Edgar Wallace publicaría 173 novelas, escribiría 23 obras de teatro y casi un millar de relatos cortos durante el transcurso de su carrera. Se dice que el escritor llegó a ser tan popular, que después de la Biblia, era el autor más vendido y que uno de cada cuatro ejemplares que llegaban al mercado llevaba su firma. En su tiempo, Wallace llegó a ser conocido con el sobrenombre de “Rey del Misterio”. A fines de la década de los veinte, gracias a la creciente implantación del cine como medio de entretenimiento general, varias de sus novelas y obras de teatro despertaron el interés de algunos cineastas y productores que buscaban adaptarlas. De hecho, una de las grandes empresas cinematográficas hollywoodenses de aquella época, la RKO, le ofreció convertirse en guionista. En 1932 tras haber trabajo en el guión de “King Kong” (1993), una doble pulmonía acabó prematuramente con su vida.
Aunque las obras de Wallace han sido publicadas en varios idiomas, en Alemania el escritor sigue siendo una verdadera figura de culto. En el país germánico, Wallace es un autor clásico, que sigue siendo leído por las nuevas generaciones, lo que obviamente ayudó a que la industría cinematográfica alemana fuese la principal encargada de realizar numerosas adaptaciones de su obra. Si bien en los años treinta algunas de sus novelas más famosas ya habían sido filmadas en Alemania, entre ellas “Der Zinker” (1931) y “Der Hexer” (1932), ambas bajo la dirección de Carl Lamac, sería en 1959 con la cinta “The Frog With the Mask”, que comenzaría la serie de adaptaciones que con el tiempo llegaría a constituir la más larga dedicada por el cine alemán a un autor determinado. Dicha serie compuesta por 32 films, sería llevada a cabo por el productor Horst Wendlandt y su compañia Rialto Films, entre 1959 y 1972. Un número no menor de productores intentaron aprovecharse del éxito obtenido por Wendlandt, filmando cintas las cuales no contaban con la autorización oficial para incluir el nombre de Edgar Wallace en el metraje.
Gran parte de estás películas, conocidas como “krimis”, estarían fuertemente influenciadas por el cine expresionista. Al mismo tiempo, en muy pocas ocasiones las adaptaciones se mantendrían fiel a la obra original, sino que más bien estas serían retocadas incluyendo algunos clichés del género del suspenso, como por ejemplo la muchacha en peligro, siniestros castillos, desiertas callejuelas sumidas en la niebla londinense, bandas de criminales dirigidas por misteriosos jefes y despiadados asesinos ocultos bajo grotescos disfraces. La clave del éxito comercial de estas cintas se encontraría en el buen manejo de los bajos presupuestos con los que contaban. Los sets, los objetos de utilería, los efectos de sonido e incluso algunas escenas, eran recicladas para ser utilizadas en las diferentes películas de la serie, lo que le otorgó a las adaptaciones un look bastante particular. Por ejemplo, “The Dead Eyes of London” (1961) y “The Gorilla of Soho” (1986), no solo tendrían un trama bastante similar, sino que también el método utilizado en los asesinatos es exactamente el mismo en ambas cintas.
Pero el reciclaje no paró solo en los sets y la utileria, sino que también existiría un reciclaje de actores y integrantes del equipo de filmación. Por ejemplo, se emplearon a los mismos directores y guionistas en gran parte de los films de la serie. Los directores más prolíficos serían Alfred Vohrer con 15 películas, y Harald Reinl con cinco. En cuanto a los guionistas, Herbert Reinecker y Wolfang Menge, estarían involucrados en la realización de un buen número de las adaptaciones. Años más tarde, ambos guionistas desarrollarían una exitosa carrera en la televisión alemana. En cuanto a los actores, el más famoso de los actores recurrentes de las adaptaciones de Wallace es sin duda Klaus Kinski. Él protagonizaría 17 de estas cintas, interpretando por lo general a asesinos y psicópatas, los cuales habitualmente se encontraban bajo las órdenes de algún genio criminal. Solo Eddi Arent (con 21 participaciones en la serie) superaría a Kinski como actor recurrente de los films de Wallace. A diferencia de Kinski, Arent por lo general interpretaría a personajes cómicos, los cuales usualmente eran mayordomos. Sin embargo, en “The Mysterious Monk” (1965), y en “The Mystery of the Silver Triangle” (1966), interpretaría al asesino de turno.
Siegfried Schuerenberg ocupa un lugar especial entre el grupo de actores recurrentes de los films de Wallace, debido a que él interpretaría al mismo personaje en todas sus participaciones en la serie; Sir John, la cabeza de Scotland Yard. Sir John es usualmente recordado por su ineptitud (en varias ocasiones intenta encarcelar a sus propios inspectores) y por la forma en como persigue a cada una de las jóvenes y atractivas mujeres que se cruzan en su camino. En su último film de Wallace, “The Hound of Blackmoor Castle” (1967), el Sir John de Schuerenberg logra resolver el crimen asistido por su secretaría (Ilse Pagét, otra actriz regular de la saga). El actor participó en 14 de las adaptaciones, y probablemente pudo participar en más si no hubiese muerto al poco tiempo después que terminó de filmar “The Hound of Blackmoor Castle”. En los films posteriores, Sir John sería interpretado por Hubert von Meyenrink, quien participaría en un total de cinco películas.
Otros actores regulares serían Joachim Fuchsberger (11 cintas) y Heinz Drache (8 cintas), los cuales por lo general se encargarían de interpretar a los heróicos inspectores de la policía. La heroína más conocida de los films de Edgar Wallace es la actriz Karin Dor (5 cintas), quien se casaría con el director Harald Reinl y posteriormente estelarizaría la cinta de James Bond, “You Only Live Twice” (1967), convirtiéndose de esta forma en el segundo miembro del reparto habitual de las películas de Wallace en participar en una cinta del agente británico (el otro sería Gert Fröbe, quien protagonizaría “The Green Archer” y “Goldfinger”). Otro de los actores destacados que participó en esta serie de adaptaciones sería Ady Berber. Él solo protagonizaría un puñado de cintas, donde la más recordada es “The Dead Eyes of London”, donde por lo general se encargaría de interpretar a sirvientes deformes o asesinos torpes pero dedicados. La grotesca apariencia del actor, lo convertiría en una figura atemorizante que resulta difícil de olvidar.
Aunque los actores recurrentes por lo general interpretaban roles estereotipados, en algunas ocasiones los guionistas se las arreglaron para romper el molde y sorprender de esta forma al espectador. Por ejemplo, a Klaus Kinski en una ocasión se le dió la oportunidad de interpretar a un policía, mientras que Eddi Arent y Karin Dor en una cinta son revelados como los misteriosos asesinos. En cuanto a los villanos de los films de Wallace, los dos más recordados fueron interpretados por los actores Klausjuergen Wussow y Guenther Pfitzmann, en “The Red Circle” (1959) y “The Squeaker” (1963), respectivamente. Ambos actores eran más conocidos por interpretar a carismáticos doctores en las telenovelas alemanas. Por otra parte, algunos actores de nivel internacional participarian en algunas cintas de la serie, como por ejemplo Christopher Lee quien protagonizó los films “The Puzzle of the Red Orchid” (1962), y “The Secret of the Devil´s Daffodil” (1961).
Sin lugar a dudas, la cinta más famosa de las adaptaciones alemanas de Wallace es “Der Hexer” (1964), la cual al mismo tiempo seria estrenada en el momento de mayor popularidad de la serie. La historia de un misterioso vigilante conocido como “El Brujo”, que regresa a Londres para vengar la muerte de su hermana, cautivó a las audiencias de la época. Tres inspectores de policía, interpretados por Joachim Fuchsberger, Heinz Drache y Siegfried Lowitz (tres de los regulares de la serie), serán los encargados de seguir los pasos del Brujo mientras este elimina a los criminales involucrados en la muerte de su hermana. La identidad del Brujo fue mantenida en absoluto secreto durante las filmaciones. Para evitar que se filtrara el secreto mejor guardado de la cinta, el productor Horst Wendlandt guardó las últimas páginas del guión en su caja fuerte. Debido al éxito de la película, “Der Hexer” fue la única de las cintas de Wallace en contar con una secuela, “Neues von Hexer” (1965). Aunque los sobrevivientes de la primera cinta retomarían sus roles, el film no alcanzó la calidad de la original.
Los films de Edgar Wallace son poco conocidos fuera de Alemania, pese a que algunos de ellos fueron producidos pensando en el mercado internacional. De hecho, algunas de las cintas realizadas a mediados de los sesenta presentan dos versiones, una para el público local y otro para las audiencias internacionales, donde en las últimas incluso existen escenas filmadas con diferentes actores. Otras cintas en cambio, fueron co-producidas con compañias danesas e italianas. Pese a esto, los films de Wallace nunca lograron captar a un gran número de seguidores fuera de Alemania. En el país germano estas cintas son consideradas como verdaderas obras de culto. No solo muchas de estas películas han sido lanzadas al formato digital, sino que también siguen siendo transmitidas de manera regular en los canales de televisión.
El que estas cintas sean poco conocidas responde a que durante una gran cantidad de años, han sido fuertemente críticadas por los especialistas debido a lo estereotipados que son sus personajes y sus historias, lo ilógicas que resultan ser algunas de sus tramas, y debido al contenido que presentan estas películas (como por ejemplo villanos deformados e inspectores de Scotland Yard persiguiendo a sus secretarias) el cual no corresponde a los estándares esperados para este tipo de films. Y es que las cintas de Wallace nunca han pretendido ser más que una simple fuente de entretenimiento. Los distintos directores que estuvieron a cargo de las cintas de la serie supieron sobreponerse a los bajos presupuestos y los guiones imperfectos con los cuales trabajaban, creando un mundo bastante particular el cual ha sido pocas veces igualado.
Es cierto que en la actualidad, los villanos de estas cintas pueden llegar a provocar más risa que espanto. Sin embargo, esto es compensado con la atmósfera que presenta cada una de estas producciones, en las que no falta el lúgubre castillo, las abadías abandonadas, las oscuras callejuelas, y los puertos solitarios sumidos en la más densa niebla. Estos escenarios son complementados con las experimentales bandas sonoras de Martin Boettcher y Peter Thomas, quienes solían incluir gritos, susurros, y otros sonidos como parte de la música, construyendo de esta forma la atmósfera de opresión e inquietud que presentaban estos films. En algunas de estas películas, también se puede apreciar un estilo expresionista, especialmente en aquellas filmadas en blanco y negro (desde 1966 la serie comenzaría a ser filmada a color), donde el contraste entre la luz y la sombra se utiliza para aumentar la tensión de las historias. Pese al tono de las historias, la violencia que presentan estos films no suele ser demasiado gráfica, jugando con la imaginación del espectador.
La última de las cintas de Edgar Wallace en la que participaría la Rialto sería, “Seven Blood-Stained Orchids” (1972), una co-producción italo-germana. En los años siguientes, diferentes productoras y directores realizarían adaptaciones de la obra de Wallace. En los ochenta, Jess Franco filmaría dos cintas que utilizarían el nombre del escritor aunque poco y nada tienen que ver con sus novelas; “Sangre en mis Zapatos” (1983) y “Viaje a Bangkok, Ataúd Incluido” (1985). En 1985, se estrenaría otro krimi de Wallace titulado, “The Chocolate Snooper”, y al año siguiente se estrenó el telefilme, “The Secret of Lismore Castle” (1986). En cuanto a Horst Wendlandt, este retomaría las adaptaciones de la obra de Wallace a mediados de los noventa, luego del éxito obtenido por sus antiguas producciones cuando estas fueron transmitidas en la televisión. Lamentablemente, estas nuevas adaptaciones no tendrían el encanto de las cintas originales. Las adaptaciones alemanas de la obra de Edgar Wallace pueden no ser perfectas, pero sin lugar a dudas son cintas sumamente entretenidas, donde la comedia y el misterio se mezclan de buena manera, y cuya atmósfera casi surrealista a ratos las convierte en obras especiales. Dejo la invitación hecha a descubrir los relatos de Edgar Wallace bajo el particular prisma de los directores alemanes. Por lo menos la entretención está asegurada.
por Fantomas.
1 comentario:
Lo que dije en el post de "Der Hexer", esto es un gran descubrimiento para mi. Saludos.
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