miércoles, 9 de septiembre de 2009

Montgomery Clift: Cuatro nominaciones al Oscar y una vida marcada por el alcohol y las drogas.

Edward Montgomery Clift nació en Omaha, Nebraska, el 17 de octubre de 1920. Hijo de Ethel Fogg y de William Brooks Clift, quien era el vicepresidente del Banco Nacional de Omaha, Clift tenía una hermana melliza llamada Roberta, y un hermano mayor llamado William Jr. El padre de Montgomery fue educado bajo las estrictas reglas sureñas, las cuales incluían algunos de los preceptos cristianos. Sin embargo, los sentimientos de hermandad entre sus pares no se aplicaba a la gente de color, algo que trató de inculcarle a sus hijos sin mayores resultados. Años más tarde, cuando Montgomery llevó a casa a su secretaria de color para una cena del día de acción de gracias, su padre no pudo ocultar su desilución. Por otra parte, la madre de Clift se encargó de educar a sus hijos como si fueran aristócratas. Por este motivo, ellos fueron educados en su casa por tutores privados provenientes de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, cuando la familia comenzó a sufrir dificultades financieras, Montgomery y sus hermanos tuvieron que asistir a la escuela como el resto de los adolescentes de su edad.

Sería uno de los profesores del colegio donde asistirían los hermanos Clift, llamado Hayward, el que empujaría al pequeño Montgomery a la actuación. De hecho, Hayward tenía un amigo que se encargaba de organizar producciones teatrales de caracter amateur, y en ese momento estaba buscando a un joven de 12 años para que protagonizara su próxima producción. Fue así como en 1933, Clift tuvo su debut como actor en la obra cómica, “As Husbands Go”, demostrando tener un talento natural para la actuación. Un tiempo después, Clift obtendría un papel en la obra de Broadway, “Fly Away Home”, donde los críticos resaltarían la buena labor del joven actor. Durante este periodo, Clift se mostraría muy cercano a su madre, quien se preocuparía que el joven dejara su marca en Broadway. Durante su adolescencia, Clift se mostró como un chico solitario, sin más amigos que Ned Smith, quien era el hermano menor de una amiga de la familia. Smith, quien se mostró preocupado por Clift debido a que este prefería leer un libro que salir con chicas, intentó que el joven desarrollara su lado masculino. Tras diez años de éxito en Broadway, Clift sintió que estaba listo para dar el salto a la pantalla grande.

Luego de que Howard Hawks viera la obra de Broadway, “The Searching Wind”, en la que participaba Clift, el director decidió contratarlo para que protagonizara junto a John Wayne el western, “Red River” (1948). Pese al esceptiscimo reinante al interior del equipo de filmación, Clift demostró ser todo un profesional pese al nerviosismo que sentía en su debut cinematográfico. Aunque Hawks y Wayne hicieron todo lo posible para que el joven actor se sintiera cómodo, llegando incluso a invitarlo a participar en algunas animadas partidas de poker celebradas por el grupo cercano a Wayne, la verdad es que el actor mantuvo una relación más bien distante con Wayne y Hawks, empujado por el rechazo que le provocaba el excesivo machismo reinante en el círculo del Duque. Esto explica la razón del porque en 1958, Clift rechazaría un papel en la cinta “Rio Bravo” (1959), que lo reuniría nuevamente con Wayne, con quien las relaciones no terminaron de la mejor manera tras finalizar las filmaciones de “Red River”.

Ese mismo año, el actor sería nominado a un Oscar al mejor actor por su participación en el drama bélico, “The Search” (1948). Su sensibilidad y su intensa interpretación fueron las grandes responsables de dicha nominación. Posteriormente trabajaría en el galardonado drama, “The Heiress” (1949), del director William Wyler; y en el drama bélico, “The Big Lift” (1950), del director George Seaton. Para cuando filmó el drama, “A Place in the Sun” (1951), del director George Stevens, Montgomery Clift ya era considerado como uno de los actores jóvenes más importantes de Hollywood. Intenso y neurótico, Clift parecía el actor perfecto para interpretar al protagonista de la cinta. Sin embargo, el actor dependía fuertemente de su maestra de interpretación, Mira Rostova, quien se encargaba de aprobar cada una de sus actuaciones. Esto enfureció a Stevens, quien no soportaba que alguien que no fuera él guíara las interpretaciones del elenco.

Pese a los conflictos generados al interior del set de filmación, Clift entregó una de sus mejores interpretaciones, la cual le valió una nueva nominación al Oscar. La co-estrella de Clift en esta cinta, Elizabeth Taylor, de entonces 19 años de edad, no tardó en enamorarse del actor. Sin embargo, el actor quien intentaba por todos los medios reprimir su homosexualidad, no podía sentirse atraído hacia la joven actriz, pero si logró entablar una linda amistad con ella. Aprovechándose de la relación entre Taylor y Clift, Stevens optó por reescribir algunas líneas del diálogo para que reflejaran el cariño maternal que Taylor sentía por el neurótico Clift. De hecho, una mañana intentando sacar aún más provecho de la situación, Stevens le entregó a la pareja de actores una escena romántica reciéntemente escrita, la cual fue recibida con indignación por Taylor debido a las líneas que tenía que decir. En dicha escena, la cual es considerada como el momento romántico mejor logrado del film, tras escuchar la declaración de amor realizada por el personaje de Clift, el personaje de Taylor le susurra al tiernamente, “cuéntale a mamá....cuéntale todo a mamá”.

En su siguiente trabajo, Clift tendría la oportunidad de trabajar junto al maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, en la cinta “I Confess” (1953). Lamentablemente, pese a ser un actor talentoso y popular, Clift era al mismo tiempo un hombre infeliz y trastornado, dependiente del alcohol, y cada vez más de su maestra de interpretación Mira Rostova. El actor insistía en la aprobación de Rostova antes de filmar una escena, lo que le trajo más de algún problema con el director, agregando considerables dosis de tensión al proceso de filmación. Esto se sumó a que el actor se encontraba constantemente bajo los efectos del alcohol, en parte gatillado por la imposibilidad de aceptar su homosexualidad, lo que no facilitaba las cosas. Debido a que al director no le gustaba la confrontación directa, tuvo que utilizar a Karl Malden como intermediario, debido a que este era una persona a la que Clift admiraba y escuchaba. Pese a todo, Clift nuevamente demostró ser un actor sumamente talentoso, entregando una interpretación poderosa y creíble.

Ese mismo año, Clift filmaría el drama “Stazione Termini” (1953), del director Vittorio De Sicca; y el galardonado clásico, “From Here to Eternity” (1953), del director Fred Zinnemann. Durante las filmaciones de “From Here to Eternity”, Clift encontró en Frank Sinatra a un gran compañero de juerga mientras se encontraban filmando en locaciones de Hawaii. A estas alturas, Clift estaba convertido en un alcohólico y su problema era cada vez más evidente. De hecho, una de las escenas de la película la tuvo que filmar completamente intoxicado, logrando a duras penas su cometido. Durante la realización del film, pese a los problemas que estaba enfrentando Sinatra (reciéntemente se había separado de su esposa Ava Gardner), este se convirtió en una especie de hermano mayor para Clift. Por otra parte, gran parte del elenco se mostró impresionado por la intensidad con la que el actor intentaba construir su papel. Él pasaba largas horas practicando su rol mientras miraba los ejercicios militares. Pese a su errático accionar, Montgomery Clift sería nominado por tercera vez al Oscar al mejor actor.

El 12 de mayo de 1956, mientras se encontraba filmando “Raintree Country” (1957), del director Edward Dmytryk, el actor chocó su automóvil contra un poste telefónico tras abandonar una fiesta realizada en la casa de su co-estrella en la cinta, Elizabeth Taylor, y su esposo, Michael Wilding. Alertada por su amigo Kevin McCarthy, quien presenció el accidente, Taylor corrió a asistir a Clift, a quien tuvo que sacarle manualmente la lengua de la garganta, al darse cuenta que este se estaba asfixiando. El accidente lo dejó con la nariz y la quijada fracturada, con una lesión en la cavidad sinusal, y severas laceraciones faciales las cuales requirieron cirujía plástica. Luego de una prolongada recuperación que duró dos meses, él pudo volver al set para retomar las filmaciones de “Raintree Country”. Pese a las preocupaciones de los ejecutivos de la MGM a cargo del proyecto, la cinta gozó de bastante éxito en gran medida gracias a que muchos de los espectadores que asistieron a las salas de cine a ver el film, se sentían intrigados por ver las escenas de Clift antes y después del accidente.

Lamentablemente, el accidente tendría como consecuencia que Clift desarrollara una fuerte dependencia a los calmantes, lo que sumado a su alcoholismo, terminó por acortar la vida del talentoso actor. Su comportamiento para ese entonces era cada vez más errático, lo que le preocupaba a todos aquellos que tenían la oportunidad de trabajar junto a él. Su carrera tras el accidente, sería considerada por muchos como el “más largo suicidio en la historia de Hollywood”, debido a su abuso de sustancias. Para cuando filmó “Lonelyhearts” (1958), resultaban evidentes las consecuencias del terrible accidente. Su apariencia se había deteriorado bastante, y su drogadicción no le permitía trabajar más allá de las dos de la tarde. Afortunadamente, Clift logró construir una cercana amistad con sus co-estrellas, Robert Ryan y Myrna Loy, quienes se encargaron de apoyarlo y protegerlo durante todo el proceso de filmación.

La próxima cinta de Clift sería el drama bélico “The Young Lions” (1958), del director Edward Dmytryk, donde tendría la oportunidad de trabajar con Marlon Brando, actor con el cual Clift sería comparado durante sus inicios. Durante la filmación de esta cinta, Clift comenzaría una amistad con Dean Martin, quien agradecería la ayuda recibida por el atormentado actor durante la realización del film. Durante un tiempo, sería Martin quien acompañaría a Clift cuando el resto del circuito hollywoodense le había dado la espalda tras destaparse su creciente adicción a las drogas y el alcohol. Luego vendría “Suddenly, Last Summer” (1959), una producción plagada de problemas, donde Clift estaba casi catatónico debido a sus adicciones. Para colmo, el director Joseph Mankiewicz tuvo que aguantar el enojo de Katherine Hepburn y Elizabeth Taylor, causado por la poca consideración que el director mostraba respecto a la situación de Clift.

Tras terminar “Suddenly, Last Summer”, Clift protagonizó el drama del director Elia Kazan, “Wild River” (1960). Posteriormente participaría en la cinta de John Huston, “The Misfits” (1961), donde trabajaría junto a Marilyn Monroe y Clark Gable. Monroe, quien ese momento estaba pasando por algunos problemas emocionales, fue descrita por Clift como “La única persona que conozco que está en peor forma que yo”. Pese a que gran parte del equipo de producción estaba preocupado por la capacidad actoral de Clift, este no tardó en demostrar porque era considerado como uno de los mejores actores de su generación. Clift lograría su última nominación al Oscar, esta vez al mejor actor secundario, en la cinta “Judgment at Nuremberg” (1961), del director Stanley Kramer. Para el actor, el haber sacado adelante el rol del física y mentalmente afectado Rudolph Peterson, fue una suerte de triunfo personal. Muchos años después, el director Stanley Kramer escribiría en sus memorias las dificultades que tendría el actor para recordar sus líneas para cada escena.

Para el tiempo que Clift estaba filmando, “Freud: The Secret Passion” (1962), del director John Huston, su estilo de vida autodestructivo estaba afectando seriamente su salud. La Universal lo demandó por sus frecuentes ausencias las cuales habían causado que el la cinta excedería el presupuesto inicial. El caso fue resuelto fuera de la corte; el film resultó ser un éxito de taquilla, ganándose una serie de premios por su guión y por el trabajo de su director, por lo que el estudio decidió abandonar su pleito con el actor. Luego del estreno de la cinta, el actor apareció en el “The Hy Gardner Show” hablando acerca de su accidente y los efectos que este había tenido en su carrera, y en su relación con la prensa. Durante la entrevista, Gardner mencionaría que esta sería “la primera y última aparición de Montgomery Clift en una entrevista televisada”. El tiempo le dió la razón.

Aunque Clift estaba listo para co-protagonizar junto a Elizabeth Taylor la cinta, “Reflections in a Golden Eye” (1967), del director John Huston, debido a compromisos previos de la actriz, se tuvo que aplazar la fecha del inicio de las filmaciones. Mientras tanto, el actor aprovechó de participar en el drama francés, “The Defector” (1966), sin sospechar que este sería su último rol. El 23 de julio de 1966, Montgomery Clift sería encontrado sin vida en la habitación de su casa ubicada en Nueva York, por su secretario personal Lorenzo James. La autopsia reveló que el actor de 45 años había fallecido a causa de un ataque cardíaco. No se encontró evidencia de que el actor hubiese sido asesinado o que su muerte fuera provocada por él mismo. Se cree que las adicciones que desarrolló Clift durante su carrera fueron las grandes resposables de su muerte. Tiempo después, fue revelado que el actor sufría de un problema a la tiroides, que pudo causar que este diera la impresión de estar drogado o borracho cuando en verdad estaba sobrio. Montgomery Clift fue un hombre cuya vida se vió truncada en gran medida por su incapacidad de aceptar su homosexualidad. Lamentablemente, Clift pertenece al infame grupo de actores hollywoodenses que pese a su gran talento y popularidad, terminaron en la peor de las miserias. Más allá de sus problemas, Montgomery Clift será siempre recordado por las poderosas actuaciones que conformaron su corta pero intensa carrera.



por Fantomas.

2 comentarios:

Zinquirilla dijo...

¡Qué gran post!

Incluyes muchos datos biográficos y anécdotas de rodajes no siempre conocidos y sobre todos valoras lo buen actor que fue pese a su compleja personalidad.

Saludos.

MARÍA dijo...

Me ha encantado este blog, adoro el cine ayer vi De aquí a la eternidad y me encanto. Montgomery se merecía el oscar en esa pelí porque su personaje es el más complejo. SALUDOS A TODOS LOS AMANTES DEL SEPTIMO ARTE

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