
Cuando Red Hood (Jensen Ackles), un enmascarado mitad vigilante, mitad criminal, comienza a limpiar las calles de Ciudad Gótica con una brutalidad pocas veces vista, Batman (Bruce Greenwood) tendrá ocupar todo su ingenio para desentrañar el misterio que se esconde tras esta nueva amenaza.

Es así como “Under the Red Hood” comienza con uno de los momentos más controversiales en la historia de la DC Cómics. A mediados de los ochenta, el Robin original, Dick Grayson, creció para independizarse y transformarse en Nightwing, un vigilante con identidad propia. Tras un periodo de experimentación, Batman logró encontrar a un nuevo compañero llamado Jason Todd, quien era un pequeño rufián al cual el hombre murciélago conoció mientras este intentaba robar las ruedas del batimóvil. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que los seguidores de la historieta comenzaran a expresar el desagrado que les producía este nuevo Robin, cuya actitud dejaba bastante que desear y se contraponía al código moral por el cual se rige Batman. Fue así como los creativos de la DC decidieron intentar una maniobra riesgosa para recuperar el beneplácito de los fanáticos; ellos publicaron una historia donde la vida de Robin quedaba en peligro, y adjuntaron un número telefónico al cual llamar para decidir el destino de este. Fue así como el destino del segundo Robin se selló, y finalmente fue asesinado a manos del Guasón.

Sin ahondar en detalles que pueden revelar demasiado de la trama, la historia presenta una serie de vueltas de tuerca interesantes que sorprenderán a todos aquellos espectadores que no están familiarizados con el cómic. Son varios los villanos que aparecen a lo largo de la historia (donde obviamente el Guasón ocupa un lugar importante), algunos de los cuales protagonizan los flashbacks que tienen por objetivo mostrar la evolución en la relación entre Batman y Jason Todd. Al mismo tiempo, el guión escrito por Judd Winick se encarga de enfatizar las diferencias existentes entre Batman y Red Hood, en especial a lo que se refiere a su método para erradicar el crimen de las calles. Mientras el primero sigue considerando que el miedo es la mejor arma para controlar el crimen, el segundo cree que la violencia debe enfrentarse con violencia, y que la única forma de controlar a los criminales es convirtiéndose en su líder. Por ejemplo, cuando Red Hood entra en escena durante una reunión entre los jefes de las distintas organizaciones criminales existentes en Ciudad Gótica, demuestra su torcido sentido de la moralidad cobrando una parte de las ganancias del tráfico de drogas, al mismo tiempo que prohíbe que estas les sean vendidas a menores de edad.

En cuanto a los actores que prestan sus voces para esta producción, la gran mayoría del elenco realiza un estupendo trabajo. Probablemente la decisión más riesgosa fue contratar a John Di Maggio (la voz de Bender) para que le diera su voz al Guasón. Sin embargo, el actor logra salir airoso de la difícil tarea que tenía entre manos. Por otro lado, la banda sonora compuesta por Christopher Drake es bastante acorde a las imágenes que inundan la pantalla, siendo uno de los puntos altos de esta modesta pero bien ejecutada producción. “Batman: Under the Red Hood” pese a ser una cinta animada, es bastante violenta y toca temas más profundos que otros de los films del Universo DC. Es evidente que el tema principal del relato es la venganza, y en ese sentido conforma un interesante díptico con “Mask of the Phantasm” (1993). Al mismo tiempo, ambas cintas se complementan al mostrar como Bruce Wayne logra balancear su vida como multimillonario y como vigilante enmascarado. En definitiva, “Under the Red Hood” es una película absolutamente recomendable, que a mi gusto es una de las mejores entradas dentro de las recientes adaptaciones animadas de los cómics de la DC.
por Fantomas.
1 comentario:
Definitivamente "Mask of the Phantasm" fue una sólida animación, no se porque tengo mis dudas acerca de "Under the Red Hood" pero ésta reseña la hace sonar interesante, además de que todo lo que tenga a Batman es interesante para mí.
¡Saludos!
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