domingo, 12 de abril de 2009

Escape From New York: Tú eres Snake Plissken... Pero, ¿no estabas muerto?

“Escape From New York” (1981), es un film de ciencia ficción del director John Carpenter, el cual está protagonizado por Kurt Russell, Lee Van Cleef y Donald Pleasence.

Snake Plissken (Kurt Russell), un ex-soldado condenado a cadena perpetua, es enviado a la ciudad de Nueva York, convertida en prisión de máxima seguridad, para salvar al Presidente (Donald Pleasence) que ha sido secuestrado por un grupo de peligrosos convictos encabezados por el Duque (Isaac Hayes).


Luego del escándalo de Watergate ocurrido en la década de los setenta, en el pueblo norteamericano existía la sensación generalizada de que la corrupción no tenía límites, lo que destruyó por completo la imagen del presidente y sus asociados. Aprovechando dicha sensación, Carpenter comenzó a escribir el guión de “Escape From New York”, el cual fue considerado por muchos estudios como demasiado violento, aterrorizador y bastante extraño. La otra fuente de inspiración de Carpenter fue la popular cinta, “Death Wish” (1974), protagonizada por Charles Bronson, en la que un arquitecto decide vengar violentamente el asesinato de su esposa. Si bien Carpenter no estaba de acuerdo con la idea de alguien tomando la justicia en sus propias manos, si se sentía atraído por la noción de retratar a la ciudad de Nueva York como una especie de jungla de asfalto, la cual se mostraba como el escenario perfecto para desarrollar una historia de ciencia ficción.

El principal problema de Carpenter es que luego de dirigir “Dark Star” (1976), nadie quería contratarlo como director. Por esta razón no le quedó más alternativa que posponer el proyecto de “Escape From New York”, para dedicarse a filmar otras películas. Sería tras el éxito logrado con la cinta “Halloween” (1978), que la productora Avco-Embassy lo contrataría junto con la productora Debra Hill para filmar dos películas. La primera de estas cintas sería “The Fog” (1980). Aunque inicialmente la segunda sería “The Philadelphia Experiment” (la cual fue filmada en 1984 por Stewart Raffill), Carpenter se negó a llevarla a cabo por los problemas que experimentó durante el proceso de confección del guión, hecho que aprovechó para retomar el proyecto que había abandonado algunos años antes. Con el fin de pulir el guión e integrar algo de humor a la trama, Carpenter llamó a Nick Castle, un amigo de sus días como estudiante de la Universidad del Sur de California. Castle sería el responsable de la creación del personaje de Cabbie (interpretado por Ernest Borgnine), además de ser quien escribió el final de la historia.

Sabiendo que filmar en Nueva York elevaría demasiado los costos de producción, Barry Bernardi, el productor asociado, se dedicó a recorrer el país con el fin de encontrar “la ciudad más decadente de Norteamérica”. Fue así como Bernardi propuso la ciudad de St. Louis, Illinois, debido a que presentaba una gran cantidad de edificios antiguos, además de contar con todo un vecindario quemado por un gran incendio ocurrido varios años atrás, lo que a todas luces parecía ser el escenario perfecto para representar a una ciudad de Nueva York decadente y en ruinas. Carpenter por su parte, logró obtener un permiso para filmar en Liberty Island, algo completamente inédito en la historia del cine. Debido a que la ciudad/prisión tenía una apariencia desoladora, donde las únicas luces eran aquellas que provenían de las fogatas, Carpenter se encargó de dotar a la policía de un look altamente tecnológico, donde las luces de neón son absolutamente predominantes. Como dato curioso, algunas de las pinturas utilizadas como escenarios fueron facilitadas por James Cameron, quien en aquel entonces era un artista de efectos especiales en la empresa de Roger Corman, New World Pictures.

A tan solo unos minutos de comenzada la película, se puede apreciar que bajo lo que parece ser una cinta futurista con elementos propios del cine de aventura, se esconde un verdadero spaghetti western posmoderno. Al igual que los escenarios en los que suelen desarrollarse las historias del spaghetti, Nueva York es retratado como un lugar sumido en la más completa destrucción, donde conviven todo tipo de personajes peligrosos, y donde predomina la ley del más fuerte. De la misma forma, prácticamente ninguno de los personajes que participan en el film parecieran regirse por valores positivos o por algún tipo de código ético, lo que de inmediato convierte al protagonista en un antihéroe en toda su regla. Sin embargo, quizás la referencia más notoria al subgénero cinematográfico nacido en Italia, es la participación de Lee Van Cleef, todo un icono del spaghetti, recordado por sus papeles en dos de las cintas que componen la famosa “trilogía del dólar” de Sergio Leone.

Es este el escenario que Carpenter escoge para efectuar su crítica al poder y a los estados represores. En este futuro distópico, a la ley poco le importan los derechos de aquellos desdichados cuya sentencia indica una estadía permanente en Nueva York. Es así como los más débiles quedan a merced de los más fuertes y peligrosos, cosa que en verdad a nadie le preocupa. Esto llega a tal punto, que incluso la vida del presidente parece ser desechable. Como si se tratara de un reo más, el gobierno está dispuesto a sacrificarlo junto al resto de la población penal, ya que al rescatarlo pierde todo su valor. “El mundo está tan podrido como los habitantes de la prisión”, pareciera ser el mensaje que Carpenter intenta entregar con esta cinta. Por otro lado, en una escena con tintes proféticos en la cual los terroristas estrellan el avión presidencial contra las Torres Gemelas, las que en aquel entonces representaban al poder económico, el director deja patente su crítica hacia el capitalismo reinante en la nación del norte, el cual según Carpenter solo busca el enriquecimiento de los más acomodados mediante la explotación de los más desposeídos.

Si bien la película presenta un guión con una interesante premisa argumental, ha adquirido el estatus de film de culto en gran medida gracias a su protagonista, el incomparable Snake Plissken. Él es el alma y el motor de la cinta. Como mencioné anteriormente, él es un antihéroe en toda su regla; es un hombre cínico, individualista, desconfiado, resolutivo, y por sobretodo capaz de realizar cualquier cosa con tal de obtener algún beneficio, sin importarle como esto afecte a quienes lo rodean. Esto queda ejemplificado en una polémica escena en la cual Plissken es testigo de la violación de una mujer a la cual decide no socorrer, solo porque cree que no es asunto suyo. Pero más allá de su personalidad, lo que lo ha convertido en un personaje icónico es el estatus de leyenda viviente que se le otorga durante el transcurso del film. Desde un comienzo se establece que su fama traspasa los muros de la impenetrable prisión, lo que provoca que tanto los miembros del cuerpo de policía como los presidiarios demuestren sin tapujos la admiración que sienten por este implacable mercenario.


En lo que a las actuaciones se refiere, en general son bastante buenas. Kurt Russell interpreta de manera espectacular al que sin duda es su personaje más reconocido. Curiosamente, Russell no era la primera opción para interpretar a Plissken. La Avco-Embassy Pictures se había inclinado por Charles Bronson o Tommy Lee Jones para el papel protagónico. Sin embargo, Carpenter consideró que Russell, quien estaba intentado quitarse la imagen de actor cómico que había adquirido gracias a su participación en varias de las producciones de la Disney, era la mejor opción para interpretar al llamativo protagonista. Por otro lado, cabe destacar el excelente diseño de producción de Joe Alves, el correcto trabajo de fotografía de Dean Cundey, y la minimalista pero efectiva banda sonora compuesta por el mismo Carpenter. Son muchas las razones que han elevado a “Escape From New York” al estatus de film de culto, pero la principal es que se trata de un relato sumamente interesante y entretenido, cuyo protagonista presenta un magnetismo que ha provocado que sea nombrado como uno de los antihéroes más importantes del cine de ciencia ficción.




por Fantomas.

9 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Gran clásico donde los haya. Kurt Russell, gran tipo.

Saludos

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Sin duda alguna, uno de los mejores trabajos del Maestro Carpenter.

Una cinta incomprendida en su momento, pero que ha adquiridio, con el pasado del tiempo, el estatus y la apreciación que bien se merecía des de su nacimiento.

Snake Plissken forma parte de los personajes más icónicos de la historia del cine.

Gracias a sus trucajes y a sus fondos pintados, visualmente, esta cinta se conserva mucho mejor que su secuela (esa parodia/homenaje llamada Escape from L.A.), que ya empezaba a utilizar efectos digitales que ahora se nos antojan casposillos (la escena en la que Plissken surfea unas olas en medio de la ciudad, no puede haber envejecido peor)

Escape from New York es de esas películas que llevan la etiqueta "de culto" porque la merece.

Saludos ;)

Major Reisman dijo...

Buenas

Esta película tienes que verla en tu adolescencia porque entonces te entusiasma. Si la ves de adulto no lo tomas todo el sabor que destila. De hecho el remake que hicieron posteriormente estaba lleno de guiños para los fans, pero no era lo mismo.

Jo, que recuerdos. Menudo clasicazo.

Un saludo

Davo Valdés dijo...

Excelente critica Fantomas. Una pelicula excelente e imperdible. No tengo palabras para decir lo mucho que me gusta.

¡Saludos!

Nanu dijo...

una de las peliculas de accion que mas disfruto
saludos

Romina Bond dijo...

Hola, veo que te gusta el cine, yo también tengo un Blog dedicado al séptimo arte, asi que te invito a pasar, y sumar tu comentario, critica o sugerencia ;)

Saludos!
http://hoycine.blogspot.com/

Don fofo dijo...

Esta la vi hace poco, luego de muchos años, simplemente la raja.

Me gusta el celular de proporciones estratosféricas que sale acá jaja.

Kurt Russell es unos de los mas cool.

Saludos

Don_fofo

Sam_Loomis dijo...

Gran filme. Me encanta como ese 'futuro' es bastante anticuado, y sin duda como bien dices, Snake Plissken es el personaje más icónico del sólido Kurt Russell. Y John Carpenter, es mi director favorito. Tremendo par.

Muchos Saludos

Darkerrblog dijo...

De culto sin duda, un peliculón que me sigue emocionando. Saludos¡¡¡

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