lunes, 28 de marzo de 2011

Homicidal: El primo pobre de "Psicosis"

“Homicidal” (1961), es un thriller psicológico del director William Castle, el cual está protagonizado por Jean Arless, Glenn Corbett, Patricia Breslin y Richard Rust.

Emily (Jean Arless), una atractiva joven, asesina a cuchilladas a un juez de paz y se da a la fuga. Haciéndose pasar por enfermera, empieza a trabajar en la casa de una anciana muda e inválida, pero su comportamiento levanta las sospechas de Miriam Webster (Patricia Breslin), la hermana del hombre que la contrató.
Durante su carrera como director y productor, William Castle se caracterizó por el uso de peculiares artimañas publicitarias, las cuales permitieron que algunas de sus películas obtuvieran cierto éxito comercial, aún cuando estas adolecían de la calidad artística y del presupuesto necesario como para ser consideradas grandes obras cinematográficas. Es por esto mismo que a nadie le resultó extraño que previo al estreno de “Homicidal”, cinta la cual buscaba sacar provecho del inusitado éxito del film “Psycho” (1960), del director Alfred Hitchcock, Castle creara un verdadero circo mediático en torno a la promoción del film, el cual según él contaría con un “descanso para los asustadizos”. Algunos meses antes, Castle les había presentado a los ejecutivos de los estudios Columbia lo que a sus ojos era un plan a toda prueba para atraer a la gente a las salas de cine. En aquel entonces, el director mencionaría: “Durante los últimos dos minutos… haré una pausa en la película. Luego mi voz se escuchará por los parlantes. Diré algo como: `Damas y caballeros, si ustedes están demasiado asustados para ver los últimos dos minutos de ´Homicidal´, por favor diríjanse a la boletería para recuperar su dinero. Deben retirarse inmediatamente. Solo tendrán sesenta segundos para recuperar su dinero´”.

Basados en los éxitos comerciales obtenidos anteriormente por Castle, los ejecutivos del estudio decidieron aprobar el proyecto y la peculiar estrategia del director. Por este motivo, cuando “Homicidal” fue estrenada, contó con el infame “descanso para los asustadizos”, el cual se encontraba adornado por el sonido amplificado de un latido cardíaco, y por un reloj que señalaba el tiempo restante para salir de la sala. Lamentablemente para el director, su extravagante idea no daría los frutos esperados. Durante una proyección del film en un teatro ubicado en Ohio, Castle vio con pánico como la totalidad de la gente se apresuraba a exigir su dinero de regreso. Aparentemente, un buen número de personas se quedaba dentro de las salas de cine durante la segunda proyección diaria del film, con el único objetivo de beneficiarse de la poco inteligente idea de Castle. Debido a esto, el director se vio obligado a pedirle a los dueños de las salas de cine que vaciaran el lugar una vez terminada la película. Al mismo tiempo, inventó otra artimaña comercial llamada “la esquina de los cobardes”, la cual recibiría tanta prensa como su llamativa estrategia anterior.

En su autobiografía, Castle explicaría en que consistía su nueva estrategia: “Se colocaron cintas amarillas en las calles cercanas a las salas de cine, sobre las cuales se encontraba impresa la frase: Cobardes, sigan caminando. Dentro del teatro, se dibujaron huellas de color amarillo que marcaban el camino hacia las boleterías, en las cuales ubicábamos un cartel con la frase: Rincón de los cobardes. Ahí, una enfermera le ofrecía exámenes gratis a los cobardes, los cuales eran iluminados por una luz amarilla, al mismo tiempo que un mensaje grabado repetía: ´Estos cobardes están demasiado asustados para ver el final de Homicidal. Véalos temblar en el rincón de los cobardes.´” Todo el evento era tan humillante, que muy pocas personas se atrevieron a pedir su dinero de regreso. Más allá de los trucos comerciales utilizados por Castle, “Homicidal” es recordada por ser una de las tantas cintas rodadas durante la década del sesenta, que intentaron repetir la fórmula utilizada por Alfred Hitchcock en “Psycho”. Sin embargo, más allá de presentar un par de similitudes, el film de Castle poco tiene que ver con la película rodada por el realizador británico.

Básicamente, “Homicidal” revisita el clásico tema de los secretos familiares, y lo fusiona con el controversial tema del cambio de sexo, el cual en ese entonces se encontraba de moda debido al publicitado caso de Christine Jorgensen, quien saltó a la fama por ser una de las primeras personas en someterse a una cirugía de cambio de sexo. La historia gira en torno a un maquiavélico plan para cobrar una suculenta herencia. La persona que se encuentra en peligro de muerte es Miriam Webster, una joven que debe compartir su herencia con su medio hermano Warren, el cual hace muy poco tiempo ha regresado de Dinamarca junto a Helga (Eugenie Leontovich), la mujer que lo cuidó cuando era pequeño, para vivir en la mansión familiar. Debido a que se encuentra confinada a una silla de ruedas a causa de un accidente cerebrovascular, Helga es cuidada por una enfermera llamada Emily, quien es una extraña mujer que supuestamente ha establecido un fuerte lazo con Warren. No pasa mucho tiempo antes de que Miriam y su prometido Karl Anderson (Glenn Corbett), comiencen a sospechar que algo raro sucede al interior de la mansión Webster, lo que coincide con una serie de extraños incidentes entre los que se incluye el brutal asesinato de un juez de paz. Es por este motivo que Miriam emprende una investigación por su cuenta, la cual eventualmente le revelará un secreto que era mejor que permaneciese enterrado.

Con el fin de evitar que la historia se torne en extremo predecible, Castle no solo juega con la idea de que entre Miriam y Warren existe una relación incestuosa, sino que además siembre un manto de duda con respecto al misterioso pasado de Helga y Warren en Dinamarca. Lamentablemente para las pretensiones del director, debido a que la trama no presenta elementos realmente innovadores, esta inevitablemente se torna predecible antes de terminada la primera mitad de la cinta. En cuanto a las actuaciones, la única que realiza un trabajo medianamente destacable es Jean Arless, quien es la encargada de interpretar al dicotomizado villano del relato. Si bien inicialmente Castle había pensado que sería mejor que un hombre interpretara a Warren y a Emily, eventualmente cambió de opinión cuando el agente de talentos Jerry Lauren le presentó a una actriz llamada Joan Marshall, quien era poseedora una voz profunda y una apariencia algo andrógina. Al conocerla, Castle rápidamente le pidió al maquillador Ben Lane que la convirtiera en hombre. Dos horas después, la actriz regresó a la oficina de Castle personificada como Warren. Según declararía el mismo director: “El cambio fue impresionante. Mi secretaria fue incapaz de reconocerla”. Sería Castle quien finalmente cambiaría el nombre de la actriz a Jean Arless, debido a que consideraba que dicho nombre perfectamente podía pertenecer tanto a un hombre como a una mujer.

Es precisamente gracias al look andrógino que tiene la actriz que la cinta funciona de buena manera, aún cuando ella no puede evitar caer en la sobreactuación en ciertas escenas. En cuanto al aspecto técnico de la producción, mientras que el trabajo de fotografía de Burnett Guffey es bastante irregular, la banda sonora del compositor Hugo Friedhofer resulta ser efectiva a la hora de crear una marcada atmósfera de misterio. Cuando “Homicidal” fue estrenada, muy pocos críticos tomaron en serio la cinta de Castle, con la excepción de un profesional de la revista Time, quien increíblemente ubicó al film entre los diez mejores estrenos del año. Si bien William Castle era un verdadero genio publicitario, es innegable que como director era bastante desprolijo, lo que significó que nunca pudiera escapar de los confines de la Serie B. Sin embargo, con el paso del tiempo serían los mismos elementos que relegaron a un segundo plano a las producciones del director, los que finalmente convirtieron a gran parte de la filmografía de William Castle en obras de culto. En definitiva, aún cuando “Homicidal” es una película predecible y no está exenta de errores, esta se alza como una cinta entretenida la cual no merecía ser rotulada como el peor trabajo del peculiar realizador norteamericano.



por Fantomas.
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