“Happy Birthday to Me” (1981), es una cinta de terror del director J. Lee Thompson, la cual está protagonizada por Melissa Sue Anderson, Glenn Ford, Lawrence Dane y Sharon Acker.
Luego de su regreso al instituto, Virginia Wainwright (Melissa Sue Anderson) rápidamente se integra al grupo de los alumnos más populares de la escuela. Sin embargo, lo que en un principio parece perfecto, se ve empañado por una serie de asesinatos que involucra precisamente a este selecto grupo de estudiantes.
Luego de su regreso al instituto, Virginia Wainwright (Melissa Sue Anderson) rápidamente se integra al grupo de los alumnos más populares de la escuela. Sin embargo, lo que en un principio parece perfecto, se ve empañado por una serie de asesinatos que involucra precisamente a este selecto grupo de estudiantes.
Tras estrenar con éxito el slasher canadiense, “My Bloody Valentine” (1981), los productores John Dunning y André Link estaban listos para embarcarse en un nuevo proyecto. Curiosamente, dicho proyecto titulado “Happy Birthday to Me”, había sido rodado previo al estreno de “My Bloody Valentine”. Sin embargo, diversos problemas con los organismos de censura de la época, obligaron a la dupla de productores a retrasar la fecha de su estreno para así poder editar una serie de escenas cuyo contenido iba a provocar que la cinta obtuviese una calificación X, lo que significaba que su distribución y sus ganancias se iban a reducir drásticamente. Pese a este pequeño inconveniente, el film no tardaría en llamar la atención del público en general debido a los profesionales que participaron en la producción. Mientras que en la silla del director se encontraba nada menos que el aclamado realizador J. Lee Thompson, quien había sido responsable de clásicos como por ejemplo “The Guns of Navarone” (1961) y “Cape Fear” (1962), entre otros, el elenco estaba liderado por Glenn Ford, un respetado actor que durante su carrera tuvo el privilegio de trabajar con directores de la talla de Fritz Lang y Anthony Mann, solo por nombrar algunos. Junto a ellos, además se destacaba la presencia de la joven Melissa Sue Anderson, quien había adquirido cierta popularidad gracias a su rol en la serie de televisión “Little House on the Prairie” (1974-1981).
“Happy Birthday to Me” se centra en la figura de Virgina Wainwright, quien tras sufrir un grave accidente automovilístico y pasar por un largo periodo de recuperación, el cual incluyó una riesgosa cirugía cerebral experimental, regresa a la Academia Crawford, recinto estudiantil al cual asisten los hijos de las familias más ricas del lugar. Aunque nadie recuerda mucho de su paso previo por la Academia, Virginia pronto se convierte en una de las integrantes de un grupo de jóvenes extremadamente elitistas que se hacen llamar los “Top Ten”. Lamentablemente para ellos, un misterioso asesino comienza a eliminar a cada uno de los integrantes del grupo sin motivo aparente, empezando por una joven llamada Bernardette O´Hara (Lesleh Donaldson). Además de esto, Virginia tiene varias cosas más de que preocuparse. Como consecuencia del golpe en la cabeza que sufrió, es incapaz de recordar lo ocurrido el día del accidente, el cual además cobró la vida de su madre (Sharon Acker). A raíz de esto, no solo visita la tumba de su madre de manera regular pese a las constantes protestas de su padre (Lawrence Dane), sino que además está asistiendo a terapia con el Doctor David Faraday (Glenn Ford), quien desea ayudarla a reintegrarse exitosamente al entorno al que alguna vez perteneció. Con su cumpleaños número 18 en camino, Virginia no solo deberá descubrir que yace en su subconsciente, sino que también deberá descubrir quien está asesinado a sus amigos antes de que sea demasiado tarde.
Mientras que “Happy Birthday to Me” en muchos sentidos responde a los cánones típicos del slasher, resultan interesantes las pequeñas variantes que la convierten en una obra atípica dentro del subgénero. Para empezar, el asesino no es un hombre que se dedica a desexualizar a las mujeres de manera indiscriminada, sino que se trata de alguien que tiene un plan perfectamente diseñado. Junto con esto, no se detectan rastros de misoginia en el film, los cuales en el subgénero del slasher suelen estar ligados a la forma en como las mujeres son torturadas y asesinadas por el psicópata de turno, quien por lo general suele tomarse más molestias con el género femenino que con el masculino. Por otro lado, si bien existen ciertos guiños a la siempre latente sexualidad adolescente, no es posible encontrar desnudos gratuitos dirigidos a complacer al público masculino que solía ver este tipo de cintas. Por último, a diferencia de gran parte de los slasher, en “Happy Birthday to Me” la identidad del asesino y su motivación para cometer los crímenes adquieren una especial importancia, ya que por momentos el film funciona como una violenta historia de misterio, en la cual la principal sospechosa no solo es alguien que no logra recordar ciertos aspectos de su pasado, sino que además debido al accidente y a la posterior cirugía a la que fue sometida, parece tener algunos problemas para distinguir entre aquello que es real, y lo que es un mero producto de su vívida imaginación.
A diferencia del grupo de jóvenes en los que se centra la trama, los cuales son extremadamente hormonales y egocéntricos, y cuyo cerebro aún no ha alcanzado todo su potencial, el asesino de turno exhibe una hiper-racionalidad prácticamente irreal, la cual le permite justificar el asesinato de nueve personas. Está misma hiper-racionalidad es la que en gran medida le permite al psicópata utilizar los recursos que tiene a mano cada vez que se dispone a asesinar a alguien, lo que de manera directa influye en el hecho de que los crímenes que presenta el film gocen de una innegable originalidad y diversidad. Y es que dependiendo del escenario en el que se encuentra, el asesino utiliza desde una simple navaja, hasta una rueda de motocicleta que se encuentra en movimiento. Sin embargo, el crimen más recordado de la cinta sigue siendo aquel en el cual uno de los jóvenes es apuñalado con una brocheta de carne, ya que incluso se utilizó para promocionar el film. Pese a las virtudes antes mencionadas, “Happy Birthday to Me” no está exenta de algunos problemas clásicos del subgénero, como por ejemplo la presencia de personajes completamente unidimensionales y poco queribles, y la inclusión de escenas cuya única función es sumarle minutos al metraje. Afortunadamente para el espectador, Thompson es lo suficientemente inteligente como para matizar las lagunas narrativas que presenta el guión, con algunas dosis de suspenso y violencia gráfica, gracias a lo cual mantiene captiva la atención del espectador hasta el momento de la sorprendente revelación final.
En el ámbito de las actuaciones, el elenco en general realiza una labor relativamente correcta, salvo algunas excepciones. Melissa Sue Anderson logra con éxito proyectar la ansiedad que siente la protagonista al no poder recordar los hechos que provocaron su trágico accidente, al mismo tiempo que confunde al espectador con su errático comportamiento. Glenn Ford en cambio, no logra hacer gala de su vasta experiencia profesional, y termina interpretando de forma mediocre a un médico cuya única función es transmitirle al espectador que Virginia es una joven que lamentablemente tiene algo distorsionada su percepción de la realidad, lo que obviamente la convierte en la perfecta sospechosa. El resto de elenco cumple con interpretar de manera creíble a personajes que solo responden a los clásicos arquetipos del adolescente norteamericano, quienes por este mismo motivo no logran trascender más allá de los crímenes de los cuales son víctimas. En cuanto al aspecto técnico de la producción, esta cuenta con el encomiable trabajo de fotografía de Miklós Lente, quien es el gran responsable de la atmósfera paranoica y malsana que domina al relato, y con la efectiva pero olvidable banda sonora de los compositores Bo Harwood y Lance Rubin.
Algo que resulta curioso de “Happy Birthday to Me”, son las características que tiene la única sobreviviente de los asesinatos, la cual en el subgénero del slasher es conocida como “final girl”. Dicho concepto tiene relación con el hecho de que dentro del subgénero, el único sobreviviente suele ser una mujer virtuosa que se caracteriza por abstenerse de cualquier tipo de tentación, como lo son el alcohol y el sexo, gracias a lo cual se le permite vivir. Sin embargo, esto no significa que durante el transcurso de un determinado relato esta no sea en algún momento amenazada por el psicópata de turno. Si bien en “Happy Birthday to Me” efectivamente el único sobreviviente es una mujer, esta también es la principal sospechosa de los crímenes, por lo que durante el transcurso del film su rol en la trama va cambiando constante según las circunstancias en las que se ve envuelta, lo que convierte a Virginia en un personaje rico en matices, algo poco común en el slasher. Al mismo tiempo, “Happy Birthday to Me” cambia el exceso de violencia gráfica y desnudez tan propio del subgénero, por cuotas no menores de suspenso y diversos giros de tuerca que si bien son sorprendentes, no siempre son del todo creíbles. En definitiva, gracias a las pequeñas variantes que el director J. Lee Thompson introdujo dentro un subgénero cuya fórmula se repitió hasta el cansancio, es que “Happy Birthday to Me” es considerada como una de las mejores entradas del ciclo de slashers llevado a cabo con bastante éxito durante la década de los ochenta.
“Happy Birthday to Me” se centra en la figura de Virgina Wainwright, quien tras sufrir un grave accidente automovilístico y pasar por un largo periodo de recuperación, el cual incluyó una riesgosa cirugía cerebral experimental, regresa a la Academia Crawford, recinto estudiantil al cual asisten los hijos de las familias más ricas del lugar. Aunque nadie recuerda mucho de su paso previo por la Academia, Virginia pronto se convierte en una de las integrantes de un grupo de jóvenes extremadamente elitistas que se hacen llamar los “Top Ten”. Lamentablemente para ellos, un misterioso asesino comienza a eliminar a cada uno de los integrantes del grupo sin motivo aparente, empezando por una joven llamada Bernardette O´Hara (Lesleh Donaldson). Además de esto, Virginia tiene varias cosas más de que preocuparse. Como consecuencia del golpe en la cabeza que sufrió, es incapaz de recordar lo ocurrido el día del accidente, el cual además cobró la vida de su madre (Sharon Acker). A raíz de esto, no solo visita la tumba de su madre de manera regular pese a las constantes protestas de su padre (Lawrence Dane), sino que además está asistiendo a terapia con el Doctor David Faraday (Glenn Ford), quien desea ayudarla a reintegrarse exitosamente al entorno al que alguna vez perteneció. Con su cumpleaños número 18 en camino, Virginia no solo deberá descubrir que yace en su subconsciente, sino que también deberá descubrir quien está asesinado a sus amigos antes de que sea demasiado tarde.
Mientras que “Happy Birthday to Me” en muchos sentidos responde a los cánones típicos del slasher, resultan interesantes las pequeñas variantes que la convierten en una obra atípica dentro del subgénero. Para empezar, el asesino no es un hombre que se dedica a desexualizar a las mujeres de manera indiscriminada, sino que se trata de alguien que tiene un plan perfectamente diseñado. Junto con esto, no se detectan rastros de misoginia en el film, los cuales en el subgénero del slasher suelen estar ligados a la forma en como las mujeres son torturadas y asesinadas por el psicópata de turno, quien por lo general suele tomarse más molestias con el género femenino que con el masculino. Por otro lado, si bien existen ciertos guiños a la siempre latente sexualidad adolescente, no es posible encontrar desnudos gratuitos dirigidos a complacer al público masculino que solía ver este tipo de cintas. Por último, a diferencia de gran parte de los slasher, en “Happy Birthday to Me” la identidad del asesino y su motivación para cometer los crímenes adquieren una especial importancia, ya que por momentos el film funciona como una violenta historia de misterio, en la cual la principal sospechosa no solo es alguien que no logra recordar ciertos aspectos de su pasado, sino que además debido al accidente y a la posterior cirugía a la que fue sometida, parece tener algunos problemas para distinguir entre aquello que es real, y lo que es un mero producto de su vívida imaginación.
A diferencia del grupo de jóvenes en los que se centra la trama, los cuales son extremadamente hormonales y egocéntricos, y cuyo cerebro aún no ha alcanzado todo su potencial, el asesino de turno exhibe una hiper-racionalidad prácticamente irreal, la cual le permite justificar el asesinato de nueve personas. Está misma hiper-racionalidad es la que en gran medida le permite al psicópata utilizar los recursos que tiene a mano cada vez que se dispone a asesinar a alguien, lo que de manera directa influye en el hecho de que los crímenes que presenta el film gocen de una innegable originalidad y diversidad. Y es que dependiendo del escenario en el que se encuentra, el asesino utiliza desde una simple navaja, hasta una rueda de motocicleta que se encuentra en movimiento. Sin embargo, el crimen más recordado de la cinta sigue siendo aquel en el cual uno de los jóvenes es apuñalado con una brocheta de carne, ya que incluso se utilizó para promocionar el film. Pese a las virtudes antes mencionadas, “Happy Birthday to Me” no está exenta de algunos problemas clásicos del subgénero, como por ejemplo la presencia de personajes completamente unidimensionales y poco queribles, y la inclusión de escenas cuya única función es sumarle minutos al metraje. Afortunadamente para el espectador, Thompson es lo suficientemente inteligente como para matizar las lagunas narrativas que presenta el guión, con algunas dosis de suspenso y violencia gráfica, gracias a lo cual mantiene captiva la atención del espectador hasta el momento de la sorprendente revelación final.
En el ámbito de las actuaciones, el elenco en general realiza una labor relativamente correcta, salvo algunas excepciones. Melissa Sue Anderson logra con éxito proyectar la ansiedad que siente la protagonista al no poder recordar los hechos que provocaron su trágico accidente, al mismo tiempo que confunde al espectador con su errático comportamiento. Glenn Ford en cambio, no logra hacer gala de su vasta experiencia profesional, y termina interpretando de forma mediocre a un médico cuya única función es transmitirle al espectador que Virginia es una joven que lamentablemente tiene algo distorsionada su percepción de la realidad, lo que obviamente la convierte en la perfecta sospechosa. El resto de elenco cumple con interpretar de manera creíble a personajes que solo responden a los clásicos arquetipos del adolescente norteamericano, quienes por este mismo motivo no logran trascender más allá de los crímenes de los cuales son víctimas. En cuanto al aspecto técnico de la producción, esta cuenta con el encomiable trabajo de fotografía de Miklós Lente, quien es el gran responsable de la atmósfera paranoica y malsana que domina al relato, y con la efectiva pero olvidable banda sonora de los compositores Bo Harwood y Lance Rubin.
Algo que resulta curioso de “Happy Birthday to Me”, son las características que tiene la única sobreviviente de los asesinatos, la cual en el subgénero del slasher es conocida como “final girl”. Dicho concepto tiene relación con el hecho de que dentro del subgénero, el único sobreviviente suele ser una mujer virtuosa que se caracteriza por abstenerse de cualquier tipo de tentación, como lo son el alcohol y el sexo, gracias a lo cual se le permite vivir. Sin embargo, esto no significa que durante el transcurso de un determinado relato esta no sea en algún momento amenazada por el psicópata de turno. Si bien en “Happy Birthday to Me” efectivamente el único sobreviviente es una mujer, esta también es la principal sospechosa de los crímenes, por lo que durante el transcurso del film su rol en la trama va cambiando constante según las circunstancias en las que se ve envuelta, lo que convierte a Virginia en un personaje rico en matices, algo poco común en el slasher. Al mismo tiempo, “Happy Birthday to Me” cambia el exceso de violencia gráfica y desnudez tan propio del subgénero, por cuotas no menores de suspenso y diversos giros de tuerca que si bien son sorprendentes, no siempre son del todo creíbles. En definitiva, gracias a las pequeñas variantes que el director J. Lee Thompson introdujo dentro un subgénero cuya fórmula se repitió hasta el cansancio, es que “Happy Birthday to Me” es considerada como una de las mejores entradas del ciclo de slashers llevado a cabo con bastante éxito durante la década de los ochenta.
por Fantomas.
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