martes, 12 de junio de 2012

Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.

“Las Garras de Lorelei” (1974), es una cinta de terror del director Amando de Ossorio, la cual está protagonizada por Tony Kendall, Helga Liné y Silvia Tortosa.


En un pueblito ubicado a las orillas del Rin, los habitantes viven asustados ante las muertes que últimamente, de forma inexplicable, acontecen en la zona. Aunque todo parece indicar que se trata de una fiera proveniente del bosque, no todos piensan así. Algunos lugareños creen que la culpable es Lorelei (Helga Liné), la mítica sirena que vigila el oro del Rin y que ha vuelto de su letargo milenario en búsqueda de sangre.

 

Tras terminar el rodaje de “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973), el director Amando de Ossorio comenzó a buscar en el mundo de las leyendas y los mitos la inspiración necesaria para darle vida a su próximo proyecto. Eventualmente, el cineasta encontraría algunas referencias mitológicas relacionadas con un pináculo rocoso ubicado a orillas del río Rin llamado Lorelei, las cuales llamarían profundamente su atención. Debido a que el punto en el cual se alza esta roca es una zona particularmente peligrosa y difícil de navegar por su profundidad y fuertes corrientes, muchos marineros perdieron la vida en aquel lugar. Lo que le otorga un mayor aire de misticismo a ese punto geográfico en específico, son los extraños sonidos parecidos a un murmullo que provoca el agua al pasar por ahí. Todo esto sirvió como punto de partida para un par de leyendas germánicas que terminaron siendo plasmadas en poemas, pinturas, canciones, óperas y películas. Una de esas leyendas asegura que el tesoro de los Nibelungos está escondido bajo la roca de Lorelei, mientras que otra leyenda, la cual es bastante más conocida y que en gran medida inspiró el guión de “Las Garras de Lorelei”, relata la historia de una doncella llamada Lorelei, quien tras ser traicionada por su enamorado, se lanzó del risco para convertirse en una criatura acuática cuyo canto lleva a los marineros a su muerte.

Una vez terminado el guión, el cual fusionaba elementos de ambas leyendas con algunos clichés propios del género fantástico, Ossorio rápidamente contrató a la actriz alemana Helga Liné, quien desde el año 1960 se encontraba radicada en Madrid, para interpretar a la enigmática y vengativa Lorelei. Con respecto a su participación en el film, en una entrevista reciente la actriz no solo declaró que Ossorio era un pésimo director y una persona desagradable, sino que además afirmó que la única razón por la que decidió participar en una cinta tan horrible, fue debido a que en aquel entonces era una madre soltera de dos hijos, la cual tenía que pagar las cuentas de alguna forma. El elenco lo completaría la española Silvia Tortosa y el italiano Tony Kendall, cuyas carreras estuvieron fuertemente ligadas al cine fantástico. Por otro lado, como se trataba de una producción de bajo presupuesto, Ossorio y compañía tuvieron que minimizar algunos costos ya sea fabricando artesanalmente determinados efectos especiales, y utilizando material extraído de otras producciones. Fue así como para evitar filmar en Alemania, se utilizaron algunas de las escenas de un documental titulado “The Castles of the Rhine”, las cuales se ensamblaron con unas tomas que el director rodó a orillas del río Alberche, el cual está ubicado en las cercanías de Madrid, para dar la impresión de la que cinta realmente transcurría en un pequeño pueblo germano ubicado a orillas del Rin.

 

En cuanto a la historia, “Las Garras de Lorelei” se desarrolla en un pequeño pueblo alemán el cual está siendo aterrorizado por una serie de macabros asesinatos, cuyo culpable por algún extraño motivo ha decido arrancarle el corazón a sus víctimas. Con el temor de que una de las estudiantes que asisten a un internado ubicado en las cercanías del pueblo se convierta en la nueva víctima del asesino, la profesora Elke Ackerman (Silvia Tortosa) decide contratar los servicios de Sirgurd (Tony Kendall), un joven cazador que no tardará en imponer sus propias reglas y en conquistar a gran parte de las jóvenes que residen en el lugar. En una de sus primeras rondas por las cercanías del internado, Sirgurd descubre en una cabaña aparentemente abandonada, a una misteriosa mujer con la que rápidamente establece un vínculo inexplicable. Para su sorpresa, no pasa mucho tiempo antes de que descubra que dicha mujer es nada menos que Lorelei, una criatura marina que cada vez que hay luna llena, sale de su guarida para conseguir corazones humanos que le permitan retornar a su sueño milenario. Sin embargo, ahora que se ha empecinado a convertir a Sirgurd en su compañero para toda la eternidad, al joven no le quedará más remedio que involucrarse en una carrera frenética cuyo objetivo es detener a Lorelei antes de que esta cumpla con su horrible misión.

La trama del film bien podría considerarse como la conjugación de dos corrientes narrativas, donde la primera está claramente ligada con el género del horror y con las historias que tienen a monstruos como Drácula como protagonistas, mientras que la segunda se mete de lleno en los terrenos del melodrama. Al igual que el famoso vampiro, Lorelei es un monstruo inmortal que acecha por las noches a sus víctimas, el cual se ve en la necesidad de extraerle el corazón a sus víctimas para así prologar su existencia, tal y como Drácula necesita la sangre de los humanos para conservar su vida eterna. Siguiendo con los paralelos existentes entre el Conde y Lorelei, con el fin de proteger a un determinado grupo de mujeres, Sirgurd se hace asesorar por el profesor Von Lander (Sergio Mendizábal), quien ha dedicado su vida a estudiar el mito de la extraña criatura marina, lo que lo ha llevado a descubrir que la radiación es lo único que puede acabar con su vida. Al mismo tiempo, Sirgurd descubre que Lorelei presenta otra debilidad; tal y como Drácula no puede exponerse a la luz del sol, Lorelei no puede permanecer demasiado tiempo fuera del agua sin poner en riesgo su existencia. Finalmente, una vez que el héroe de turno ha logrado determinar las debilidades de la mujer, este concentra sus esfuerzos en encontrar la guarida de la seductora criatura para así terminar con la amenaza que esta representa. En cuanto a la naturaleza melodramática del film, esta se ve reflejada en el triángulo amoroso conformado por Lorelei, Sirgurd y Elke Ackerman. Si bien la relación de estos dos últimos no comienza de la mejor manera, eventualmente la atractiva profesora no puede seguir ocultando sus sentimientos hacia su viril protector, lo que inevitablemente la convierte en el blanco de la furia de Lorelei, quien no está dispuesta a perder a su amado a manos de otra mujer.

 

El hecho de que Lorelei sea una villana con una historia trágica, en cierta medida contribuye a que el espectador empatice en algún grado con su situación. Y es que su mayor deseo es encontrar a alguien que la acompañe por toda la eternidad. Sin embargo, por motivos obvios, sus eventuales enamorados mortales inevitablemente terminan dejándola completamente sola. En cuanto al ámbito de las actuaciones, Helga Liné se destaca como la enigmática, seductora y cruel Lorelei. Tony Kendall y Silvia Tortosa por su parte, realizan una labor correcta aun cuando su interpretación se ve afectada por un puñado de diálogos deficientes y por situaciones que rompen con el tono de suspenso que intenta establecer el film. En relación al aspecto técnico de la producción, esta cuenta con la disonante banda sonora del compositor Antón García Abril, el encomiable diseño de producción de Cruz María Baleztena y Alfonso de Lucas, el cual se asemeja bastante a lo visto en las cintas de horror gótico de la productora británica Hammer Films, y los atractivos e ingeniosos efectos especiales diseñados por Alfredo Segoviano, los cuales en gran medida impiden que ciertos segmentos de la cinta caigan en la comedia involuntaria a causa de la evidente ineptitud del director.

Si bien Amando de Ossorio es conocido por haber sido el responsable de algunas de las joyas del cine fantástico español de bajo presupuesto, es necesario reconocer que no era precisamente un gran director. Aun cuando la historia de “Las Garras de Lorelei” poseía un tremendo potencial, este no pudo ser completamente explotado debido a la presencia de algunos detalles que inevitablemente alteran el resultado del producto. Por ejemplo, a ratos el relato carece de cohesión debido a que de golpe son introducidos una serie de personajes los cuales no tienen mayor relevancia en la trama, lo que provoca que la acción se traslade sin control de un lugar a otro sin respetar ninguna lógica narrativa. Además de esto, el film contiene algunas escenas completamente ridículas e innecesarias que atentan con destruir la atmósfera de suspenso y paranoia que Ossorio logra construir en algunos pasajes del relato. Dichas escenas transcurren en su mayoría al interior del internado, y se concentran en la relación que Sirgurd establece con las jóvenes que residen en el lugar, las cuales hacen todo lo posible por conquistar al galán recién llegado, quien coquetea constantemente con ellas. Más allá de estos factores, hay que reconocer que “Las Garras de Lorelei” es una película entretenida, que presenta una estética hammeriana, unas buenas dosis de gore, una interesante fusión de elementos de diversos géneros narrativos, bellas mujeres, y un encanto que finalmente resulta inexplicable, tan inexplicable como el poder de seducción de Sirgurd, quien provoca que prácticamente todas las mujeres que aparecen en la película pierdan el control ante su mera presencia.

              

por Fantomas.

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...