lunes, 28 de septiembre de 2009

I Confess: El lazo de Hitchcock con la religión.

“I Confess” (1952), es una cinta de suspenso del director Alfred Hitchcock, la cual está protagonizada por Montgomery Clift, Anne Baxter, Karl Malden y Brian Aheme.

Otto Keller (O. E. Hasse) y su esposa Alma (Dolly Haas) trabajan como cuidador y ama de llaves respectivamente, en una iglesia católica en Quebec. Mientras asalta una casa donde trabaja esporádicamente como jardinero, Otto es sorprendido por el dueño, al cual termina asesinando. Lleno de remordimiento, el criminal vuelve a la iglesia y le confiesa su crimen al Padre Michael Logan (Montgomery Clift), quien debido a un dramático giro del destino, se convierte en el principal sospechoso del crimen. Acorralado por la policía, el sacerdote tendrá que probar su inocencia sin violar el secreto de confesión del verdadero criminal.

En 1947, el sobrino del dramaturgo Paul Anthelme heredó los derechos de la obra de teatro “Nos deux consciences”, la cual posteriormente le vendió al agente literario Louis Verneuil. Este último escribió un guión basado en la obra, el cual eventualmente le vendería a Alfred Hitchcock y a su compañía Transatlantic Pictures. Cuando la Transatlantic Pictures fue disuelta, los derechos del guión fueron adquiridos por los estudios Warner, con la esperanza de que en algún momento Hitchcock decidiera llevar la historia a la pantalla grande. Sin embargo, esto no sería una tarea sencilla. El director rechazaría tres borradores antes de abandonar por completo el proyecto. Sin embargo, en 1952, preocupada por la inactividad profesional del cineasta, su esposa Alma pensó que sería buena idea que retomara el proyecto para así darle un nuevo impulso a su carrera, a lo cual Hitchcock terminó accediendo de no muy buena gana.

Para su sorpresa, cuando Hitchcock revisó los borradores que anteriormente había desechado, sintió un renovado entusiasmo por la historia. Esto sucedió básicamente porque el director había sido educado en las tradiciones del catolicismo romano, por lo que el relato de un sacerdote que no puede revelar la identidad de un asesino que, bajo el secreto de confesión, le ha contado los detalles de su crimen, le pareció en extremo interesante. Al mismo tiempo, la historia de “I Confess” le otorgaba al realizador una nueva oportunidad de explorar los alcances de los sentimientos de culpa, tema recurrente en su filmografía. Tras haber seleccionado la ciudad de Quebec como el escenario donde se desarrollaría la cinta, principalmente debido a su gran tradición ligada al catolicismo francés, Hitchcock y su esposa contrataron al guionista William Archibald, cuya experiencia solo se limitaba al ambiente teatral, y a George Tabori, responsable de la obra “Flight into Egypt”, la cual trababa acerca de los apuros de los refugiados europeos, tema estrictamente ligado con la realidad de Otto y su esposa en el film, para escribir el guión de la producción cuya versión final distaba bastante de la obra en la cual estaba basada.

Como mencionaba anteriormente, a muy poco de comenzada la cinta, se hace evidente que la base del argumento de “I Confess” tiene estricta relación con el sentimiento de culpa, el cual se encarna principalmente en la figura de Otto Keller, quien le confiesa su crimen a su esposa y al sacerdote que lo ha empleado. Sin embargo, esta no es la única confesión que aparece a lo largo del relato. Diversos personajes realizan confesiones de culpabilidad, de amor, de pasado silencioso, y de pasión reprimida, las cuales en gran medida se relacionan con los sentimientos del propio Hitchcock. Y es que Otto Keller no es más que una extensión del temeroso y reservado director, quien en muchas ocasiones se sintió atormentado por creer que había traicionado la confianza de sus seres queridos, y por el dolor que en tantas oportunidades le había ocasionado a su esposa Alma, cuyo nombre comparte la esposa de Keller en el film. Por otro lado, Hitchcock expone que la culpabilidad en ocasiones tiene derivaciones mucho más complejas de lo que se ve en la superficie, lo que queda comprobado cuando se descubre que el hombre asesinado estaba chantajeando a una vieja amiga del Padre Logan, lo que lo sitúa tanto en el puesto de víctima como en el de victimario.

Por otro lado, nos encontramos con el Padre Michael Logan, un hombre atrapado entre la religión que ha elegido seguir, y su instinto de autopreservación. Al igual que como sucede con Otto Keller y Hitchcock, el personaje protagónico bien podría considerarse como una extensión del actor encargado de interpretarlo. Pese a ser un actor popular y talentoso, Montgomery Clift era un hombre infeliz y algo trastornado, que mostraba una marcada dependencia tanto por el alcohol, como por su maestra de interpretación, Mira Rostova. Esto le traería una serie de problemas con el director, ya que Clift insistía en obtener la aprobación de Rostova antes de filmar cualquier escena, dificultando el proceso de rodaje del film. Al mismo tiempo, el actor se encontraba constantemente bajo los efectos del alcohol, lo que obviamente complicó aún más el asunto. Debido a que a Hitchcock no le gustaba la confrontación directa, este decidió utilizar al también actor Karl Malden como intermediario, principalmente porque este último era admirado y respetado por Clift. Pese a que al realizador le incomodaba el accionar de Clift, y no estaba conforme con su interpretación, de todas formas quiso continuar trabajando con él, principalmente porque sentía cierta fascinación por la tormentosa vida personal del actor.

En lo que respecta al aspecto interpretativo del film, la totalidad del elenco participante realiza un estupendo trabajo. Más allá de sus problemas y la disconformidad del director, Montgomery Clift interpreta a la perfección a un sacerdote que demuestra tener una fe inquebrantable, aún cuando se encuentra acorralado ante la adversidad. De hecho, es tal la convicción que demuestra en todo momento, que prefiere arriesgarse a ir a la cárcel en vez de quebrantar los principios del sacerdocio que tanto venera. Anne Baxter por su parte, realiza un estupendo trabajo interpretando a una mujer que no solo se ve atrapada en una encrucijada moral que la liga con el sacerdote, quien fue su amor de juventud, sino que además debe ver con impotencia como acusan erróneamente de un crimen a un hombre inocente. Cabe mencionar que la actriz solo fue contratada por Hitchcock luego de que el estudio despidiera a Anita Björk, a causa de algunos aspectos de su vida personal que no eran acordes a las políticas de la Warner.

Por otro lado, “I Confess” cuenta con el magnífico trabajo de fotografía de Robert Burks, y la igualmente maravillosa banda sonora del compositor Dimitri Tiomkin. Además el film presenta un ritmo narrativo bastante dinámico, el cual es sostenido en gran medida gracias a la inclusión de un par de vueltas de tuerca realmente inesperadas. Si bien la trama de la cinta resulta ser sumamente interesante, eventualmente Hitchcock se percataría que la idea de utilizar la doctrina católica como la clave de un juicio por asesinato, podría no ser entendida por el público ajeno al catolicismo. Lamentablemente para él y para el estudio, el tiempo le daría la razón. Luego del estreno del largometraje, la crítica tildó de ridícula la idea de que un sacerdote arriesgara su vida con tal de respetar el secreto de confesión, por lo que la producción rápidamente fue situada entre las obras menores del director. La verdad es que a grandes rasgos, “I Confess” se presenta como un espléndido ensayo sobre la culpa, y como esta actúa como una enfermedad que se contagia de forma rápida entre los personajes que interactúan en el relato, provocando que cada uno de ellos busque fórmulas para exculpar sus pecados, tal y como lo hizo Hitchcock durante gran parte de su vida y su brillante carrera.



por Fantomas.

martes, 22 de septiembre de 2009

Errol Flynn: La convulsionada vida del más grande actor del cine de aventuras de la historia.

Errol Leslie Flynn nació el 20 de junio de 1909, en Hobart, Tasmania. Su padre, Theodore Thomson Flynn, se ganaba la vida como profesor de ciencias, física y química, en la Universidad de Tasmania, mientras que su madre Lily Mary Young, se decía que era descendiente de uno de los marinos involucrados en el motín ocurrido en la British Royal Navy en el año 1789. Debido a la influencia de sus padres, Flynn siempre diría que el verdadero amor de su vida era el océano. Durante su infancia, se destacó por ser un excelente deportista, aunque por otra parte, solía tener problemas en las escuelas a las que asistía. Durante su adolescencia sería expulsado de varias escuelas, como por ejemplo de la Sydney Church of England Grammar School, de la cual se dice que fue expulsado luego de que lo encontraran teniendo relaciones sexuales con la hija de una de las criadas. Para cuando Flynn tenía veinte años, ya había viajado a Australia y Nueva Guinea, lugares en los cuales jamás pudo mantener un trabajo por demasiado tiempo. Eventualmente, él compraría un bote y viajaría de vuelta a Nueva Guinea donde comenzaría a manejar una plantación de tabaco, y a escribir para el Sydney Bulletin acerca de la vida en Nueva Guinea.

En 1932 la vida de Flynn cambiaría por completo. Luego de que un productor australiano llamado Charles Chauvel viera una fotografía suya, lo contrataría para participar en una cinta basada en la vida del Capitán Bligh titulada, “In the Wake of the Bounty” (1933). Flynn no tenía ninguna experiencia en la actuación, pero su curiosidad lo llevó a aceptar la oferta. Gracias a este trabajo, él encontraría su verdadera pasión. Tras vender su plantación de tabaco, Flynn se dirigiría a Inglaterra donde podría expandir su carrera actoral. Él arrivaría a Northampton durante el verano de 1933. Hay reportes de indican que Flynn fue contratado como extra en los estudios Teddington propiedad de la Warner Brothers, participando en la cinta “I Adore You” (1933). Además se uniría a las compañias teatrales Queen´s Theatre Players, y a la Northampton Repertory Players. Junto a la última compañia, el actor realizaría 22 obras teatrales entre 1933 y 1934.

Poco después de participar en su última obra con la Northampton Repertory Players, Flynn conocería al productor Irving Asher quien le ofrecería un papel protagónico en la cinta, “Murder at Monte Carlo” (1934). Precisamente sería Asher el principal responsable de que Flynn en 1935 fuera contratado por Jack Warner para trabajar en los Estados Unidos, comenzando así su meteórico ascenso en la industría hollywoodense. El primer trabajo del actor en Hollywood sería en la cinta, “The Case of the Curious Bride” (1935), donde pasaría casi desapercibido debido a que su papel no tenía diálogo alguno. En junio de 1935, Flynn se casaría con la actriz francesa Lili Damita con quien estaría casado durante siete años, y tendría a su primer hijo, Sean Flynn. En “Don´t Bet on Blondes” (1935), el actor nuevamente tendría una breve participación sin mucha importancia. Durante este periodo, Flynn se caracterizaría por ser un actor sumamente indisciplinado. Esto cambiaría cuando el actor Robert Donat abandonó el papel protagónico de la cinta de piratas, “Captain Blood” (1935), tras lo cual Flynn obtuvo su primer rol protagónico, abandonando para siempre los papeles secundarios.

Aunque su participación en la Northampton Repertory Players había servido para pulir el entonces crudo talento actoral de Flynn, él aún se sentía incómodo frente a las cámaras, lo que rápidamente le trajo problemas con el director Michael Curtiz, quien demandaba perfección. Aunque su experiencia filmando esta cinta fue sumamente desagradable, Flynn supo sacarle el mayor provecho posible a la situación. Al estrenarse la cinta, el público se enamoró de la química entre el actor y su co-estrella, Olivia de Havilland, situación a la que Jack Warner sabría sacarle provecho. Tras unos pocos meses de descanso, Flynn se alistó para filmar la que sería la cinta más demandante de su carrera. En “The Charge of the Light Brigade” (1936), nuevamente compartiría roles con De Havilland, y estaría bajo la dirección de Curtiz, con quien tendría una difícil relación laboral. Mientras con Curtiz estaba a punto de llegar a los puños por los constantes malos tratos del director, Flynn no encontró nada mejor que intentar seducir a De Havilland realizando una serie de bromas pesadas, como por ejemplo esconder serpientes de goma en los pantalones de la actriz. Lamentablemente para él, esto no surtió efecto deseado.

El periodo comprendido entre 1936 y 1940, sería considerado como el periodo dorado de la carrera de Flynn. La próxima cinta del actor sería el drama romántico, “Green Light” (1937), tras lo cual filmaría la cinta de aventuras, “The Prince and the Pauper” (1937). Flynn, quien tuvo que filmar dicha película mientras padecía una complicada neumonía, se divirtió enseñándoles bromas pesadas a los hermanos Bobby y Billy Mauch, quienes personificaban al Príncipe Edward y al mendigo Tom Canty. Ese mismo año, Flynn participaría en dos cintas más; el film de aventuras “Another Dawn” (1937), y la comedia “The Perfect Specimen” (1937). En “The Adventures of Robin Hood” (1938), Flynn nuevamente trabajaría junto a Curtiz con quien seguiría teniendo problemas por sus dificultades para memorizar sus líneas, y debido a su costumbre de llegar atrasado al set de filmación. Curiosamente, Flynn trabajaría en doce películas junto a Curtiz, pese a su tirante relación. Al mismo tiempo, se comenzaría a desatar el lado salvaje del actor, quien besaba tan intensamente a su co-estrella Olivia de Havilland, que algunas escenas debian ser re-filmadas.

Con la comedia “Four´s a Crowd” (1938), Flynn pretendía no ser encasillado en los papeles de heróicos espadachines. Debido al escaso presupuesto que manejaba la cinta, al actor se le pidió que utilizara ropa de su propio guardarropa. Él alegó de que no tenía nada que pudiera utilizar en el film, por lo que exigió que se le entregara una prenda del departamento de vestuario del estudio. Ante la negativa de Jack Warner, Flynn no encontró nada mejor que utilizar una chaqueta apolillada bajo su traje. Cuando Warner vió la chaqueta, ordenó que fueran re-filmadas todas las escenas y se le entregara una prenda de ropa a Flynn, que como de costumbre, logró salirse con la suya. Posteriormente, el actor trabajaría junto a Bette Davis en el drama, “The Sisters” (1938); junto a Basil Rathbone en el drama bélico, “The Dawn Patrol” (1938); y nuevamente junto a De Havilland y Curtiz en el western, “Dodge City” (1939).

En la cinta romántica, “The Private Lives of Elizabeth and Essex” (1939), Flynn nuevamente trabajaría junto a Bette Davis, con quien tendría una serie de conflictos. Se dice que Davis estaba celosa de Flynn, quien era el actor mejor pagado del estudio pese a que ella había recibido una nominación al Oscar. Además, ella había pedido que su co-protagonista fuese Laurence Olivier, y tras la negativa del estudio no le quedó más remedio que realizar las escenas pensando de que Flynn era Olivier. Flynn por su parte, se quejaba del caracter dominante de la actriz, lo que en cierta medida opacaba su actuación. El conflicto entre Davis y Flynn estallaría en la escena en la que Essex desafía a la Reina y termina siendo abofetado por ella. Según Flynn en su autobiografía, “My Wicked, Wicked Ways”, en la primera toma Davis le pegó tan fuerte, que sintió que le había quebrado la quijada. Pese a la mala relación que tenía con la actriz, Flynn siempre reconoció que ella era una de las mejores actricez existentes.

El próximo film del actor sería el western “Virginia City” (1940), tras lo cual volvería a encarnar a un diestro espadachín en la cinta de Michael Curtiz, “The Sea Hawk” (1940). Luego vendria el western “Santa Fe Trail” (1940), su séptima colaboración en cinco años con Olivia de Havilland. A estas alturas, De Havilland no podía evitar sentir una gran atracción por el actor, pero no quería involucrarse con un hombre casado. Varios años después, la actriz habría dicho “por suerte no me involucré con él, habría arruinado mi vida”. De todas formas, la afectiva relación que ambos actores mantenían, le trajo problemas a Flynn con la entonces pareja de la actriz, John Huston. Cierto día en un fiesta hollywoodense ocurrió lo inevitable; Huston y Flynn se enfrascaron en una espectacular pelea de puños, destrozando todo a su paso. Tras terminar la filmaciones de “Santa Fe Trail”, el actor trabajaría en la cinta de misterio “Footsteps in the Dark” (1941), del director Lloyd Bacon.

Filmada en la época en la cual los Estados Unidos se iba a involucrar en la Segunda Guerra Mundial, “Dive Bomber” (1941) sería una de las tantas películas en las cuales Flynn personificaría a héroes de guerra. Curiosamente, el actor intentó en varias ocasiones ingresar al ejército durante el conflicto bélico, siendo rechazado debido a sus problemas de salud. Debido a esto, no le quedó más remedio que participar en las presentaciones que varios actores de Hollywood realizaban para la tropas ubicadas a lo largo de toda Europa. Sin embargo, la carrera del actor se resentiría bastante debido a la múltiples críticas que recibió por seguir personificando a héroes de guerra en medio del álgido conflicto bélico. El western “They Died With Their Boots On” (1941), marcaría la última colaboración entre Flynn y De Havilland, además de ser el último western de serie A de la Warner Bros. Según Jack Warner, “Esta fue una de las mejores películas de Flynn”. Esta declaración no deja de ser curiosa considerando que el ejecutivo no tuvo una muy buena relación con el actor durante los años que estuvo bajo contrato con el estudio.

Durante la filmación del drama bélico, “Desperate Journey” (1942), Flynn se enteraría de la presencia de tuberculosis en su pulmón derecho, hecho que le ocultaría a los jefes del estudio. Entre su enfermedad y el exigente horario de trabajo, Flynn perdió varios kilos durante la filmación de la cinta, lo que obligó a rediseñar parte de su vestuario. En el drama deportivo “Gentleman Jim” (1942) por su parte, Flynn realizaría gran parte de sus escenas de boxeo, siendo asistido por el campeón peso medio, Mushy Callahan. Los problemas de salud terminarían pasándole la cuenta al actor, quien colapsaría durante la filmación de una de las escenas de lucha. Según los doctores del estudio, Flynn habría sufrido un pequeño ataque cardiaco. Ese mismo año, se separía de su esposa Lili Damita, casándose al año siguiente con Nora Eddington, con quien estaría casado durante seis años y tendría dos hijos; Deirdre y Rory Flynn.

Entre 1943 y 1945, Flynn filmaría una serie de dramas bélicos entre los que se encuentran: “Edge of Darkness” (1943), “Northern Pursuit” (1943), “Uncertain Glory” (1944), y “Objetive, Burma!” (1945). Durante la filmaciones de la última cinta, muchos se sorprenderían de la buena conducta del siempre revelde Flynn. Más tarde, el director Raoul Walsh explicaría el porque; “Errol se comportó bien debido a que en ese entonces estaba escribiendo un libro. Entre las filmaciones y el tipeo de la historia de su vida, él solo tenía tiempo para beber alrededor de media docena de tragos, lo que para él era estar casi en completa abstinencia”. Durante la segunda mitad de la década de los cuarenta, Flynn trabajaría en una serie de cintas sin mayor relevancia, entre las que se encuentran las comedias “Never Say Goodbye” (1946), y “It´s a Great Feeling” (1949); los dramas “Escape Me Never” (1947), y “The Forsyte Woman” (1949); y la cinta de misterio “Cry Wolf” (1947).

Tal vez la cinta más importante que Flynn realizaría durante este periodo sería, “Adventures of Don Juan” (1948). El actor comenzó las filmaciones mostrando un buen comportamiento. Pese a que era conocida su costumbre de presentarse tarde a las filmaciones y de emborracharse luego de la hora de almuerzo, él le prometió al director Vincent Sherman que se controlaría. Sin embargo, la producción tuvo que retrasarse en varias ocasiones debido a sus enfermedades, y no fue capaz de filmar gran parte de las escenas de acción. Para colmo, aunque durante los primeros días de filmación Flynn se mostró como todo un profesional, tras recibir una serie de críticas negativas por su participación el drama “Escape Me Never”, comenzó a beber constantemente en el set. Aunque la película sería un éxito, esta marcaría el principio del fin de la carrera del actor.

La década de los cincuenta comenzaría con el western “Montana” (1950). En el también western “Rocky Mountain” (1950), Flynn conocería a quien se convertiría en su tercera esposa, la actriz Patrice Wymore, con quien estaría hasta el día de su muerte y tendría una hija llamada Arnella Roma. Durante el resto de los cincuenta, Flynn se convertiría en una parodia de él mismo. Posteriormente abandonaría Hollywood para intentar relanzar su carrera en Europa, donde terminó perdiendo hasta el último dólar y se involucró en proyectos como “William Tell” (1954), los cuales jamás fueron terminados. El consumo excesivo de alcohol y drogas (debido a los fuertes dolores de espalda que sufría, primero se hizo adicto a la morfina y luego a la heroína) terminaron sepultando su alicaida carrera. En 1956 retornaría a Hollywood, donde obtendría cierto reconocimiendo por sus participaciones en los dramas “The Sun Also Rises” (1957), “Too Much, Too Soon” (1958), y “The Roots of Heaven” (1958). La última cinta en la que participaría el actor sería el semidocumental “Cuban Rebel Girls” (1959). Dicho film refleja la decadencia en la que estaba sumido el actor para aquel entonces.

Errol Flynn fallecería el 14 de octubre de 1959, debido a un ataque cardiaco. Durante su vida, Flynn se forjó una reputación que lo sindicaba como un mujeriego, un alcohólico y un rebelde. Su hedonista estilo de vida, lo llevó a meterse en problemas, como cuando en 1942 fue acusado de tener relaciones sexuales con las menores Betty Hansen y Peggy Satterlee, acusasiones que posteriormente serían desestimadas. A raíz de esto, surgiría una organización que apoyaba a Flynn, cuyo nombre sería American Boys´ Club for the Defense of Errol Flynn. Además, su cercanía con Fidel Castro a quien consideraba un amigo cercano además de un compañero de tragos, le trajo más de algún problema con algunas entidades del gobierno. Pese a todo esto, el actor se esforzó durante toda su carrera para que los críticos valoraran su trabajo, sin mucho éxito. Además, llegó a publicar dos novelas tituladas; “Beam Ends” (1937) y “Showdown” (1946), a lo que se sumó su autobiografía “My Wicked, Wicked Ways”. Más allá de los detalles de su vida personal, Errol Flynn a estas alturas ya es una leyenda cinematográfica, el cual realizó un buen puñado de películas que lo ayudaron a ser ahora considerado como el más grande actor del cine de aventuras.




por Fantomas.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Roy Ward Baker: Un exponente algo olvidado del fantástico británico.

Roy Ward Baker nació en Londres el 16 de diciembre de 1916. Desde temprana edad mostró cierto interés en el mundo del cine, declarando su deseo de trabajar al interior de la industria cinematográfica. Su deseo se mantuvo en el tiempo y en 1934, él ingresó a la industría como mandadero del departamento de producción del estudio Gainsborough. Con el tiempo, Baker se dió cuenta de que había tomado la decisión correcta, ya que pudo moverse al interior del estudio con cierta libertad, lo que le permitió adquirir diversos conocimientos acerca del proceso de filmación de una película. A los 19 años de edad, se convirtió en el encargado de los fotogramas y en el director de locaciones del estudio. Baker declararía, “Trabajé en más de cuarenta películas en seis años”. Toda una hazaña si tenemos en cuenta que en la actualidad, la gran mayoría de los realizadores trabajan como mucho en 30 películas a lo largo de su carrera. En un corto periodo de tiempo, Baker pasó de ser el tercer asistente del director, a segundo asistente, lo que le dió la oportunidad de trabajar junto a Alfred Hitchcock en “The Lady Vanishes” (1938).

Baker declararía en una ocasión, “Tuve la fortuna de trabajar con Hitchcock, y también con Sir Carol Reed en cuatro o cinco films, lo que resultó ser sumamente importante en términos de mi desarrollo”. Baker aún se encontraba trabajando en la Gainsborough cuando fue reclutado por el ejército. Sin embargo, esto no detendría su carrera en el cine, ya que luego de dos años en la infanteria, el sería enviado al Army Kinematograph Service, donde trabajaría como jefe de producción de la unidad responsable de los films de entrenamiento realizados por la 20th Century Fox en los estudios Wembley. Luego de seis semanas, Baker comenzaría a dirigir algunas cintas que trataban el rol de la Seguridad Ciudadana durante una invasión. Durante este periodo, Baker entablaría una amistad con el escritor de thrillers, Eric Ambler, quien también formaba parte de la unidad de Baker como actor y productor. Cuando la guerra llegaba a su fin, a Ambler se le encargó un guión para la Two Cities Production Company. Debido a que posteriormente se convirtió en productor del proyecto, Ambler le ofreció la dirección del film a Baker, quien aceptó de inmediato. “The October Man” (1947), sería el resultado de dicha colaboración.


No fue hasta 1950, cuando se estrenó la cinta “Morning Departure”, que la carrera de Baker comenzó a despegar. El film recibió una serie de críticas favorables que tildaban a Baker, de entonces 32 años, como él niño maravilla de la industria cinematográfica británica. Gracias al éxito de esta cinta, Baker se trasladó a Hollywood, donde pasó tres años de su vida bajo contrato con la 20th Century Fox. Para Baker, esta experiencia sería inolvidable ya durante aquel periodo presenciaría el final del sistema de Estudios reinante en Hollywood. Además, su estadía en norteamérica le daría la oportunidad de trabajar junto a Marilyn Monroe antes de que esta se convirtiera en un ícono cultural. El film donde trabajó junto a la actriz sería “Don´t Bother To Knock” (1952), el cual gozaría de un éxito moderado. Cuando Baker regresó a Inglaterra, se dió cuenta de que tendría que construir su carrera nuevamente desde cero. Sería de la mano de la cinta “The One That Got Away” (1957), protagonizada por Hardy Krueger, que el director volvería a llamar la atención del público.

Durante la segunda mitad de los cincuenta y principios de los sesenta, Baker trabajaría mayormente bajo las órdenes de compañias asociadas con la Rank Organisation, siendo “A Night to Remember” (1958), el film más destacable del director durante ese periodo. Durante gran parte de la década de los sesenta, Baker trabajaría en el medio televisivo, específicamente en las series “The Human Jungle” (1963-64), “Gideon´s Way” (1964-65), “The Baron” (1966-67), “The Avengers” (1965-68), y “The Saint” (1963-86). Durante esta etapa de su carrera, Baker además de dirigir, se había convertido en productor. Luego de cinco años de trabajo en la televisión, Baker tendría su primer acercamiento con el cine fantástico cuando Anthony Nelson Keys lo invitó a dirigir el film “Quatermass and the Pit” (1967), para la Hammer. Al mismo tiempo, el director cambiaría su nombre de Roy Baker a Roy Ward Baker. Él apreciaría el volver a dirigir largometrajes, aunque nunca alcanzaría el estatus que gozó cuando trabajaba en la Rank durante la segunda mitad de los cincuenta.

La popularidad de estudios como la Hammer o la Amicus, se presentaron como una nueva fuente de trabajo en la industria cinematográfica para el director. A diferencia de las cintas de bajo presupuesto que Baker filmó en la década de los cincuenta, la Hammer contaba con más recursos en la realización de sus producciones. Por este motivo, gran parte de las primeras obras del director, terminaron desapareciendo a fines de los sesenta. Con la excepción de la comedia negra “The Anniversary” (1968), casi todas las cintas que Baker realizó después de 1962 pertenecían al género del horror o al de la ciencia ficción. Aunque ambos géneros eran comercialmente exitosos, la industría y los críticos en general los consideraban dentro de los géneros menos prestigiosos, lo que explicaría que Baker no fuera considerado como un director serio por la crítica. Su próximo film para la Hammer sería la olvidable cinta de ciencia ficción, “Moon Zero Two” (1969). Tras realizar un par de telefilmes (“The Spy Killer” y “Foreign Exchange”), Baker trabajaría nuevamente para la casa del martillo.

Varios años antes, Baker y su amigo Eric Ambler habían planeado adaptar la novela “Uncle Silas”, del escritor J. Sheridan Le Fanu, tan pronto terminaran sus labores en el ejército. Sin embargo, nunca trabajaron en el proyecto debido a que comenzarían a filmar “The October Man”. Baker sin embargo, estaba familiarizado con las novelas y las historia cortas de Le Fanu, por lo que en 1969, la Hammer le ofreció la adaptación de una de las novelas más conocidas del autor, “Carmilla”, la cual fue serializada en una revista llamada “The Dark Blue”, entre los años 1871 y 1872. “The Vampire Lovers” (1970), se convertiría en uno de los trabajos más controversiales del director, quien habría expresado su malestar con la cinta algunos años después, debido a que los productores lo presionaron para que incluyera una mayor cantidad de escenas de desnudos con tonos lésbicos. De todas formas, la obstinación de Baker por mantener el tono melancólico de la obra de Le Fanu logró que “The Vampire Lovers”, fuera la mejor entrada de la llamada “trilogía Karnstein” realizada por la Hammer en los setenta.

Su próxima cinta para el estudio, “Scars of Dracula” (1970), sufriría a causa del escaso presupuesto y el límitado calendario de filmaciones. Además sería ampliamente críticada por su aspecto de film barato y por las grandes dosis de violencia que presentaba la historia. Según Baker, “Cuando filmé Scars en 1970, las cintas se estaban volviendo cada vez más violentas y explícitas en la presentación de ciertos aspectos, debido a que la audiencia así lo quería, y la Hammer estaba intentando mantenerse a la moda. La violencia está escrita en el guión, y por esa razón yo la traspasé a la pantalla”. “Dr Jekyll and Sister Hyde” (1971), correría con mejor suerte que la cinta anterior. La historia mezclaba los asesinatos ocurridos en Whitechapel entre 1888 y 1891, con los personajes y las situaciones de la novela de Robert Louis Stevenson, “The Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde”. Este film fue reconocido por la crítica como una de las mejores películas estrenadas ese año, además de lograr un buen resultado a nivel de taquilla.

Tras volver a trabajar a la televisión por un corto periodo de tiempo, específicamente en la series, “The Persuaders” (1971-72) y “Jason King” (1971-72), Baker sería contratado por los estudios Amicus para filmar la que sería considerada como una de las mejores cintas de antologías del estudios. “Asylum” (1972), contaba con un guión del escritor Robert Bloch, y fue bien recibida tanto por el público como por la crítica. A esta le seguría otra cinta de antologías del estudio, “Vault of Horror” (1973), la cual según el mismo Baker, no resultó como el hubiese deseado, en gran medida por lo débil de las historias. Esta era una suerte de continuación del film realizado un año antes por Freddie Francis, “Tales From The Crypt” (1972). Su siguiente trabajo para la Amicus se convertiría en una nueva decepción para el director. “And Now The Screaming Starts!” (1973), era una de las cintas “tradicionales” del estudio, la cual también sufrió por presentar un guión mediocre. De todas formas, para Baker la realización de esta cinta no fue una completa perdida de tiempo; a los estupendos sets, se sumaba el excelente trabajo de fotografía de Denys Coop y el siempre destacable trabajo del actor Peter Cushing.

La última cinta que Baker filmó para la Hammer es tal vez la más curiosa de su filmografía. “The Legend of the 7 Golden Vampires” (1974), intentó colgarse de la creciente popularidad del cine de artes marciales, al mismo tiempo que presentaba una historia de vampiros. La historia es tan caótica como lo fue la realización de la cinta, y pese a no ser uno de sus mejores trabajos, con el correr de los años se ha transformado en un film de culto. Su último largometraje para el cine sería “The Monster Club” (1980), la cual es una cinta de antologías que pese a contar con la presencia de Vincent Price y John Carradine, estaba compuesta por historias poco interesantes. Baker continuaría su carrera como director en la televisión, participando en la realización de un buen número de series como por ejemplo; “The Irish R.M.” (1984-85), “Minder” (1979-89), y “The Good Guys” (1992), entre otras. Con una carrera repleta de altos y bajos, donde se destaca su paso por Hollywood y su asociación con los estudios Hammer y Amicus, Roy Ward Baker será siempre recordado por su contribución al cine fantástico, con joyas como "Quatermass and the Pit", “Asylum” o “Dr Jekyll and Sister Hyde”.


por Fantomas.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Laura: Hay amores que matan.

“Laura” (1944), es una cinta de suspenso del director Otto Preminger, la cual está protagonizada por Gene Tierney, Dana Andrews, Clifton Webb, y Vincent Price.

El detective Mark McPherson (Dana Andrews) debe investigar la muerte de la bella Laura Hunt (Gene Tierney), quien fue misteriosamente asesinada. A través de las entrevistas que tiene con algunos de los hombres que la amaron, el propio McPherson comienza a sentirse atraído por la imagen que va construyendo a partir de los testimonios.

La escritora Vera Caspary había estado por un tiempo tratando de escribir “Laura” como una obra de teatro, pero finalmente terminó convirtiendo la historia en una novela que sería publicada en 1943. Otto Preminger sería uno de los que leería la novela, mostrándose inmediatamente interesado en realizar una adaptación cinematográfica del relato. Para ese entonces, el director estaba de vuelta en la 20th Century Fox luego de haberse retirado del estudio tres años atrás, debido a una fuerte discusión con el jefe del estudio, Darryl F. Zanuck. Preminger deseaba dirigir la adaptación, pero Zanuck le dijo, “Tú puedes encargarte de la producción de la cinta, pero mientras yo esté aquí tú nunca podrás dirigirla”. Aunque en un principio Zanuck le asignó el proyecto a su unidad B, tras leer el guión terminaría asignándole el proyecto a la unidad A del estudio.

El proyecto fue tomando forma de manera bastante accidentada, aunque todos los cambios serían para mejor. El actor John Hodiak quien había sido seleccionado para interpretar el rol del detective, tuvo que ceder su papel luego de que Dana Andrews utilizara su encanto con la esposa de Zanuck. En cuanto al resto del elenco, luego de que los actores Reginald Gardiner, Jennifer Jones y Monty Woolley, se negaran a participar en la cinta, serían contratados Vincent Price, Gene Tierney, y Clifton Webb respectivamente. En cuanto al puesto de director, tras la negación de Lewis Milestone, fue contratado Rouben Mamoulian, quien junto al director de fotografía Lucien Ballard alcanzó a filmar gran parte del guión antes de ser reemplazado por Preminger. El mismo Preminger más tarde declararía que Zanuck estaba insatisfecho con el trabajo de Mamoulian, lo que explicaba su abrupta salida. Sin embargo, hay otras fuentes que afirman que Preminger minó a propósito el trabajo de Mamoulian para asegurarse el rol de director.


De todas formas, Preminger contrató a un nuevo director de fotografía, Joseph La Shelle, y comenzó a filmar todo desde cero. El cambio de atmósfera en el set era evidente. Preminger utilizaba un método bastante germánico en su dirección. Él adaptaría la cinta según su propia visión, por lo que hubo muchos cambios y se formaron una gran cantidad de conflictos. Andrews llegó a declarar que hubiese preferido que Mamoulian dirigiera la cinta, mientras que Tierney dijo, “Él no se cansaba nunca. Cuando el resto del elenco estaba a punto de caer del agotamiento, Otto nos pedía que tuviéramos el mismo vigor que teníamos al empezar el día”. Mientras que Preminger declaró que había tenido que filmar todo el guión, Mamoulian insistía que gran parte de la cinta estaba compuesta por las tomas que él había realizado. Aunque “Laura” contiene muchas cualidades estilísticas propias del trabajo de Preminger, muchos historiadores opinan que la secuencia inicial fue en verdad realizada por Mamoulian. La controversia no es menor, ya que Preminger recibió una nominación al Oscar al mejor director por su trabajo en este film.

El último de los “felices accidentes” que sufrió la producción de esta cinta tendría que ver con la banda sonora. Originalmente, Preminger quería utilizar la canción de Duke Ellington, “Sophisticated Lady”, como el tema principal del film. Afortunadamente, el joven David Raksin apareció con una idea mejor. Raksin se había hecho cargo de la banda sonora de la película luego de que tanto Alfred Newman como Bernard Herrmann, rechazaran el puesto tras oír rumores acerca de los problemas tras las cámaras que enfrentaba la producción. La historia es la siguiente: Zanuck quería eliminar la famosa escena en la cual el personaje de Andrews comienza a vagar por el departamento de Laura, inspeccionando sus cosas y mirando su retrato. Raksin no estaba de acuerdo con esto, ya que para él la escena era esencial para retratar que el detective se estaba enamorando de Laura. Zanuck y Preminger decidieron darle un fin de semana a Raksin para que escribiera una tonada original, de lo contrario iban a utilizar “Sophisticated Lady”. Durante el fin de semana, Raksin se enteró que su esposa quería terminar su matrimonio. Con el corazón destrozado, el compositor escribió una inquietante melodía romántica que es considerada como una pieza clave de la cinta.

“Laura” es una película elegantemente estructurada, con un ritmo narrativo más que adecuado, donde la historia se centra en un misterioso asesinato y en un abanico de posibles sospechosos, todos los cuales estaban embrujados por el encanto irresistible de Laura. Entre los sospechosos se encuentran el egocéntrico columnista Waldo Lydecker (Clifton Webb), considerado como uno de los personajes más memorables del cine negro; el vividor y pareja de Laura, Shelby Carpenter (Vincent Price); y la viuda millonaria Ann Treadwell (Judith Anderson), la cual desea quedarse con Carpenter sin importar el precio. Hasta cierto punto, el personaje de Dana Andrews podría considerarse como un predecesor del personaje interpretado por James Stewart en “Vertigo” (1958). Ambos personajes se obsesionaran con una mujer fallecida, convirtiendo a ambas cintas en una suerte de ensayo sobre la necrofilia. Ambos no se enamoran de la mujer, sino del recuerdo de una mujer supuestamente muerta de la cual solo tienen la imagen retratada en una pintura.

Las actuaciones en general son estupendas. Laura es el personaje más recordado de la actriz Gene Tierney y con justa razón. Clifton Webb hace un excelente trabajo, y probablemente la cinta no hubiese sido lo mismo sin su participación. Por lo mismo, él recibió una nominación al Oscar como mejor actor secundario. Vincent Price y Dana Andrews por su parte, cumplen a cabalidad con sus roles. Como había mencionado anteriormente, la banda sonora de Raksin es sumamente atmosférica, mientras que la impecable fotografía de Joseph La Shelle fue merecedora de un premio Oscar. El guión de "Laura" escrito por Jay Dratler, Samuel Hoffenstein y Elizabeth Reinhardt, es sumamente inteligente y presenta más de alguna vuelta de tuerca realmente sorpresiva. La historia es en gran medida relatada a través de flashbacks que servirán para presentar la vida de Laura antes de su asesinato, donde vemos retratado su ascenso de una simple trabajadora, a una ejecutiva exitosa, así como también la relación que esta tenía con los personajes interpretados por Webb y Price. “Laura” es uno de los grandes clásicos del cine negro, y tiene méritos de sobra para ser considerada como tal. Es una cinta con una atmósfera inquietante, que a su vez es recordada como uno de los grandes films de misterio que han salido de la industria hollywoodense, percepción con la que estoy completamente de acuerdo.




por Fantomas.

martes, 15 de septiembre de 2009

Series de Televisión: "Mission: Impossible", este artículo se autodestruirá en cinco segundos.

Creada por el compositor, escritor y director Bruce Geller, “Mission: Impossible” (1966-73), fue una serie emitida por la CBS la cual relata las aventuras de un conjunto de agentes federales encubiertos los cuales conforman el grupo denominado, The Impossible Missions Force (IMF). La IMF se encarga de tomar los casos más difíciles, como por ejemplo luchar contra dictadores de paises tercermundistas, prevenir asesinatos (o algunas veces comentiéndolos si la ocasión lo ameritaba), y desmantelar peligrosos grupos criminales envueltos en el tráfico de drogas o en la venta de armas de destrucción masiva. Aunque la serie no buscaba obtener la aprobación de J. Edgar Hoover, Geller deseaba que el show fuese tomado en serio, por lo que se rehusó a seguir el mismo camino de la popular serie de espias, “The Man From U.N.C.L.E.” (1964-68).

La serie debutaría el sábado 17 de septiembre de 1966, presetando al actor Steven Hill como el agente Daniel Briggs. Briggs no tendría
un supervisor inmediato, ni tampoco un contacto directo con el gobierno, por lo tanto él recibiría sus asignaciones mediante uno de los artilugios más originales que se recuerden en la historia de la televisión. Cada episodio comenzaría con Briggs en alguna locación remota, en la cual él localizaría una grabadora cuidadosamente escondida y un pequeño sobre. Mientras que la cinta contenía los detalles de la misión que debía llevar a cabo, el sobre por lo general contenía fotos que tendrían relación con el mensaje grabado. La voz en la cinta diría, “Esta es tu misión Dan, tú decides si la aceptas...”. Por supuesto que el agente Briggs jamás rechazaría un desafío. Luego de comunicarle sus instrucciones, la Voz le advertiría a Briggs que “Como siempre, si tú o cualquiera de los miembros de tu Impossible Missions Force son capturados o asesinados, nosotros afirmaremos no tener conocimiento de sus acciones”. Tras desearle buena suerte a Briggs, se escucha la advertencia “esta cinta se autodestruirá en cinco segundos” (y de hecho explota, tras una cortina de humo, dando inicio a la secuencia de créditos).

Posteriormente, ya en la comodidad de su oficina, Briggs debe seleccionar a los posibles agentes que lo acompañaran en su misión, donde cada uno de ellos posee un talento diferente. Obviamente, él seleccionaría a aquellos cuyas habilidades fuesen de mayor utilidad en las diferentes misiones. Privilegiando la continuidad del show, Briggs siempre sería acompañado por el mismo equipo de agentes. El equipo de la IMF original estaba conformado por la sexy actriz/modelo Cinnamon Carter (Barbara Bain), el maestro del disfraz Rollin Hand (Martin Landau, el marido en la vida real de Bain), el experto en electrónica Barney Collier (Greg Morris), y el musculoso Willie Armitage (Peter Lupus). Bob Johnson por su parte, era el encargado de proveer la voz que se escuchaba en las famosas grabaciones. Los espectadores rara vez sabrían con lujo de detalles en que consistía el plan de Briggs. Esto le permitía a los guionistas incluir algunas sopresas dentro de cada una de las historias. Es por esta razón, que cuando las cosas comenzan a salir mal, los espectadores no saben con seguridad si todo es parte del complejo plan de Briggs, o en realidad las cosas se estaban complicando para el equipo.

Otro de los elementos de la serie que logró llamar la atención de los televidentes, fue la original banda sonora compuesta por Lalo Schifrin. El tema principal de “Mission: Impossible”, se convertiría en una de las piezas musicales más famosas escritas para una serie de televisión. El tema grabado originalmente durante la producción del episodio piloto como parte de la música de fondo, impresionó tanto a Geller que diseñó los títulos iniciales del show en base a la composición. La secuencia de títulos, aparecería luego de que Briggs recibiera sus intrucciones y la cinta se autodestruyera, comenzando con el encendido de un fósforo, el cual activaría una mecha animada que continuaría quemándose a través de la pantalla mientras las imágenes del episodio del día aparecerían en una serie de rápidos cortes. El tema de “Mission Impossible” sería lanzado como un single en 1968, y pasaría más de tres meses en la cima de la lista de éxitos. Posteriormente, Schifrin lanzaría dos nuevas bandas sonoras para la televisión con música adicional para la serie.

Aunque la serie nunca logró resultados impresionantes de audiencia, se las arregló para atraer un grupo de leales seguidores que ayudarían a mantenerla por ocho años al aire. Hubo una serie de cambios importantes en el reparto durante el transcurso del show, donde el más importante fue la salida de Steven Hill luego de la primera temporada. Hill era un judío ortodoxo el cual no podía trabajar durante el Sabbath judío. Esto originó algunas discrepancias entre el actor y los productores de la serie, los cuales lo necesitaban en el set para cumplir con el caótico programa de producción. Hill se enfrentaría a una situación similar 23 años después cuando aceptó el rol protagónico en la serie de la NBC, “Law & Order” (1990-???). A diferencia de los productores de esa serie, quienes fueron capaces de acomodar el horario de trabajo del actor permitiéndole formar parte del reparto por diez años, en “Mission Impossible” a Hill no le quedó más remedio que dejar el show en la primavera de 1967 tras filmar 28 episodios. Él sería reemplazado por Peter Graves, un joven actor, hermano de la estrella de “Gunsmoke” (1955-75), James Arness. Graves interpretaría a Jim Phelps, quien sería el lider del equipo de la IMF durante el resto de la serie.

Martin Landau y Barbara Bain dejarían el show en la primavera de 1969. Landau sería reemplazado por Leonard Nimoy, quien venía saliendo de la serie de culto, “Star Trek” (1966-69). Sin embargo, la tarea de reemplazar a Bain, quien interpretaba a el único personaje femenino de la serie, sería un poco más difícil. Un trío de hermosas actrices (Lesley Ann Warren, Lynda Day George, y Barbara Anderson) aparecerían durante las últimas temporadas de la serie. La co-estrella Peter Lupus por su parte, casi hace que lo despidan. Después de que gran parte de las estrellas originales de “Mission: Impossible” habían dejado la serie, o habían conseguido aumentar su sueldo tras hablar con los productores, Lupus, quien interpretaba al hombre rudo del equipo, decidió que era su turno de perdirle un aumento a Bruce Geller. Fue entonces cuando su agente le arregló una cita con el productor. Cuando Lupus llegó a la sala de espera de la oficina de Geller, se encontró con una serie de hombres musculosos sentados, esperando hablar con el productor. Una vez que Lupus ingresó a la oficina, le dijo a Geller “Bruce, ya lo entendí”, cerró la puerta, se retiró, y nunca más pidió un aumento.

La serie contó con un buen número de episodios interesantes, como por ejemplo, “The Mind of Stefan Miklos” (1969), perteneciente a la tercera temporada. Este capítulo involucra a Walter Townsend, un oficial norteamericano de inteligencia de alto rango, el cual se descubre que es un doble agente que está filtrando valiosa información a enemigos extranjeros. Todo se complica cuando el gobierno le pasa información falsa a Townsend, y los agentes del IMF deben convencer al contacto de este que la información que maneja el traidor es real. Otro episodio interesante es, “The Survivors” (1967), perteneciente a la segunda temporada. En dicho episodio, el agente enemigo Eric Stavak, intenta secuestrar a un trío de científicos norteamericanos, los cuales poseen la llave de una poderosa arma. Luego de que Stavak a secuestrado a dos de los tres científicos, Phelps y Carter se hacen pasar por el tercer científico y su esposa para poder liberar a los hombres que han sido capturados. Una vez que estos son llevados a al refugio subterráneo de Stavak, los agentes del IMF deben convencerlo de que un terremoto ha devastado la ciudad de San Francisco para así poder capturarlo.

A través de los años, los involucrados en el show obtuvieron una serie de premios. Barbara Bain obtuvo tres premios Emmy consecutivos entre 1966 y 1969, a la mejor actriz principal en una serie dramática; Peter Graves y Martin Landau por su parte, recibirían un Golden Globe. Tras las cámaras, Lalo Schifrin ganó un Grammy a la mejor banda sonora, y Bruce Geller se llevó a su casa un premio Emmy al mejor guionista de una serie dramática. “Mission: Impossible” sería sacada del aire el 30 de marzo de 1973, luego de siete temporadas. Tiempo después, la serie tendría un éxito moderado gracias a las reposiciones, especialmente a nivel internacional. Para 1970, el show era transmitido en más de 60 paises, donde las misiones llevadas a cabo por los agentes de la IMF dieron una visión exagerada de lo que las agencias de inteligencia de los Estados Unidos realizaban. Incluso algunos ciudadanos del pais del norte tomaron demasiado en serio los relatos del show. Geller por su parte, sentía que había triunfado en su búsqueda por realizar un serie de televisión que lidiara con los miedos provocados por la Guerra Fría, y que en cierta medida le diera a los habitantes de la nación la sensación de que existían personas cuya misión consistía en protegerlos.

Desafortunadamente, Geller y su esposa Jeannette Marx fallecerían cuando el avión que piloteaba Geller, se estrelló en la mañana del 21 de mayo de 1978. Pero la creación del productor seguiría viva. Cuando el Writers Guild of America se fue a huelga en 1988, la cadenas televisivas comenzaron a buscar desesperadamente series que pudieran programar. Al no tener nuevos guiones escritos, la ABC decidió desenpolvar algunos viejos episodios de “Mission: Impossible” para filmarlos nuevamente. Peter Graves regresaría como Jim Phelps, quien ahora recibiría los mensajes en discos de video (Bob Johnson seguiría siendo la voz tras las misiones). Su nuevo equipo estaría conformado por Thaao Penghis como Nicholas Black, un maestro del disfraz; Antony Hamilton como Max Harte, el tipo rudo del equipo; Terry Markwell como la sexy Casey Randall; y en lo que se podría interpretar como una inteligente contratación, Phil Morris, el hijo en la vida real de la estrella de la serie original Greg Morris, interpreta a Grant Collier, el hijo de Barnie Collier, quien seguiría los pasos de su padre ocupando el puesto del experto en electrónica. Para disminuir los costos de producción, el elenco sería trasladado a Australia para filmar los nuevos episodios.

La nueva versión de “Mission: Impossible” sería estrenada el 23 de octubre de 1988. Los primeros episodios serían realizados utilizando los guiones de la serie original, siendo filmados casi de igual manera, mientras que el resto presentarían cambios en distintos niveles. Greg Morris aparecería por primera vez en la serie en el episodio titulado, “The Condemned”. Sin embargo, tal vez el episodio más memorable sería “The Fortune” (1989). Este sería el primer episodio en el que uno de los agentes sería asesinado. Al comienzo de dicho capítulo, la identidad falsa de Casey es descubierta, tras lo cual es asesinada. Tal como lo prometían las cintas que contenían la información de las misiones, el gobierno niega tener conocimiento de sus actividades. Lamentablemente, sus compañeros de equipo no tienen más opción que seguir los pasos del gobierno. Sin embargo, de manera secreta, ellos toman el caso de su fallecida compañera, el cual involucraba a un dictador exiliado y su dominante esposa los cuales terminan siendo llevados a la justicia. Terry Markwell sería reemplazada por la actriz Jane Badler, quien interpretaría a la agente Shannon Reed.


La nueva “Mission: Impossible” funcionó bien incluso luego de terminada la huelga de guionistas. La ABC decidió mantenerla en su horario, al mismo tiempo que ordenaba nuevos guiones para la serie. El show duraría dos temporadas (35 capítulos en total), antes de ser cancelada en la primavera de 1990. En 1996, se estrenaría una adaptación cinematográfica de la serie, dirigida por Brian De Palma, y protagonizada por Tom Cruise. Pese a que la cinta fue un éxito, no fue bien recibida por algunos seguidores de la serie original. La trama involucraba a Jim Phelps (ahora interpretado por Jon Voight), quien secretamente lleva a su equipo de la IMF a una trampa mortal. La idea de presentar a Phelps como un doble agente, enfureció a muchos de los leales seguidores de la serie de televisión, aunque de todas formas la película recaudó más de $180 millones de dólares, y originó dos secuelas (la cuarta entrega de la saga se dice que en este momento se encuentra en proceso de pre-producción). “Mission: Impossible” es una de las series de espias más recordadas, y vista en la actualidad, sigue manteniendo el encanto que la convirtió en una serie de culto.



por Fantomas.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Maestros de la Animación: Grim Natwick, una de las piedras angulares de la animación.

Myron “Grim” Natwick, nació el 16 de agosto de 1890, en Wisconsin Rapids, Wisconsin. Tras estudiar en el School of the Art Institute of Chicago, conseguiría su primer trabajo el mundo de la animación en 1917, al interior del International Film Service Productions, el cual era manejado por Gregory LaCava. El estudio, era propiedad de William Randolph Hearst quien en ese entonces, deseaba adaptar los personajes de las tiras cómicas que aparecían en su periódico al medio de los dibujos animados. LaCava, pese a presentar unas admirables habilidades administrativas, estaba teniendo problemas para encontrar animadores experimentados para el estudio. Sin embargo, entre uno de sus conocidos se encontraba un excelente dibujante que estaba trabajando como ilustrador de hojas de partitura. Sería esta persona la que LaCava escogería para ocupar el puesto de animador del estudio. Así fue como Natwick llegó al estudio de Hearst, en principio por “una o dos semanas” hasta que LaCava encontrara algunos animadores más experimentados. La primera tarea de Natwick al interior del estudio, consistió en animar una carrera de caballos para uno de los cortos de la serie “Happy Hooligan”.

Él pasaría más de una semana trabajando en dicha secuencia, hasta que al término de las dos semanas estaba listo para abandonar el estudio. Pero LaCava le dijo que Hearst le pagaría la suma de $100 dólares a la semana si él decidía quedarse. Natwick aceptó la oferta y lo que en un principio comenzó como un trabajo de dos semanas, se convirtió en uno de más de siete décadas. Alrededor de 1920, Natwick se tomó algunos años para estudiar arte en Viena, para así tener una base artística más clásica. De esta forma, cuando regresó a Nueva York, comenzó a ser más respetado como un artísta. La International Film Service ya no existía, pero Bill Nolan había organizado un estudio para producir algunos cortos de “Krazy Kat”. Dicha serie, presentaba bastantes semejanzas con la clásica tira cómica de George Herriman. Por otro lado, los animadores no solo debían estar pendientes de sus propias escenas, sino que también debían pintarlas. Entre algunos de los artistas que trabajaban en el Estudio Krazy Kat se encontraban futuros animadores destacados como Walter Lantz y Jimmie Culhane, quienes posteriormente tendrían la oportunidad de trabajar nuevamente con Natwick.


En 1929, Natwick se uniría a los Estudios Fleischer. En dicho estudio, acababan de realizar la transición del cine mudo al sonoro y estaban en proceso de abandonar el marcado contraste que presentaba la serie “Out of the Inkwell”, para comenzar a trabajar con un rango más amplio de tonos grises. Durante ese periodo, Disney acababa de contratar a varios de los animadores clave del estudio, entre los que se encontraban Dick Huemer y Ted Sears. Por este motivo, Natwick tuvo que trabajar con un grupo de artistas, los cuales compensaban su inexperiencia con talento y entusiasmo. Él no tardaría en llevar a este grupo por buen camino, realizando algunos de los cortos más imaginativos que alguna vez fueron producidos por los Estudios Fleischer, como por ejemplo “Swing, You Sinners” (1930) y “Mariutch” (1930).

Cierto día, Dave Fleischer le dió Natwick una fotografía de la cantante Helen Kane y le pidió que diseñara una caricatura. Fleischer había encontrado a alguien que tenía una voz similar a la de la cantante, y planeaba utilizarla en el corto de la serie Talkartoon, “Dizzy Dishes” (1930). Natwick exageraría los grandes ojos y la boca carnosa de Kane, creando un diseño interesante pero algo crudo. Algunas semanas después, Dave le pidió a Natwick que diseñara una novia para el personaje estrella del estudio, el perro Bimbo, la cual aparecería en la adaptación animada de la popular canción, “Barnacle Bill the Sailor”. De esta forma, Natwick decidió retomar la caricatura de Kane, y refinar algunos de sus rasgos. Fleischer se negó a la idea, aludiendo a que como Bimbo era un perro, su novia no podía ser humana. Natwick rápidamente dibujo la cabeza de quien sería conocida como Betty Boop sobre un cuerpo canino. Al poco tiempo déspues, Betty Boop aparecería como un personaje humano, el cual se volvería tan popular que obtendría su propia serie.

En California, Walt Disney había visto algunas de las animaciones de Betty Boop realizadas por Grim Natwick, por lo que envió a su hermano Roy a Nueva York para convencer al animador de que se uniera a su estudio en Hollywood. Ub Iwerks acababa de dejar la Disney para formar su propio estudio, por lo que para Disney, era prioritario encontrar un animador experimentado que ocupara su lugar. Roy Disney le realizó a Natwick una generosa oferta, pero este último no deseaba trabajar con los hermanos Disney. Al poco tiempo después, Natwick hablaría con su amigo Ted Sears, quien le diría que Walt Disney era tan solo un hombre de negocios, mientras que Iwerks era la verdadera fuente creativa del estudio. Fue entonces cuando Natwick decidió que el nuevo estudio de Iwerks sería el lugar perfecto para él. Muchos de los antiguos asistentes que trabajaron en la Hearst y en los estudios Fleischer con Natwick, ya se encontraban trabajando con Iwerks. De esta forma, Natwick telefoneó a Ub ofreciendo sus servicios, aceptando trabajar para él por menos de la mitad de lo que le había ofrecido Roy Disney. A su llegada al estudio de Iwerks, Natwick se encontró con que Ub había perdido el interés por la animación, por lo que en su persona recayó la responsabilidad de dirigir varios de los cortos del estudio, mientras Iwerks se dedicaba a pintar los dibujos en su taller ubicado tras el estudio.

Al interior del estudio de Iwerks, Natwick tuvo la oportunidad de dejar su marca en cintas como “Room Runners” (1932), “Stratos Fear” (1933), y "Aladdin´s Lamp” (1934). Cuando Natwick escuchó que Disney estaba planeando realizar un largometraje animado basado en “Snow White and the Seven Dwarfs” (1937), él supo que debía formar parte del proceso. Iwerks le ofreció ser su socio en el estudio siempre y cuando se quedara con él, pero el dinero no era la principal preocupación de Natwick. Fue así como el animador se despidió de sus amigos al interior del estudio de Iwerks y pasó a formar parte de los estudios Disney. La primera animación de Natwick al interior de la Disney sería el personaje femenino principal del corto, “Cookie Carnival” (1935). Su trabajo le valió el reconocimiento de Walt, quien le asignó la tarea de animar a Blancanieves en el esperado largometraje. En el proceso, Natwick tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de los mejores asistentes del estudio, como por ejemplo Jack Campbell y Marc Davis, entre otros. Para el final de la película, él había animado más de 120 escenas, con seis asistentes trabajando bajo sus órdenes.

Sin embargo, la labor de Natwick en la Disney no estaría exenta de polémica. Antes de la llegada de Natwick al estudio, Ham Luske era el encargado realizar la animación de Blancanieves. Para Luske, Natwick se había metido en su territorio. Aunque Luske aparece acreditado como director de animación en la cinta, su unidad tuvo poca interacción con la unidad de Natwick. Existía una considerable tensión al interior de los estudios Disney, entre los animadores que habían estado en el estudio por años, y los animadores que habían sido contratados especialmente para la realización de la cinta. Aunque en un principio Natwick prefirió no darle demasiada importancia al asunto, llegó un momento en que la situación se volvió insostenible. El asistente de Natwick, Jack Campbell, era una de las jóvenes promesas del estudio, por lo que se le permitió cambiarse a la unidad de Luske como animador. Por esta razón son distinguibles tres Blancanieves en la cinta; la de Luske, la de Campbell y la de Natwick. Mientras que la de Luske tenía apariencia de muñeca y presentaba un estilo similar al de los personajes femeninos de la serie “Silly Symphony”, la de Campbell mostraba un fuerte influencia de la animación realizada con el rotoscopio, y la de Natwick es la que da la impresión de estar más “viva”.

Debido a que Natwick empezó a utilizar parte de su tiempo libre en la realización de la cinta, el director Dave Hand le prometió un bono si la película era un éxito. Pero cuando las bonificaciones comenzaron a llegar, Natwick fue pasado por alto, pese al hecho de que él había sido uno de los animadores claves del film. Enfurecido, pidió que le entregaran una copia del borrador para realizar una lista de todas las escenas que él había animado. Para su sorpresa, descubrió que el nombre de Luske aparecía en todas las escenas que él había animado. Cuando Max Fleischer invito a Natwick a su nuevo estudio en Florida, el animador dejó la Disney sin pensarlo dos veces. Aunque posteriormente se habían realizado los arreglos para que Natwick recibiera su bonificación, este ni siquiera se molestó en retirarla. Varios años después, Natwick sintió que tal vez hubiese sido mejor haberse tragado su orgullo y continuar en la Disney, para así haber tenido la oportunidad de participar en “Fantasia” (1940) y “Pinocchio” (1940).

“Gulliver´s Travels” (1939), no sería el mejor trabajo de Natwick, debido a que no contaría con la ayuda de talentosos asistentes y que la aplicación de rotoscopio era bastante más limitada de lo que lo era en la Disney. Pero tras los problemas que experimentó en la Disney, los estudios Fleischer se mostraban como un lugar apacible, y Natwick comenzó a disfrutar de la compañia del resto de los trabajadores del estudio. Una tarde, Max Fleischer visitó a Natwick para pedirle que animara una secuencia de Betty Boop por “los viejos tiempos”. Él le explicó que Betty se había convertido en una de las grandes estrellas del estudio, pero que ya era momento de finalizar la serie, por lo que este sería el último corto de Betty Boop (dicho corto sería “Musical Mountaineers”). Max, como muestra de su agradecimiento, le regaló los derechos del personaje a Natwick. Como él no tenía conocimiento alguno del proceso de traspaso de propiedades, Natwick no hizo nada al respecto. Años más tarde, él se enteró de que los derechos de Betty Boop habían sido vendido por los Fleischers a King Features Syndicate por una gran suma de dinero. Natwick entabló una demanda contra los hermanos, pero como no tenía nada por escrito terminó perdiendo el juicio. Aunque algunos escritores han asegurado que la contribución de Natwick al proceso de creación de Betty Boop fue mínima, existe una buena cantidad de evidencia que asegura que el personaje fue creado en su totalidad por Natwick.

La Segunda Guerra Mundial dificultó la búsqueda de trabajo como animador, pero para suerte de Natwick, su viejo amigo Walter Lantz estaba produciendo algunas animaciones para el Departamento de Guerra. Natwick volvió a Hollywood para trabajar con Lantz, donde además tuvo la oportunidad de reunirse con algunos de sus viejos amigos, como por ejemplo Shamus Culhane y Dick Lundy. El buen ambiente que existía en la productora de Lantz, le vino bien a Natwick, quien siempre estaba buscando perfeccionar su trabajo. Algunos de los primeros trabajos de Natwick en el estudio como por ejemplo, “Take Heed Mr. Tojo” (1943) y “Enemy Bacteria” (1945), se convertirían en unos de los más exitosos films de entrenamiento durante la guerra. Otras de sus animaciones destacadas durante ese periodo fueron: “Who´s Cookin´Who” (1946), “Bathing Buddies” (1946), “Ski For Two” (1944), y “Solid Ivory” (1947). En su autobiografía, Walter Lantz citaría a Natwick como el mejor animador con quien tuvo el placer de trabajar.

Es importante tener en cuenta la edad de Natwick cuando se revisa su carrera. Cuando animó “Snow White”, él era uno de los artistas más viejos de estudio Disney, con 49 años de edad. Cuando su antiguo asistente en los estudios de Iwerks, Stephen Bosustow, lo convenció de unirse a la United Productions of America (UPA) en 1950, Natwick tenía 60 años. Mientras que la mayoría de los animadores de su generación ya estaban pensando en el retiro para ese entonces, Natwick no estaba dispuesto a abandonar su trabajo. Él provocaría toda una revolución estilística al interior de la UPA. Además, Natwick estuvo a cargo de la animación de los primeros cortos animados de Mr. Magoo, así como también de los cortos “Rooty Toot Toot” (1951) y “Gerald McBoing Boing” (1951), entre otros. A principios de la década de los cincuenta, él se había asentado en Nueva York como el animador principal de la oficina Este de la UPA, lugar donde comenzaría a animar muchos de los comerciales y los films industriales producidos por la compañia, siempre junto a su asistente Tissa David.

Cuando la oficina de Nueva York de la UPA cerró sus puertas, Natwick trabajó en varios estudios comerciales ubicados en Nueva York, como por ejemplo en Ray Favella and Robert Lawrence Productions. Él también estaría a cargo de la animación de la primera serie animada de televisión, “Crusader Rabbit” (1949), y más tarde trabajaría junto a Jay Ward y Bill Scott en la serie “George of the Jungle” (1967). También trabajaría como agente libre para Melendez y Duane Crowther en su productora Duck Soup Productions. Eventualmente se establecería junto al director Richard Williams, con quien trabajaría en “Raggedy Ann & Andy: A Musical Adventure” (1977). Varios años después, viajaría a Inglaterra para oficiar de profesor mientras trabajaba en “Coobler & the Thief” (1993). Él continuaría dibujando hasta los noventa años de edad, momento en el que su deteriorada visión no le permitió seguir trabajando.

Grim Natwick falleció el 7 de octubre de 1990, a los 100 años de edad. Hoy es considerado como uno de los más grandes animadores de la historia (si es que no el más grande). Además de crear a Betty Boop, uno de los pocos personajes femeninos animados en alcanzar popularidad mundial, su pasión por la animación inspiró a todos aquellos que trabajaron junto a él. Sin lugar a dudas, Grim Natwick es uno de los animadores más influyentes que jamás vivieron. Su carrera abarca la totalidad de la historia de la animación. Si uno tuviera que definir una sola característica de su trabajo, tendría que ser su habilidad para lograr que sus personajes parecieran estar realmente vivos. Es por todo esto, que Grim Natwick es considerado como uno de los catalizadores que permitieron la evolución del proceso de la animación a través de los años.





por Fantomas.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Montgomery Clift: Cuatro nominaciones al Oscar y una vida marcada por el alcohol y las drogas.

Edward Montgomery Clift nació en Omaha, Nebraska, el 17 de octubre de 1920. Hijo de Ethel Fogg y de William Brooks Clift, quien era el vicepresidente del Banco Nacional de Omaha, Clift tenía una hermana melliza llamada Roberta, y un hermano mayor llamado William Jr. El padre de Montgomery fue educado bajo las estrictas reglas sureñas, las cuales incluían algunos de los preceptos cristianos. Sin embargo, los sentimientos de hermandad entre sus pares no se aplicaba a la gente de color, algo que trató de inculcarle a sus hijos sin mayores resultados. Años más tarde, cuando Montgomery llevó a casa a su secretaria de color para una cena del día de acción de gracias, su padre no pudo ocultar su desilución. Por otra parte, la madre de Clift se encargó de educar a sus hijos como si fueran aristócratas. Por este motivo, ellos fueron educados en su casa por tutores privados provenientes de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, cuando la familia comenzó a sufrir dificultades financieras, Montgomery y sus hermanos tuvieron que asistir a la escuela como el resto de los adolescentes de su edad.

Sería uno de los profesores del colegio donde asistirían los hermanos Clift, llamado Hayward, el que empujaría al pequeño Montgomery a la actuación. De hecho, Hayward tenía un amigo que se encargaba de organizar producciones teatrales de caracter amateur, y en ese momento estaba buscando a un joven de 12 años para que protagonizara su próxima producción. Fue así como en 1933, Clift tuvo su debut como actor en la obra cómica, “As Husbands Go”, demostrando tener un talento natural para la actuación. Un tiempo después, Clift obtendría un papel en la obra de Broadway, “Fly Away Home”, donde los críticos resaltarían la buena labor del joven actor. Durante este periodo, Clift se mostraría muy cercano a su madre, quien se preocuparía que el joven dejara su marca en Broadway. Durante su adolescencia, Clift se mostró como un chico solitario, sin más amigos que Ned Smith, quien era el hermano menor de una amiga de la familia. Smith, quien se mostró preocupado por Clift debido a que este prefería leer un libro que salir con chicas, intentó que el joven desarrollara su lado masculino. Tras diez años de éxito en Broadway, Clift sintió que estaba listo para dar el salto a la pantalla grande.

Luego de que Howard Hawks viera la obra de Broadway, “The Searching Wind”, en la que participaba Clift, el director decidió contratarlo para que protagonizara junto a John Wayne el western, “Red River” (1948). Pese al esceptiscimo reinante al interior del equipo de filmación, Clift demostró ser todo un profesional pese al nerviosismo que sentía en su debut cinematográfico. Aunque Hawks y Wayne hicieron todo lo posible para que el joven actor se sintiera cómodo, llegando incluso a invitarlo a participar en algunas animadas partidas de poker celebradas por el grupo cercano a Wayne, la verdad es que el actor mantuvo una relación más bien distante con Wayne y Hawks, empujado por el rechazo que le provocaba el excesivo machismo reinante en el círculo del Duque. Esto explica la razón del porque en 1958, Clift rechazaría un papel en la cinta “Rio Bravo” (1959), que lo reuniría nuevamente con Wayne, con quien las relaciones no terminaron de la mejor manera tras finalizar las filmaciones de “Red River”.

Ese mismo año, el actor sería nominado a un Oscar al mejor actor por su participación en el drama bélico, “The Search” (1948). Su sensibilidad y su intensa interpretación fueron las grandes responsables de dicha nominación. Posteriormente trabajaría en el galardonado drama, “The Heiress” (1949), del director William Wyler; y en el drama bélico, “The Big Lift” (1950), del director George Seaton. Para cuando filmó el drama, “A Place in the Sun” (1951), del director George Stevens, Montgomery Clift ya era considerado como uno de los actores jóvenes más importantes de Hollywood. Intenso y neurótico, Clift parecía el actor perfecto para interpretar al protagonista de la cinta. Sin embargo, el actor dependía fuertemente de su maestra de interpretación, Mira Rostova, quien se encargaba de aprobar cada una de sus actuaciones. Esto enfureció a Stevens, quien no soportaba que alguien que no fuera él guíara las interpretaciones del elenco.

Pese a los conflictos generados al interior del set de filmación, Clift entregó una de sus mejores interpretaciones, la cual le valió una nueva nominación al Oscar. La co-estrella de Clift en esta cinta, Elizabeth Taylor, de entonces 19 años de edad, no tardó en enamorarse del actor. Sin embargo, el actor quien intentaba por todos los medios reprimir su homosexualidad, no podía sentirse atraído hacia la joven actriz, pero si logró entablar una linda amistad con ella. Aprovechándose de la relación entre Taylor y Clift, Stevens optó por reescribir algunas líneas del diálogo para que reflejaran el cariño maternal que Taylor sentía por el neurótico Clift. De hecho, una mañana intentando sacar aún más provecho de la situación, Stevens le entregó a la pareja de actores una escena romántica reciéntemente escrita, la cual fue recibida con indignación por Taylor debido a las líneas que tenía que decir. En dicha escena, la cual es considerada como el momento romántico mejor logrado del film, tras escuchar la declaración de amor realizada por el personaje de Clift, el personaje de Taylor le susurra al tiernamente, “cuéntale a mamá....cuéntale todo a mamá”.

En su siguiente trabajo, Clift tendría la oportunidad de trabajar junto al maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, en la cinta “I Confess” (1953). Lamentablemente, pese a ser un actor talentoso y popular, Clift era al mismo tiempo un hombre infeliz y trastornado, dependiente del alcohol, y cada vez más de su maestra de interpretación Mira Rostova. El actor insistía en la aprobación de Rostova antes de filmar una escena, lo que le trajo más de algún problema con el director, agregando considerables dosis de tensión al proceso de filmación. Esto se sumó a que el actor se encontraba constantemente bajo los efectos del alcohol, en parte gatillado por la imposibilidad de aceptar su homosexualidad, lo que no facilitaba las cosas. Debido a que al director no le gustaba la confrontación directa, tuvo que utilizar a Karl Malden como intermediario, debido a que este era una persona a la que Clift admiraba y escuchaba. Pese a todo, Clift nuevamente demostró ser un actor sumamente talentoso, entregando una interpretación poderosa y creíble.

Ese mismo año, Clift filmaría el drama “Stazione Termini” (1953), del director Vittorio De Sicca; y el galardonado clásico, “From Here to Eternity” (1953), del director Fred Zinnemann. Durante las filmaciones de “From Here to Eternity”, Clift encontró en Frank Sinatra a un gran compañero de juerga mientras se encontraban filmando en locaciones de Hawaii. A estas alturas, Clift estaba convertido en un alcohólico y su problema era cada vez más evidente. De hecho, una de las escenas de la película la tuvo que filmar completamente intoxicado, logrando a duras penas su cometido. Durante la realización del film, pese a los problemas que estaba enfrentando Sinatra (reciéntemente se había separado de su esposa Ava Gardner), este se convirtió en una especie de hermano mayor para Clift. Por otra parte, gran parte del elenco se mostró impresionado por la intensidad con la que el actor intentaba construir su papel. Él pasaba largas horas practicando su rol mientras miraba los ejercicios militares. Pese a su errático accionar, Montgomery Clift sería nominado por tercera vez al Oscar al mejor actor.

El 12 de mayo de 1956, mientras se encontraba filmando “Raintree Country” (1957), del director Edward Dmytryk, el actor chocó su automóvil contra un poste telefónico tras abandonar una fiesta realizada en la casa de su co-estrella en la cinta, Elizabeth Taylor, y su esposo, Michael Wilding. Alertada por su amigo Kevin McCarthy, quien presenció el accidente, Taylor corrió a asistir a Clift, a quien tuvo que sacarle manualmente la lengua de la garganta, al darse cuenta que este se estaba asfixiando. El accidente lo dejó con la nariz y la quijada fracturada, con una lesión en la cavidad sinusal, y severas laceraciones faciales las cuales requirieron cirujía plástica. Luego de una prolongada recuperación que duró dos meses, él pudo volver al set para retomar las filmaciones de “Raintree Country”. Pese a las preocupaciones de los ejecutivos de la MGM a cargo del proyecto, la cinta gozó de bastante éxito en gran medida gracias a que muchos de los espectadores que asistieron a las salas de cine a ver el film, se sentían intrigados por ver las escenas de Clift antes y después del accidente.

Lamentablemente, el accidente tendría como consecuencia que Clift desarrollara una fuerte dependencia a los calmantes, lo que sumado a su alcoholismo, terminó por acortar la vida del talentoso actor. Su comportamiento para ese entonces era cada vez más errático, lo que le preocupaba a todos aquellos que tenían la oportunidad de trabajar junto a él. Su carrera tras el accidente, sería considerada por muchos como el “más largo suicidio en la historia de Hollywood”, debido a su abuso de sustancias. Para cuando filmó “Lonelyhearts” (1958), resultaban evidentes las consecuencias del terrible accidente. Su apariencia se había deteriorado bastante, y su drogadicción no le permitía trabajar más allá de las dos de la tarde. Afortunadamente, Clift logró construir una cercana amistad con sus co-estrellas, Robert Ryan y Myrna Loy, quienes se encargaron de apoyarlo y protegerlo durante todo el proceso de filmación.

La próxima cinta de Clift sería el drama bélico “The Young Lions” (1958), del director Edward Dmytryk, donde tendría la oportunidad de trabajar con Marlon Brando, actor con el cual Clift sería comparado durante sus inicios. Durante la filmación de esta cinta, Clift comenzaría una amistad con Dean Martin, quien agradecería la ayuda recibida por el atormentado actor durante la realización del film. Durante un tiempo, sería Martin quien acompañaría a Clift cuando el resto del circuito hollywoodense le había dado la espalda tras destaparse su creciente adicción a las drogas y el alcohol. Luego vendría “Suddenly, Last Summer” (1959), una producción plagada de problemas, donde Clift estaba casi catatónico debido a sus adicciones. Para colmo, el director Joseph Mankiewicz tuvo que aguantar el enojo de Katherine Hepburn y Elizabeth Taylor, causado por la poca consideración que el director mostraba respecto a la situación de Clift.

Tras terminar “Suddenly, Last Summer”, Clift protagonizó el drama del director Elia Kazan, “Wild River” (1960). Posteriormente participaría en la cinta de John Huston, “The Misfits” (1961), donde trabajaría junto a Marilyn Monroe y Clark Gable. Monroe, quien ese momento estaba pasando por algunos problemas emocionales, fue descrita por Clift como “La única persona que conozco que está en peor forma que yo”. Pese a que gran parte del equipo de producción estaba preocupado por la capacidad actoral de Clift, este no tardó en demostrar porque era considerado como uno de los mejores actores de su generación. Clift lograría su última nominación al Oscar, esta vez al mejor actor secundario, en la cinta “Judgment at Nuremberg” (1961), del director Stanley Kramer. Para el actor, el haber sacado adelante el rol del física y mentalmente afectado Rudolph Peterson, fue una suerte de triunfo personal. Muchos años después, el director Stanley Kramer escribiría en sus memorias las dificultades que tendría el actor para recordar sus líneas para cada escena.

Para el tiempo que Clift estaba filmando, “Freud: The Secret Passion” (1962), del director John Huston, su estilo de vida autodestructivo estaba afectando seriamente su salud. La Universal lo demandó por sus frecuentes ausencias las cuales habían causado que el la cinta excedería el presupuesto inicial. El caso fue resuelto fuera de la corte; el film resultó ser un éxito de taquilla, ganándose una serie de premios por su guión y por el trabajo de su director, por lo que el estudio decidió abandonar su pleito con el actor. Luego del estreno de la cinta, el actor apareció en el “The Hy Gardner Show” hablando acerca de su accidente y los efectos que este había tenido en su carrera, y en su relación con la prensa. Durante la entrevista, Gardner mencionaría que esta sería “la primera y última aparición de Montgomery Clift en una entrevista televisada”. El tiempo le dió la razón.

Aunque Clift estaba listo para co-protagonizar junto a Elizabeth Taylor la cinta, “Reflections in a Golden Eye” (1967), del director John Huston, debido a compromisos previos de la actriz, se tuvo que aplazar la fecha del inicio de las filmaciones. Mientras tanto, el actor aprovechó de participar en el drama francés, “The Defector” (1966), sin sospechar que este sería su último rol. El 23 de julio de 1966, Montgomery Clift sería encontrado sin vida en la habitación de su casa ubicada en Nueva York, por su secretario personal Lorenzo James. La autopsia reveló que el actor de 45 años había fallecido a causa de un ataque cardíaco. No se encontró evidencia de que el actor hubiese sido asesinado o que su muerte fuera provocada por él mismo. Se cree que las adicciones que desarrolló Clift durante su carrera fueron las grandes resposables de su muerte. Tiempo después, fue revelado que el actor sufría de un problema a la tiroides, que pudo causar que este diera la impresión de estar drogado o borracho cuando en verdad estaba sobrio. Montgomery Clift fue un hombre cuya vida se vió truncada en gran medida por su incapacidad de aceptar su homosexualidad. Lamentablemente, Clift pertenece al infame grupo de actores hollywoodenses que pese a su gran talento y popularidad, terminaron en la peor de las miserias. Más allá de sus problemas, Montgomery Clift será siempre recordado por las poderosas actuaciones que conformaron su corta pero intensa carrera.



por Fantomas.

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