miércoles, 7 de octubre de 2009

Prince of Darkness: La ciencia y la religión se unen contra un enemigo en común.

“Prince of Darkness” (1987), es una cinta de terror del director John Carpenter, la cual está protagonizada por Donald Pleasence, Jameson Parker y Victor Wong.

En una iglesia abandonada ubicada en el centro de Los Ángeles, descansa un misterioso tubo de cristal cuyo contenido ha permanecido encerrado durante siglos. Cuando un sacerdote (Donald Pleasence) y un equipo de científicos encabezados por el Profesor Howard Birack (Victor Wong) ingresan al lugar, el líquido contenido en el tubo se despierta y comienza a luchar para salir al mundo exterior, amenazando con provocar el inexorable fin de la humanidad.

Luego del estrepitoso fracaso de “Big Trouble in Little China” (1986), y cansado del excesivo control ejercido por los ejecutivos de los grandes estudios, el director John Carpenter decidió formar una alianza comercial por cuatro largometrajes con la modesta productora Alive Films, ya que esta no solo le ofrecía un presupuesto de tres millones de dólares por film, sino que además le aseguraba la libertad creativa que tanto ansiaba. La primera de estas cintas sería “Prince of Darkness”, la cual no solo marcaría el regreso del director al género del horror, sino que además exhibiría el creciente interés de Carpenter por ciertas teorías físicas y atómicas. Según declararía el mismo realizador: “Pensé que sería interesante crear una suerte de poder maligno que pudiese ser conjugado con la noción de la materia y la anti-materia”. Esta no sería la única influencia que tendría Carpenter a la hora de escribir el guión, el cual firmó bajo el seudónimo de Martin Quatermass. Es necesario mencionar que dicho seudónimo funciona como una suerte de homenaje al guionista británico Nigel Kneale, creador del temerario científico Bernard Quatermass, cuyas aventuras fueron retratadas tanto en el cine como en la televisión.

Entre las numerosas aventuras de Quatermass, probablemente la que más influenció al film de Carpenter fue “Quatermass and the Pit" (1967), la cual centraba en la investigación de un extraño objeto encontrado en una estación de tren subterráneo de Londres, cuyo contenido encierra una serie de cuestionamientos filosóficos y religiosos que amenazan con cambiar la vida de todas las personas para siempre. Algo similar sucede en “Prince of Darkness”, donde un sacerdote perteneciente a una vieja secta católica conocida como la Hermandad del Sueño, se lanza a la tarea de investigar un extraño recipiente sellado que se encuentra escondido en el subterráneo de una vieja iglesia abandonada de la ciudad de Los Ángeles. Esperando descubrir que es en realidad el líquido que se encuentra almacenado en el recipiente, el sacerdote eventualmente acude a un renombrado profesor de física cuántica para resolver el misterio que tiene entre manos. Contrario a lo que se podría pensar, Kneale estaba lejos de sentirse halagado con el cuasi homenaje que estaba realizando Carpenter, principalmente porque no deseaba que la gente tuviera la impresión de que él había participado en la confección del guión. La molestia de Kneale además estaba influenciada por la mala experiencia que había tenido con Carpenter durante la realización de “Halloween 3: Season of the Witch” (1982), cinta que estuvo a cargo del director Tommy Lee Wallace. Y es que fueron tantos los cambios que Wallace le realizó al guión que originalmente había escrito Kneale, que finalmente el británico pidió que sacaran su nombre de los créditos, lo que de inmediato deterioró su relación con Carpenter, quien en esa ocasión oficiaba como productor del film.

Básicamente, “Prince of Darkness” intenta explicar la raíz del mal en términos de física cuántica. En palabras más simples, la trama se centra en un líquido maligno que supuestamente es la materialización del Anticristo, el cual debe solidificarse para permitir la llegada de Satanás al mundo terrenal. Lo que resulta curioso, es que la forma en como Carpenter intenta explicar todo esto no es para nada sencilla. Mientras algunos personajes discuten el significado de los conceptos de materia y anti-materia, otros intentan aplicar dichos conceptos a la teología cristiana, situando a Satán no como la encarnación del mal, sino que como un verdadero Anti-Dios. El film incluso se atreve a ir más lejos, y postula ideas tales como que Jesús en realidad era un alienígena que llegó de visita a la Tierra para desterrar al Diablo a otro plano dimensional. Aunque claramente estos postulados resultan ser lo suficientemente atractivos como para ser explorados más a fondo, finalmente Carpenter decide no profundizar demasiado en la mitología que la historia intenta construir, lo que de inmediato le resta seriedad a todo el asunto. Y es que si se decide utilizar un enfoque científico para explicar ciertas materias, es necesario desarrollar respuestas que gocen de cierta profundidad para no quedarse solo en la formulación de postulados carentes de todo sentido.

Por otro lado, varios estudiosos han asegurado que el film presenta un mensaje bastante más sutil que pocas veces es mencionado. “Prince of Darkness” fue estrenada en medio de la polémica generada por el auge del cada vez más alarmante virus del Sida. Es por este motivo que no resulta extraño que el film presente ciertos paralelismos con lo que hasta entonces se creía saber del temido virus. Para empezar, resulta curioso que el fluido maligno se traspase de persona en persona mediante el intercambio de fluidos corporales, casi siempre durante la realización de actos con una clara connotación sexual. Al mismo tiempo, cabe recordar que en la década del ochenta el Sida era visto principalmente como un virus que atacaba a la comunidad homosexual. Esta idea probablemente influenció a Carpenter, quien se preocupó de que el patrón de transmisión del fluido maligno fuese generalmente entre personas del mismo sexo. Es precisamente por estas curiosas coincidencias que se podría postular que a través de “Prince of Darkness”, Carpenter quiso reflejar la paranoia existente en la sociedad norteamericana con respecto al virus de Sida, la cual en gran medida fue provocada por el gigantesco desconocimiento que se tenía sobre la enfermedad.


Evidentemente, la frágil mitología que intenta construir Carpenter en el film, requiere que el espectador suspenda momentáneamente su incredulidad para que de esta forma la historia resulte ser más efectiva. Lamentablemente, el elenco no ayuda precisamente a facilitar dicha tarea. Mientras que Donald Pleasence y Victor Wong luchan por imprimirle cierto nivel de credibilidad a sus personajes, el resto de los actores parece tan confundido con el guión como los propios espectadores. Lo peor de todo, es que gran parte de los personajes no logran despertar la simpatía del espectador, por lo que en verdad poco importa lo que pase con ellos. Ni siquiera Alice Cooper, quien interpreta al líder de los mendigos que esperan pacientemente la llegada de Satán a las afueras de la Iglesia, resulta medianamente interesante. Donde “Prince of Darkness” definitivamente triunfa, es en aquellas escenas en las que el protagonista es el horror más tangible y visceral. Esto se debe en gran medida al correctísimo trabajo de fotografía de Gary B. Kibbe, a los efectivos efectos especiales de Kevin Quibell y Mark Shostrom, y a la atmosférica banda sonora compuesta por Alan Howart y John Carpenter, la cual logra sin mayores inconvenientes resaltar el poderío de ciertas imágenes claramente impactantes.

Probablemente el mayor problema que presenta “Prince of Darkness”, es su deliberadamente pausado ritmo narrativo. A través de una serie de incidentes aislados, Carpenter va insertando pequeñas dosis de horror en la trama hasta llegar a su dramático final. Es a raíz de esto que la mayor parte del tiempo es utilizada en graficar la constante lucha entre la religión y la ciencia, la cual luego de un rato resulta algo tediosa. Sin embargo, es necesario mencionar que una vez que evoluciona este conflicto clásico, resulta interesante como eventualmente ciencia y religión terminan asociándose para buscar un objetivo común: objetivar la existencia del mal, permitiendo paradojalmente que tanto los creyentes como los no creyentes terminen acercándose a la religión en busca de la tan anhelada salvación. En esencia, “Prince of Darkness” es el intento por parte de Carpenter de replicar el éxito obtenido con sus primeras incursiones dentro del género del horror. Lamentablemente, al intentar fusionar una gran cantidad de elementos y temáticas en una sola historia, el director no logra ninguno de sus objetivos iniciales. Y es que el film no resulta ser ni demasiado profundo ni demasiado aterrador, por lo que solo puede ser recordado como un traspié en la carrera de Carpenter, el cual de todas formas presenta ciertos elementos redentores que impiden que “Prince of Darkness” pase al más completo olvido.


por Fantomas.

11 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

No es de mis preferidas de Carpenter, y de hecho creo que es de las más olvidadas de su filmografía, pero resulta interesante ess mezcla/dualidad entre lo sobrenatural y lo puramente científico, además de permanecer intactas algunas de las constantes del cine del director (grupo de gente en un espacio cerrado y acechado...etc)

Como bien dices, entretiene, aunque no es uno de sus mejores trabajos.

Saludos ;)

Kraven dijo...

Una película interesante, no cabe duda. Logra crear esa opresiva atmósfera como comentas, la pena es que se queda ahí, no llega a crear auténtico terror. Al final como bien apuntas se queda en un puñado de buenas ideas sin desarrollar.

Sin ser de las mejores de Carpenter es una peli ideal para Halloween. Confieso que a mí me produce un temor especial dado mi atávico miedo a los espejos.

Crowley dijo...

Desde luego no es de las mejores de Carpenter, de hecho está muy lejos de ello, pero es amena y te hace pensar en una especie de Asalto a la comisaría del distrito 13 mezclada con posesiones demoníacas y con un puntito de El angel exterminador de Buñuel... O al menos eso me parece a mi...
Saludos

MB dijo...

Esta pelicula siempre me trae recuerdos del cine ochentero de terror,si bien no es de las mas exitosas de carpenter siempre me agrada volver a verla, saludos.

Sam_Loomis dijo...

Coincido contigo en el aspecto de que parece que Carpenter tenía elementos para hacer una película mejor. Parece que quedó a medias.

Pero Carpenter siempre (o casi siempre) vale la pena y Donald Pleasence es un actorazo.

Saludos

john mcclane dijo...

Hola a todos,

Bueno en general todos parece que estamos de acuerdo en que se trata de una película entretenida cuyo desarrollo quedó a medio camino. Una cosa aparte, en lo personal pienso que desde "Memoirs of an Invisible Man" (1992), Carpenter viene realizando películas algo irregulares. Espero que los proyectos que tiene listados para el próximo año muestren más del Carpenter que se vió a fines de los setenta y durante los ochenta.

Gracias a todos por los comentarios,

Saludos.

Anónimo dijo...

Hace un montón que vi este film de Carpenter y he de reconocer que me gustó, no está mal, no es de sus mejores trabajos pero esta muy bien. En cuanto llegue a España, tengo una copia del film en mi videoteca privada, así que la visonaré a su salud. Gracias por rescatarmela.

Pablo Martinez dijo...

Yo coincido con Pliskeen (David Ribet)...

Saludos! Te espero en mi blog para que comentes en la nueva crítica ;)

Un abrazoo!!

PM

Ordel dijo...

Hola Fantomas, esta peli, pese a que hace tiempo que no la veo y estar considerada una cinta menor dentro de la filmografía de Carpemter, creo que es una cinta que puede haber ganado mucho con el paso de los años. Vamos, como si fuera un buen vino, aunque repito tendria que volver a verla, aun asi la sensación que tengo al recordala es de una película con una atmosfera muy lograda.

Saludos!

Quimérico Inquilino dijo...

Estupenda reseña de esta película que, a pesar de ser inquietante por momentos, podría haber sido mucho mejor como bien apuntas.

Un saludo!

Rey Nova dijo...

El final me dejó inquieto por muchos dias, realmente me gustó. Al conjunto le falta mayor terror pero aun asi es de interes por su trama especulativa. Saudos¡¡¡

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