domingo, 30 de marzo de 2014

Gattaca: No existe el gen del espíritu humano.

“Gattaca” (1997), es una cinta de ciencia ficción del director Andrew Niccol, la cual está protagonizada por Ethan Hawke, Uma Thurman y Jude Law.

En un futuro no muy distante donde la sociedad está categorizada según sus características genéticas, Vincent Freman (Ethan Hawke) decide asumir la identidad de Jerome Morrow (Jude Law), un perfecto espécimen genético que ha quedado parapléjico luego de sufrir un accidente automovilístico, para así poder cumplir su sueño de viajar al espacio. Sin embargo, cuando el director del programa espacial en el cual trabaja es asesinado, la policía da inicio a una investigación que amenaza con dejar al descubierto su secreto.

 

Durante algo más de una década, el director y guionista Andrew Niccol ha sido el responsable de un número no menor de producciones provocadoras, las cuales han sabido ganarse un espacio al interior de la industria hollywoodense. Desde la alegórica “The Truman Show” (1998) hasta la política “Lord of War” (2005), sus cintas por lo general se han caracterizado por presentar un balance perfecto entre lo tópico y lo simplemente entretenido, lo cual ha permitido que se conviertan en obras que trascienden en el tiempo. Estrenada en el año 1997, “Gattaca” no solo es recordada por ser la opera prima de Niccol, sino porque además mediante una historia que postula que el nuevo orden social está establecido por los rasgos genéticos de cada individuo, Niccol comenzó a construir su reputación como un cineasta capaz de explorar temas complejos en cada una de sus cintas. Desarrollada inicialmente bajo el título de “The Eighth Day”, el cual era una referencia bíblica que apuntaba a implicar que el hombre se había atrevido a intervenir lo que Dios inicialmente había creado, la película se desarrolla en un futuro no tan lejano, en el cual un hombre imperfecto busca abrirse camino en un mundo dominado por la supuesta perfección artificial otorgada por la todopoderosa ingeniería genética.

En “Gattaca”, el protagonista Vincent Freeman es presentado prácticamente como un error de la naturaleza. Y es que él vive en una sociedad en la que los individuos que nacen de forma natural y sin la ayuda de la ingeniería genética, son relegados a trabajos básicos y son encasillados en un segmento subvalorado socialmente, a diferencia de aquellos cuya concepción fue genéticamente alterada, lo que les ha permitido ser considerados como personas “válidas” dentro del mundo en el cual se desarrollan. Es a raíz de esto que las aptitudes de Vincent no son tomadas en cuenta por quienes lo rodean, los cuales prefieren juzgarlo por su predisposición a adquirir miopía y una enfermedad cardiaca que ha reducido su expectativa de vida de manera considerable. Sin embargo, Vincent nunca ha aceptado el destino que la sociedad le ha impuesto. De hecho, cuando todavía era un niño, solía enfrascarse en competencias de natación y resistencia física con su hermano Anton (Loren Dean), quien pese a su supuesta perfección genética, en una ocasión debió ser rescatado por Vincent de una muerte segura. Tras años de realizar trabajos menores, Vincent decide tomar ciertas medidas para cumplir el sueño de su niñez y convertirse en un astronauta. Es entonces cuando a través de un comerciante de ADN conoce a Jerome Morrow, un hombre con una genética envidiable el cual luego de un confuso incidente, quedó confinado a una silla de ruedas. Una vez que Vincent asume su identidad, logra infiltrarse en una empresa llamada Gattaca, la cual está a cargo de diversos viajes al espacio. Lamentablemente para él, cuando está a punto de cumplir su sueño y viajar a una de las lunas de Saturno, el director del programa espacial es asesinado, lo que pone en peligro su falsa identidad y sus posibilidades de ser incluido en la ambiciosa misión interplanetaria.

 

En el film de Niccol, la tensión proviene de dos conflictos en particular. Primero, existe la posibilidad constante de que Vincent sea descubierto; debido a la infinidad de sistemas de seguridad con los que cuenta la empresa donde trabaja, el protagonista se ha visto obligado a tomar una serie de medidas que buscan ocultar su verdadero ADN en un lugar donde hasta una pequeña pestaña puede delatarlo. Segundo, ha ocurrido un asesinato; el director del centro espacial, quien ha cuestionado abiertamente la misión a Saturno, ha sido encontrado muerto, por lo que la policía ha comenzado a identificar al personal en busca de sospechosos. Esto pone sobre la mesa la posibilidad de que eventualmente una computadora establezca una relación entre Vincent, quien antes oficiaba como conserje, y Jerome, el nuevo programador espacial. Al mismo tiempo, el protagonista establece una relación amistosa con Irene (Uma Thurman), una atractiva mujer que trabaja en el centro pero que ha sido excluida de la próxima misión debido a que ha obtenido puntajes demasiado bajos en algunas áreas. Pronto nace una atracción innegable entre ambos, pero un romance en este mundo puede ser peligroso, ya que incluso un beso puede ser suficiente como para identificar a los involucrados en el mismo.

Lo interesante de “Gattaca” es que en cierto modo encierra dos historias en una. Por un lado está la emotiva historia personal de Vincent, quien lo único que desea es superar todos los obstáculos que han sido puestos en su camino. Esta subtrama en particular sirve para personalizar uno de los mensajes que contiene el film, permitiendo de este modo que el espectador se identifique con el protagonista. Vincent es un hombre común y corriente, es un personaje que existe precisamente porque sus fallas son perfectamente percibibles. Jerome en cambio, es presentando como su polo opuesto ya que posee todo lo que Vincent desea, con la excepción de la determinación a toda prueba del protagonista. En gran medida, el film realiza una comparación honesta entre un hombre imperfecto con uno que es percibido como tal. De forma paralela, “Gattaca” entabla un debate moral acerca de los problemas que pueden surgir en una sociedad determinada a discriminar a ciertos individuos a causa de su código genético. Es a raíz de este motivo que muchos estudiosos y científicos han señalado al film de Niccol como un verdadero ensayo bioético, debido a que no apunta a la ingeniería genética como la responsable del problema, sino que más bien establece que el problema surgiría solo si la sociedad está dispuesta a aceptar una ideología genetista que ve a los humanos sencillamente como la mera suma de sus genes.

 

En el ámbito de las actuaciones, la totalidad del elenco realiza un trabajo estupendo. Ethan Hawke convierte con éxito a Vincent en un personaje entrañable y creíble, el cual además demuestra tener una química innegable con sus compañeros de reparto, en especial con Jude Law, quien interpreta a Jerome como a un hombre inteligente, cínico y algo amargado, el cual es incapaz de abandonar el sistema que lo ha convertido en la persona que es en la actualidad. Uma Thurman por su parte, interpreta de manera sólida al interés amoroso del protagonista, la cual se caracteriza por ser una mujer que ha optado por abandonar toda esperanza de cumplir sus sueños. En lo que respecta al aspecto técnico del film, si hay algo por lo que “Gattaca” se caracteriza es por su cuidado aspecto visual. Tanto Jan Roelfs como Sarah Knowles se preocupan de establecer que la cinta se desarrolla en un futuro distópico, mediante la combinación de escenarios en los cuales priman los avances tecnológicos y una estética que perfectamente pudo haber sido sacada de un film noir clásico. Todo esto es complementado por el maravilloso trabajo de fotografía de Slawomir Idziak y por la selección de una paleta de colores en la cual priman los tonos amarillos y azules, con lo cual se pretende generar en el espectador una sensación de inevitabilidad y desesperanza que es compartida por los protagonistas del film. Por último, es necesario destacar la banda sonora compuesta por Michael Nyman, la cual resalta aún más la veta emotiva del relato.

Es necesario mencionar que “Gattaca” ha sido reconocida por muchos estudiosos como un como un verdadero film noir futurista, ya que tanto su aspecto estético como su estructura dramática se asemeja bastante a las cintas de cine negro que se filmaron durante las décadas del cuarenta y cincuenta. Al igual que otros film noirs, “Gattaca” utiliza como punto de partida un crimen y su posterior investigación policial, para luego centrarse en un problema social, en este caso el prejuicio y la intolerancia ejercida por un grupo específico de la sociedad, el cual es presentado mediante una serie de flashbacks que son narrados por la lacónica voz del protagonista. Curiosamente, pese a que el film de Niccol se estrenó durante la década en la cual se desarrolló el Proyecto del Genoma Humano, el cual pretendía identificar aproximadamente 25.000 genes en el ADN humano, con la intención de recolectar suficiente información como para poder realizar avances importantes en el desarrollo de la ingeniera genética, este no tuvo el éxito esperado. Solo algunos años después de su estreno, “Gattaca” comenzó a ser reconocida como una película entretenida que no solo le entrega al espectador una valiosa moraleja acerca de los peligros del abuso de la ingeniería genética, sino que además se alza como una de las cintas de ciencia ficción más inteligentes de los últimos 20 años.



por Fantomas.

martes, 18 de marzo de 2014

Strip Nude For Your Killer: Sordidez al estilo italiano.

“Nude per l´assassino” (1975), es un giallo del director Andrea Bianchi, el cual está protagonizado por Edwige Fenech, Nino Castelnuovo y Solvi Stubing.

Luego de que una modelo fallece durante un aborto, los integrantes de la agencia de modas a la cual pertenecía comienzan a ser brutalmente asesinados por una misteriosa figura envuelta en un traje de motociclista. Intrigado por la situación, el fotógrafo Carlo Bianchi (Nino Castelnuovo) emprende una investigación cuyo objetivo es descubrir la identidad del asesino antes de que este acabe con la vida de todas las personas ligadas a la agencia.

 

Pese a su evidente falta de talento, durante su carrera el director Andrea Bianchi se las arregló para realizar al menos tres cintas que con el paso de los años adquirieron el estatus de film de culto, pese a que presentaban un sinnúmero de falencias absolutamente evidentes; la infame película de zombies “Le notti del terrore” (1981), la sexualmente cargada “Malabimba” (1979), y “Nude per l´assassino”, el cual es considerado como uno de los giallos más sórdidos jamás filmados. De hecho, debido a que el contenido del film bordea lo ofensivo, el guionista Massimo Felisatti se rehusó a tomar todo el crédito por el guión, y le otorgó al director cierta responsabilidad en la historia para así minimizar su rol creativo y no cargar con todas las críticas que de seguro iba a recibir la producción. Y es que tal y como lo sugiere el título del film, “Nude per l´assassino” está lejos de ser una experiencia cinematográfica sofisticada o medianamente intelectual. En este caso en particular, la particular estética tan propia del giallo es dejada en segundo plano para dar paso a numerosos desnudos gratuitos y a diversas prácticas sexuales relativamente cuestionables. Si bien en la práctica todo esto no es precisamente algo escandaloso, la forma en como Andrea Bianchi presenta la historia deja bastante que desear.

“Nude per l´assassino” comienza con una corta secuencia en la que se ve como una hermosa modelo fallece durante la realización de un aborto clandestino. Al poco tiempo después, el médico a cargo del aborto es brutalmente asesinado por alguien que viste un traje de motociclista, cuya utilización no responde a un fetiche en particular, sino que tiene por objetivo ocultar la identidad y el género del asaltante. Esto será solo el comienzo de una serie de crímenes cuyas víctimas serán los integrantes de una prestigiosa agencia de modelaje, en la cual solía trabajar la desafortunada mujer. Entre los sospechosos de los crímenes se encuentra Carlo Bianchi, un ambicioso fotógrafo que se las arregla para seducir a cuanta mujer se cruza por su camino; Magda Cortis (Edwige Fenech), la asistente y la novia de Carlo, quien recientemente ha comenzado a fantasear con la idea de convertirse en modelo; Lucia (Femi Benussi), una chica que aspira a convertirse en una modelo famosa luego de haber tenido un breve affaire con Carlo; Patrizia (Solvi Stubing), la modelo más importante de la agencia; Gisella (Amanda), la extravagante y dominante dueña bisexual de la agencia; Maurizio (Franco Diogene), el obeso marido de Gisella que lo único que ansía es acostarse con Doris (Erna Schurer), quien es una inescrupulosa modelo que mantiene una violenta relación amorosa con Stefano (Gianni Airó), quien también trabaja al interior de la agencia.

 

Debido a que el misterio central del film está relacionado con un aborto fallido, el espectador inevitablemente se imagina que Bianchi se embarcará en un sutil estudio del controversial tema. Sin embargo, el director parece introducir el tema con el único propósito de comenzar la cinta con la imagen de una mujer desnuda con las piernas abiertas, marcando de inmediato el tono de la historia. Con la intención de que al menos parte de la perturbadora escena introductoria quede grabada en la mente del espectador, el director en numerosas ocasiones inserta una serie de tomas subliminales en las que aparece el cuerpo de la mujer dentro de una bañera, las cuales por lo general anteceden a las escenas de violencia que presenta el film. Si bien esto se alza como un interesante golpe de efecto, Bianchi es incapaz de imprimirle grandes dosis de suspenso a la cinta, lo que sin lugar a dudas resulta absolutamente imperdonable. Aun cuando resulta evidente que el director maneja de buena manera los elementos propios del cine de explotación que presenta la producción, “Nude per l´assassino” se aleja bastante de los ejemplos más memorables y exitosos del popular subgénero, los cuales lograron combinar con éxito la violencia, la desnudez, y los elementos del cine de explotación con una trama interesante, todo esto enmarcado en un impresionante estilo visual y acompañado de al menos una o dos piezas de suspenso brillantemente logradas.

En lo que respecta a la caracterización de los personajes, el film falla estrepitosamente. Prácticamente todos los personajes que participan en la historia resultan ser viles y nauseabundos, lo que los hace justos merecedores del destino que el asesino les tiene reservado. Carlo, quien hace las veces de protagonista y de detective amateur, no solo carece de cualidades redentoras, sino que además dista de ser encantador y es extremadamente misógino. De hecho, Carlo despide el film con la promesa de sodomizar a la fuerza a su novia, lo que refleja en gran medida el concepto de heroísmo que posee el director. Lamentablemente, Bianchi le imprime este carácter grotesco al resto de los personajes con la sola excepción de Magda, quien es la única que en cierto grado logra despertar la simpatía del espectador. Esto no deja de ser meritorio considerando que en una de las primeras escenas en las que participa el personaje interpretado por Fenech, ella se desnuda y procede a realizarle sexo oral al infame protagonista. Obviamente esto responde a que “Nude per l´assassino” está fuertemente ligada a la sexualidad, en especial a aquella de características aberrantes. Probablemente el mejor ejemplo de esto lo encarna Maurizio, quien durante gran parte del film intenta convencer a Doris de que se acueste con él. Cuando finalmente logra convencer a la modelo de someterse a sus deseos, este se comporta como un niño y es incapaz de tener una erección. Para coronar todo el asunto, una vez que Doris lo deja solo con su frustración, Maurizio no encuentra nada mejor que recurrir a su muñeca inflable poco antes de ser atacado por el asesino.

 

En el ámbito de las actuaciones, como se menciona en el párrafo anterior, solo Edwige Fenech, quien con el paso de los años se convertiría en una figura de culto dentro del ambiente del cine de explotación italiano, realiza una labor medianamente encomiable. El resto del elenco por su parte, no solo carece de presencia cinematográfica, sino que además interpretan de forma mediocre a sus respectivos personajes, los cuales dicho sea de paso además están condenados por una serie de diálogos absolutamente olvidables que poco contribuyen con el desarrollo de la trama. En cuanto al aspecto técnico de la producción, Bianchi solo realiza unos pocos guiños a la estética característica del giallo mediante el uso de una atractiva paleta de colores, numerosos primeros planos, y la siempre interesante cámara subjetiva. El a ratos competente trabajo del director se ve complementado con el sencillo pero efectivo trabajo de fotografía de Franco Delli Colli, y con la psicodélica banda sonora del compositor Berto Pisano, la cual sorprendentemente está al nivel de las bandas sonoras más memorable que haya entregado el subgénero.

Tras el estreno de “Nude per l´assassino”, Andrea Bianchi jamás retornaría a los terrenos cosmopolitas y violentos del giallo, en gran medida por la recepción negativa que tuvo la cinta. Lamentablemente, tras un prometedor debut como director con el subvalorado thriller psicológico “Diabólica Malicia” (1971), Bianchi fue incapaz de dejar de lado su inclinación por la sordidez y terminó construyendo una carrera que estuvo marcada por una serie de producciones de bajo presupuesto que rápidamente pasaron al más completo olvido. Aunque evidentemente “Nude per l´assassino” está lejos de ser una de las mejores entradas dentro del ciclo del giallo, y pese a que cuenta con incontables fallas tanto a nivel narrativo como técnico, de todas formas resulta ser medianamente entretenida y a ratos presenta una atmósfera bastante particular, que le imprime un colorido especial a un relato que solo puede ser denominado como básico. Junto con esto, es indiscutible que si en algo triunfa el film de Bianchi, es en la presentación políticamente incorrecta de varias de las obsesiones y los tabúes presentes en la cultura italiana de la época.



por Fantomas.
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