Burton Stephen Lancaster nació el 2 de noviembre de 1913, en Manhattan, Nueva York. Criado en el seno de una modesta familia de inmigrantes irlandeses compuesta por Elizabeth Roberts, James Henry Lancaster y sus cuatro hijos, el futuro actor pasó gran parte de su infancia jugando en las calles de East Harlem, al mismo tiempo que trabajaba lustrando zapatos y vendiendo periódicos para poder ayudar a su familia. Durante su adolescencia, comenzaría a desarrollar un marcado interés por la gimnasia, lo que lo llevaría a formar parte del equipo de basquetbol de la Escuela Secundaria DeWitt Clinton. Además de su gusto por el deporte, Lancaster era un ávido lector y un fanático de los films de aventuras de Douglas Fairbanks. Tanto era así, que a menudo utilizaba el living de su hogar para mostrarle a su familia lo que había visto en la pantalla grande. Sin embargo, jamás pensó en convertirse en un actor. Él deseaba ser cantante de ópera, pero cuando entró a la pubertad los cambios en su voz echaron por la borda su sueño. Lamentablemente, un poco antes de graduarse de la secundaria, su madre murió a causa de una hemorragia cerebral. Tras superar esta dolorosa pérdida, Lancaster ingresó a la Universidad de Nueva York gracias a una beca deportiva, con la intención de convertirse en profesor de educación física. Sin embargo, pronto cambiaría la universidad por la acrobacia, y junto a su amigo Nick Cravat se unirían al Circo de los Hermanos Kay como trapecistas bajo el nombre de “Lang y Cravat”. “Es una gran vida”, declaró alguna vez cuando se le preguntó por su etapa circense, la cual a su pesar tuvo que abandonar en 1939 luego de sufrir una grave lesión. Luego trabajaría por un tiempo como vendedor y como mesero cantante, para terminar en 1942 enlistándose en el ejército para participar en la Segunda Guerra Mundial.
Lancaster formaría parte de la División de Servicios Especiales, grupo militar encargado de seguir a las tropas de infantería con el fin de subirles la moral. También participó en el quinto batallón del General Mark Clark, el cual estuvo estacionado en Italia de 1943 a 1945. A su regreso a los Estados Unidos, mientras se encontraba visitando a su familia en Nueva York, fue invitado a participar en la audición de la obra de Broadway, “A Sound of Hunting”, lo que lo llevó a obtener un rol en la misma. Si bien la producción solo permaneció tres semanas en cartelera, la actuación del acróbata retirado llamó la atención del agente de Hollywood Harold Hecht, quien le presentó al productor Hal Wallis que finalmente contrataría a Lancaster para trabajar en la cinta “The Killers” (1946), la cual estaba basada en una historia de Ernest Hemingway. El ahora actor de 32 años, rápidamente saltó a la fama gracias a su atractivo físico y a su apariencia de tipo rudo, lo que le permitiría obtener roles protagónicos en los films “Brute Force” (1947) y “I Walk Alone” (1948). En 1946, Lancaster se divorciaría de June Ernst, su primera esposa, con la que contrajo matrimonio en 1935, para casarse con la enfermera Norma Anderson, con quien tendría cinco hijos. El éxito que logró con sus primeros trabajos, lo llevó a buscar papeles más diversos como el del ambicioso esposo del personaje de Barbara Stanwyck en “Sorry, Wrong Number” (1948), y el del doctor alcohólico en “Come Back, Little Sheba” (1952). Para ese entonces, Lancaster había incursionado en el mundo de la producción, convirtiéndose en uno de los primeros actores en establecer su propia productora (fundada en sociedad con el agente Harold Hecht), la cual en un inicio se llamaría Norma Production, para luego cambiar a Hecht-Hill-Lancaster tras la inclusión del guionista James Hill a la sociedad.
La primera cinta producida por la compañía de Lancaster sería “Kiss the Blood Off My Hands” (1948), a la cual le seguiría el film de aventuras “The Flame and the Arrow” (1950), el cual sirvió para que el actor exhibiera sus habilidades acrobáticas. Cabe mencionar que tanto en esta producción como en “The Crimson Pirate” (1952), Lancaster pudo reunirse con su viejo amigo Nick Cravat (con quien trabajaría en nueve largometrajes), el cual por lo general interpretaría roles secundarios que requerían de una gran habilidad física. La obra culmine de la compañía productora del actor sería la cinta “Marty” (1955), un drama de bajo presupuesto protagonizado por Ernest Borgnine, el cual estaba basado en un telefilme de Paddy Chayefsky. Este modesto film se convirtió en un éxito de taquilla y obtuvo cuatro premios Oscar, incluyendo el de mejor película. En cuanto a Lancaster, el punto más alto de su carrera llegaría de la mano del rol del Sargento Milt Warden en el largometraje “From Here to Eternity” (1953). Su participación en la cinta ganadora de ocho premios Oscar no solo le valió su primera nominación de la Academia, sino que además estampó en la memoria colectiva la famosa escena de amor en la playa entre el personaje de Lancaster y el de Deborah Kerr. Muchos años después, uno de los hijos del actor aseguró que este había tenido una relación sentimental con su coestrella, lo que fue desmentido por la misma Kerr, quien solo admitió que existía una atracción mutua entre ella y su colega.
Ya para aquel entonces, Lancaster era conocido por ser un actor de carácter difícil. Su mala fama se había comenzado a gestar durante la filmación de “The Killers”, a causa de los dichos del productor Mark Hellinger quien en una ocasión comentó: “Ese chico ha hecho una película y ya cree que sabe más que todos los que estamos en el set”. Su forma de ser inevitablemente lo llevaría a probar suerte como director, debutando con el film “The Kentuckian” (1955). La experiencia no le resultaría demasiado agradable, por lo que solo la repetiría veinte años después en la cinta “The Midnight Man” (1974). Al año siguiente Lancaster viajó a Europa para rememorar sus tiempos como acróbata en “Trapeze” (1956), para luego protagonizar junto a Katherine Hepburn el drama “The Rainmaker” (1956). En aquella época, era común ver a Lancaster trabajar junto a actores consagrados, demostrando su estatus de estrella. Por ejemplo, en “Run Silent, Run Deep” (1958) su coestrella era nada menos que Clark Gable, mientras que en “Gunfight at the O.K. Corral” (1957) trabajó junto a Kirk Douglas. Si bien ambos actores habían compartido escena varios años antes en el film “I Walk Alone”, fue durante el rodaje del western que se hicieron amigos. “Él intentaba decirme como debía actuar”, diría Lancaster refiriéndose a Douglas. “Yo le dije a él como debía actuar. Fue de esta suerte de disputa amable que nació nuestra amistad la cual estaba basada en el respeto mutuo”.
Durante los años venideros, la dupla que había demostrado tener una gran química dentro y fuera de la pantalla, colaboró en un puñado de cintas entre las que se encuentran “The Devil´s Disciple” (1959), “Seven Days in May” (1964) y “Tough Guys” (1986). Su excelsa interpretación de un ambicioso columnista de chismes en el film “Sweet Smell of Success” (1957), sería una suerte de aviso de lo que estaba por venir para el actor. En 1960, su compañía productora se encontraba lidiando con algunos problemas económicos, pero de todas formas fue capaz de sacar adelante la cinta “Elmer Gantry” (1960), donde Lancaster interpreta a un predicador con una marcada inclinación hacia las mujeres y el whisky. Dicho rol le valió el Oscar al mejor actor, y con el paso de los años se convirtió en su papel más recordado. Cuando en una ocasión le pidieron explicar cómo había desarrollado el personaje, Lancaster respondió: “En Elmer Gantry no estaba actuando. Era yo quien aparecía en la pantalla”. Su próximo film, “The Young Savages” (1961), le serviría principalmente para establecer una duradera relación laboral con el director John Frankenheimer, con quien trabajaría en cuatro producciones más (“Birdman of Alcatraz”, “Seven Days in May”, “The Train”, y “The Gypsy Moths”). Por otro lado, en “Judgment at Nuremberg” (1961), el actor no solo haría gala de su calidad interpretativa sino que también de su mal temperamento. Durante gran parte del rodaje, Lancaster tuvo una serie de problemas con Maximillian Schell, quien curiosamente interpretaba al antagonista de su personaje en el film.
Durante ese mismo periodo, el actor tuvo un bullado episodio de furia durante el programa de televisión del periodista Mike Wallace. En vez de soportar con calma las preguntas que hacían referencia a su mal temperamento, Lancaster se retiró furioso del estudio para nunca regresar. En 1963, el actor viajó a Italia para formar parte de la cinta “Il Gattopardo” sin saber que la única razón por la cual el director Luchino Visconti lo había elegido como protagonista era para lograr que la 20th Century Fox financiara el proyecto. Aunque la relación entre ambos fue tensa en un principio, pronto el actor se ganaría el respeto del realizador llegando incluso a convertirse en amigos. Es por esto que no resulta extraño que casi una década después, Lancaster protagonizara otra cinta de Visconti titulada “Gruppo di famiglia in un interno” (1974). Para poder participar en proyectos menos comerciales como “Il Gattopardo” y la subvalorada “The Swimmer” (1968), el actor en más de una ocasión optó por aceptar roles en films que él consideraba verdaderas “basuras”. De hecho, ese fue su veredicto a la hora de catalogar “Airport” (1970), producción que puso de moda las “cintas de desastres”. Su desencanto con la industria lo llevó a participar en diversos proyectos, como por ejemplo en la obra teatral “Knickerbocker Holiday”, donde llamó la atención su interpretación de la canción “September Song”. Igual de llamativa sería su participación en el programa “Sesame Street”, donde se encargó de recitar el alfabeto.
Durante la década del setenta, la carrera del envejecido actor comenzó a experimentar un franco declive, obligándolo a aceptar roles secundarios y a participar cintas que no tenían suficiente atractivo comercial. Entre sus trabajos más destacables de este periodo se encuentran “Executive Action” (1973), film que explora los intereses económicos ocultos tras la muerte del Presidente John F. Kennedy, y el western de Robert Aldrich, “Ulzana´s Raid” (1972). De la mano del mismo Aldrich, Lancaster protagonizaría la cinta “Twilights Last Gleaming” (1977), la cual criticaba en duro términos a la Guerra de Vietnam. En cierto modo, el mensaje de la película no era más que la extensión de las ideas del actor. Durante gran parte de su vida, Lancaster fue un participante activo de un buen número de movimientos liberales, por lo que frecuentemente salía en defensa de las minorías raciales y sexuales (lo que no resulta extraño, dado que por años se ha mantenido que el actor era bisexual). De hecho, en 1985 se unió a una importante campaña en contra del SIDA luego que su amigo cercano y colega, Rock Hudson, contrajera la enfermedad. De la misma manera, mostró abiertamente su rechazo a la Guerra de Vietnam y a movimientos como el Macartismo, y apoyó en varias ocasiones a candidatos demócratas.
Pese a que para la segunda mitad de la década del setenta su nombre ya no tenía mucho peso comercial, de todas formas sus servicios seguían siendo requeridos. Para ese entonces, lo único que le importaba a Lancaster era encontrar proyectos que le resultaran atractivos o desafiantes, al punto que participó gratis en la cinta de Bernardo Bertollucci, “Novecento” (1976), y llegó a desembolsar 150.000 dólares solo para asegurar que el film “Go Tell the Spartans” (1978) pudiese ser completado. Los ochenta comenzarían de buena manera para Lancaster, quien recibió una nueva nominación al Oscar por su papel en la película “Atlantic City” (1980), del director Louis Malle. Lamentablemente, para aquel entonces el estado de salud del actor no era de lo mejor. A causa de la arterioesclerosis que lo aquejaba, en 1980 tuvo serias complicaciones durante una cirugía cuyo propósito era removerle la vesícula biliar. Al poco tiempo después, mientras participaba en el film “Cattle Annie and Little Britches” (1981), el actor sufrió dos infartos cardíacos que obligaron a su equipo médico a realizarle un bypass cuádruple de emergencia. Si bien todo esto lo obligó a buscar trabajo en el medio televisivo, el cual era bastante menos exigente, no impidió que en 1988 acudiera a una sesión en el Congreso junto a otros actores como Jimmy Stewart y Ginger Rogers, con la intención de protestar contra el plan del magnate Ted Turner que pretendía colorear varias producciones rodadas en blanco y negro durante las décadas del treinta y del cuarenta.
Tras trabajar en varias series de televisión y en algunas cintas mediocres, Lancaster participó en el film “Field of Dreams” (1989), el cual se convertiría en la última entrada de su carrera cinematográfica. En cuanto a su trabajo en televisión, el actor se despediría con el telefilme “Separate but Equal” (1991). En 1990, Lancaster sufrió un grave accidente cerebrovascular que paralizó parte de su cuerpo y le afectó el habla. Ese mismo año, contrajo matrimonio con la productora televisiva Susan Martin, quien lo acompañó hasta el momento de su muerte. El actor fallecería el 20 de octubre de 1994, a causa de un infarto cardíaco, a los 80 años de edad. Locutor de radio, showman en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, actor teatral, productor, director, y finalmente estrella de cine, Burt Lancaster supo cimentar su carrera superando el hecho de ser un actor autodidacta, ganándose la aceptación del público y la crítica, lo que lo llevó a convertirse en una de las grandes estrellas hollywoodenses de todos los tiempos. Y es que la frescura que desprendía Burt Lancaster en la pantalla grande y la humanidad con la que dotó a sus personajes, permanece intacta hasta el día de hoy en cada una de las películas en las cuales participó.
por Fantomas.
2 comentarios:
Excelente post amigo, muy feliz año 2013. Un gran saludo de Oz desde:
http://el-cine-que-viene.blogspot.com/
Excelente post, Burt Lancaster fue un grande. Muchas gracias!
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