas cuantas producciones serie Z, casi siempre alcoholizado o bajo los efectos de estimulantes. Algo similar ocurriría con los personajes que lo acompañaban en la vida real, los cuales en su gran mayoría terminaron en la más completa miseria.
Como era de esperarse, la película fue estrenada en 1957 con pésimos resultados. La producción no encontró distribuidores hasta 1959, cuando la D.C.A. la exhibió con el título que todos conocemos. Más allá de los múltiples fallos de su obra, podríamos decir que Wood era un tipo idealista. Aunque los guiones de sus cintas perfectamente podrían haber sido escritos por un niño pequeño, y montadas por un grupo de aficionados sin ninguna experiencia en la materia, para el director eran proyectos a los cuales les daba un tratamiento artístico serio. Esto irónicamente termina por volver más ridículas y divertidas sus cintas. Tanto él como el equipo que participó en sus films, trabajaban con la convicción de que estaban realizando una buena película, aunque sea difícil de creer. “Plan 9 From Outer Space” tiene una serie de características que refuerzan la tesis de que probablemente es la peor película de la historia, sin embargo son estas mismas características las que la convierten en una cinta de frentón graciosa. Cabe preguntarse: ¿Es “Plan 9” la peor película de todos los tiempos? Eso es algo que deben comprobar ustedes mismos.
por Fantomas.