miércoles, 15 de abril de 2009

Fantasmi a Roma: Una de las pocas comedias fantásticas realizadas en Italia.

“Fantasmi a Roma” (1961), es una comedia del director Antonio Pietrangeli, la cual está protagonizada por Marcello Mastroianni, Tino Buazzelli y Sandra Milo.

Don Anibal (Eduardo De Filippo), príncipe de Roviano, es dueño de un enorme palacio romano el cual se niega a vender. Sin embargo, tras su muerte su sobrino (Marcello Mastroianni) comienza con los trámites para vender el edificio a una empresa constructora. Lo que no espera, es que los fantasmas que habitan el edificio tomen el asunto en sus manos, ideando un plan para evitar la demolición.


Si hay un género que ha relatado de manera creíble los cambios producidos en la sociedad italiana de los últimos cincuenta años, ha sido precisamente la comedia. El boom de dicho género se daría entre finales de los cincuenta y la primera mitad de los sesenta. Dentro de la oleada de cintas de este tipo que se lanzaron durante ese periodo, “Fantasmi a Roma” podría ser considerada como una obra menor, razón por la cual ha sido injustamente dejada de lado. El guión escrito por Ennio Flaiano, Ruggero Maccari, Antonio Pietrangeli y Ettore Scola, se presenta como una comedia fantástica (algo bastante inusual en el cine italiano), con toques surrealistas, lo que convierte a esta película en una curiosa e interesante propuesta.

Esencialmente la película es un cuento de hadas en toda su regla, donde los simpáticos fantasmas son los encargados de desencadenar gran parte de los acontecimientos que suceden durante el transcurso del metraje. Estos fantasmas están comandados por Reginaldo (Marcello Mastroianni), un casanova y un ferviente amante de las mujeres, el cual murió escapando de la casa de una de sus tantas conquistas. Sus compañeros son el Padre Bartolomeo (Tino Buozzelli), un monje cuya glotonería lo llevó a comerse una albóndiga con veneno para ratas; Doña Flora (Sandra Milo), una aristócrata que se lanzó desde un puente por amor; y Poldino (Claudio Catania), un niño de seis años que es el hermano mayor de Don Anibal, el cual falleció por razones desconocidas. Todos tienen una personalidad bastante distintiva, y aunque comparten un cierto cariño por el dueño de casa, también sienten una fascinación por jugarle todo tipo de bromas a todas las personas que se cruzan en su camino.


Y es que el grupo de fantasmas que vive con Don Anibal conforman una verdadera familia, cuyos integrantes son bastante diversos, tanto en edad como en personalidad. Sin embargo, todos comparten la convicción de no querer abandonar el viejo palacio, que pese a estar casi en ruinas se ha convertido en su hogar. Por otro lado, es evidente que Don Anibal está consciente de la presencia de los espectros en su hogar, aún cuando no puede verlos o escucharlos. De todas formas, él entabla conversaciones con ellos, logrando que la gran mayoría de sus conocidos lo consideren algo loco. En este estado de aparente tranquilidad, Reginaldo se divierte persiguiendo mujeres, el Padre Bartolomeo hace lo propio acompañando a Don Anibal, especialmente cuando este visita su restaurante preferido, Doña Flora se dedica a espiar a las parejas que se instalan en el puente en el cual ella se suicidó, y Poldino se preocupa de aprender nuevas cosas, además de ayudar a su amiga mortal en los exámenes del colegio.

Como es de esperarse, los problemas comenzarán cuando Don Anibal muera en un evitable accidente doméstico, dejando el palacio en manos del único familiar vivo que le queda. Federico es un joven sin trabajo conocido, que vive a expensas de su novia, interpretada por la actriz inglesa Belinda Lee. La pareja ve como la oportunidad de su vida la gran oferta monetaria que una compañia está dispuesta a pagar por la vieja mansión. Ante la posibilidad de quedarse sin un lugar donde vivir, los fantasmas comenzarán a urdir distintos planes para evitar dicho acontecimiento. Primero intentan lo obvio, espantar a la pareja del lugar, lo que da como resultado que estos tan solo deseen vender el caserón más rápidamente. Luego intentarán convencer a las autoridades de que el sitio es inseguro para instalar un equipo de construcción. Finalmente intentarán convertir el palacio en un patrimonio cultural, con la ayuda de un neurótico, egocéntrico, y talentoso pintor llamado Giovanni Battista Vilari, apodado “il Caparra” (Vittorio Gassman).

La cinta se apoya bastante en el extraordinario elenco que la conforma, encabezado por un Marcello Mastroianni que ya en ese entonces comenzaba a cimentar su exitosa carrera. Tanto su interpretación como la del resto de los actores raya en lo perfecto. También son destacables las actuaciones de Eduardo De Filippo, todo un veterano en el género de la comedia, y la participación de Vittorio Gassman, un actor sumamente versátil y magnético, más conocido por su participación en “Il Sorpasso” (1962), del director Dino Risi. Además es destacable el trabajo de fotografía de Giuseppe Rotunno, así como también la estupenda banda sonora de Nino Rota, cuya música complementa el tono alegre que caracteriza a esta producción. Lamentablemente, tanto la película como su director parecen haber sido olvidados entre tanta joya salida de Italia entre finales de los cincuenta y gran parte de los setenta. Este sería el séptimo trabajo de Antonio Pietrangeli, un director que murió relativamente joven en un accidente automovilístico, mientras se encontraba filmado la cinta “Come, Quando, Perché” (1969), la cual sería terminada por Valerio Zurlini. Su trabajo más conocido es el film “Il Magnifico Cornuto” (1964), una comedia protagonizada por Claudia Cardinale.

“Fantasmi a Roma” no pretende realizar una crítica social o representar a un grupo de personas en específico. Es más bien una descripción de la Roma esotérica, bien intencionada, reflejando en parte la melancolía de su director y su inclinación hacia las historias fantásticas. De hecho, en ciertos pasajes del relato es distinguible la influencia de Oscar Wilde y su “Fantasma de Canterville”. Se podría decir que la cinta se encuentra atrapada en un lugar entre la comedía clásica italiana y el visionario cine de Federico Fellini, abarcando el tema de la alienación del protagonista, el cual prefiere por vivir con los fantasmas de sus antepasados y sus muebles antiguos, los cuales representan sus queridos recuerdos, antes que afrontar el presente y relacionarse con los vivos. Con una premisa sencilla pero totalmente atrayente, apoyada en la habilidad del elenco participante, en el ritmo ágil que le imprime el director, y la magia que esconde la ciudad de Roma, “Fantasmi a Roma” se presenta como una hora y media de diversión bien aprovechada y como un interesante acercamiento al género fantástico desde el prisma de la comedia.


por Fantomas.

3 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Ni la conocía, pero he de decir que tampoco me atrae mucho.

Saludos ;)

Dr. Quatermass dijo...

Hola! estoy metido últimamente en el Italiano de la época, así que puede ser una opción. Gracias por sacar a la luz estas joyas.

Saludos!

Matías Orta dijo...

Qué tal.
Por fin puedo entrar en tu blog! Muy bueno! Los informes son re bien detallados.

Que sigas bien.

M
http://elblogdemichifus.blogspot.com/
(Te mando el link porque cerraré mi perfil y nadie podrá entrar en mi blog a través de él)

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