“Theatre of Death” (1967), es una cinta de horror y misterio del director Samuel Gallu, la cual está protagonizada por Christopher Lee, Julian Glover y Lelia Goldoni.
En Paris, el Teatro de la Muerte manejado por el excéntrico Phillippe Darvas (Christopher Lee), lleva una temporada presentado obras de terror. Es en el marco de dichas presentaciones que el cirujano forense de la policía, Charles Marquis (Julian Glover), retoma una vieja amistad con la actriz Dani Gireaux (Lelia Goldoni), con quien no tarda en entablar una relación amorosa. Lamentablemente, cuando una serie de extraños asesinatos empiezan a acechar las calles de Paris, todo parece indicar que uno de los miembros de la compañía teatral a la cual pertenece Dani es el responsable de los crímenes.
Tras terminar el rodaje de “Rasputin: The Mad Monk” (1966) para la productora británica Hammer Films, en el lapso de un año Christopher Lee protagonizó al menos cinco producciones de bajo presupuesto realizadas por diversas compañías británicas. Entre ellas se encuentra “Theatre of Death”, la cual fue producida por la modesta Pennea Productions. Curiosamente, si bien esta cinta fue filmada durante el otoño del año 1965 en los Estudios Elstree de Hertfordshire, demoró dos años en ser estrenada debido a que sufrió diversos problemas de distribución, pese a contar con un elenco de actores relativamente conocidos en Inglaterra. Para su director, el norteamericano Samuel Gallu, el film se presentaba como su gran oportunidad de irrumpir en la industria cinematográfica británica, dentro de la cual solo llegó a filmar cuatro largometrajes que carecieron de una gran repercusión mediática, lo que lo llevó a abandonar tempranamente su carrera como director. Con el fin de promocionar la producción, Gallu dijo en entrevista publicada en la revista Daily Cinema: “Nosotros nos adentramos en el mundo del Grand Guignol debido al horror y la sangre a la que está asociada al género, pero el resto de la historia funciona como un thriller de misterio… No es precisamente un film de terror; es una historia sobre una serie de asesinatos y sobre la investigación que busca dar con el culpable de los mismos.”
En “Theatre of Death”, tras la misteriosa desaparición de su padre, Phillippe Darvas heredó la posición de director del Theatre de Mort, el cual constantemente presenta espeluznantes obras que se inspiran en la tradición del Grand Guignol. Entre los miembros de su compañía, Darvas es reconocido como un hombre intenso, cruel y dominante, cuya única meta es crear obras marcadas por la violencia y el horror que le permitan destacarse en la escena teatral parisina. Actualmente, Darvas se encuentra realizando una investigación para su próxima obra, al mismo tiempo que muestra un especial interés por una joven e inexperimentada actriz llamada Nicole Chapelle (Jenny Till), a la cual hipnotiza frecuentemente con la intención de imprimirle un mayor realismo a sus interpretaciones. Por otro lado, su compañera de cuarto y colega, Dani Gireaux, se encuentra en medio de una relación amorosa con el Doctor Charles Marquis, quien está ayudando a la policía en la investigación de una serie de cruentos asesinatos en los que a las víctimas les han drenado toda la sangre. Cuando las sospechas comienzan a recaer sobre los miembros del Teatro de la Muerte, en especial sobre Dani, quien recientemente fue dada de alta de un centro psiquiátrico tras sufrir una crisis nerviosa, el Doctor Marquis se embarca en una carrera contra el tiempo cuyo objetivo es descubrir la verdadera identidad del asesino, y así exculpar a Dani de toda sospecha.
Gracias a que amalgama algunos aspectos de relatos como el Fantasma de la Ópera, como por ejemplo la presencia de una figura misteriosa que se mueve tras bambalinas durante una producción teatral; ciertos elementos de los films de vampiros, como lo son las víctimas cuya sangre ha sido completamente drenada por un psicópata; y pequeños guiños a los cánones de las películas de posesión diabólica, los cuales están reflejados en los poderes hipnóticos de Phillippe Darvas, “Theatre of Death” se alza como una cinta a lo menos interesante, aun cuando claramente no se trata de una obra que goce de un gran despliegue de originalidad. Esta clara sustracción de influencias también se evidencia en la presencia de pasajes secretos ubicados detrás de grandes bibliotecas, hipnotistas perversos, damiselas en peligro, individuos con un pasado oscuro, asesinos enmascarados, y escenarios de naturaleza gótica. Por otro lado, el director se preocupa de imprimirle un cierto grado de omnipresencia al psicópata de turno, mediante el uso de la siempre efectiva cámara subjetiva, lo que sumado a las características de cada asesinato, convierten a “Theatre of the Death” en una producción cuasi giallesca, la cual se alimenta de la curiosidad de un espectador ansioso por descubrir la identidad y los motivos del peculiar asesino.
En relación al misterio central del film, afortunadamente este se sostiene de forma sólida gracias a la abundancia de pistas falsas que presenta el relato, a las numerosas desapariciones que siembran nuevas interrogantes, y a los diversos problemas personales que presentan cada uno de los personajes que participan en la historia. Mientras que Dani Gireaux aún sigue lidiando con las consecuencias de su reciente crisis nerviosa, su atractiva compañera de cuarto se ha enamorado perdidamente del siniestro Phillippe Darvas, cuya marcada afición por lo macabro y su extraño comportamiento resulta ser bastante sospechoso. El Doctor Charles Marquis por su parte, no se encuentra en una situación mucho mejor, ya que se ha visto impedido de realizar cualquier tipo de cirugía a causa de un oscuro incidente que ha dejado inutilizada una de sus manos. Cada uno de los personajes es presentado con el suficiente grado de ambigüedad como para convertirlos en potenciales sospechosos de los cruentos crímenes. Junto con esto, se plantea la posibilidad de que los asesinatos guarden alguna relación con la desaparición del padre de Darvas, cuyo cuerpo jamás fue encontrado. Por último, la cinta sugiere que quizás los crímenes están ligados a la obra en la que Darvas había estado trabajando últimamente, cuyo borrador lamentablemente parece haber desaparecido de la faz de la Tierra.
En cuanto a las actuaciones, el elenco está encabezado por un increíblemente imponente Christopher Lee. Darvas no solo es un hombre cruel, obsesivo y maquiavélico, sino que además posee una marcada veta voyerista y constantemente se está aprovechando de las debilidades emocionales de quienes lo rodean, lo que lo convierte en un personaje realmente memorable. Esto provoca que incluso tras su desaparición, la cual ocurre aproximadamente en la mitad de la cinta, su influencia siga provocando ciertas repercusiones en la vida de los involucrados en el relato. El resto del elenco por su parte, realiza una labor bastante correcta a la hora de interpretar con una clara ambigüedad a sus respectivos personajes, los cuales no siempre resultan ser todo lo carismáticos que uno quisiera. En cuanto al aspecto técnico de la producción, esta cuenta con la atmosférica banda sonora de la compositora Elisabeth Lutyens, el estupendo trabajo de fotografía de Gilbert Taylor, y la llamativa dirección de arte de Peter Proud. Lamentablemente, las breves escenas en las que el vampírico asesino acecha y acaba con la vida de sus víctimas, finalizan con primeros planos congelados de los rostros de terror de estas, efecto que inevitablemente le quita algo de impacto a todo el asunto.
Si bien durante el transcurso del film se plantean una serie de diversas teorías acerca de lo que se esconde tras el modus operandi del asesino, como por ejemplo que este responde a un retorcido impulso sexual, o que quizás se trata de un extraño síndrome, o que incluso forma parte de un acto ritualístico que busca saciar un deseo incontrolable por alcanzar la vida eterna, la verdad es que la respuesta a esta interrogante en particular no solo revela la identidad del asesino, sino que además deja en evidencia el hecho que este actúa básicamente por la necesidad de aplacar un horrendo trauma infantil. Aun cuando presenta gran parte de los clichés del género y la historia posee algunas lagunas narrativas que entorpecen el ritmo de la cinta, “Theatre of Death” es un film bastante entretenido que cuenta con un gran elenco y con un nivel de producción muy similar al exhibido por las producciones de la Hammer, lo que lamentablemente en su momento no ayudó demasiado a que la cinta adquiriera una mayor relevancia en la escena cinematográfica británica. Por último cabe mencionar algo que sin duda resulta interesante, y es el hecho que Samuel Gallu se las ingenia para sembrar algunas pistas sutiles que pueden ayudar al espectador más minucioso a descubrir el misterio que se esconde tras los violentos crímenes, como por ejemplo una imponente pintura que se encuentra sobre la chimenea de la casa de Darvas, la cual retrata a una mujer dándole de comer a su hijo.
por Fantomas.
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