
En Uruguay, un ciudadano norteamericano, Michael Santore (Yves Montand), es secuestrado por la guerrilla de izquierda Tupamaros. Sus captores lo acusan de ser un agente de la CIA, responsable del entrenamiento de la policía local en técnicas de tortura y anti sedición. Mientras que la guerrilla trata de extraerle una confesión a Santore, las autoridades, encabezadas por el gobierno de extrema derecha, se están acercando peligrosamente a su escondite.

Este hecho real es el que sirve de base para “État de siège”, cuyo guión fue escrito por Costa-Gavras y Franco Solinas. Tal y como lo había hecho en sus films anteriores, el director mediante este elegante thriller político deja patente su crítica al abuso de poder de los gobiernos que se establecieron en Latinoamérica durante los sesenta y setenta. Si bien la historia transcurre en Uruguay, esta perfectamente podría extrapolarse a cualquiera de sus países vecinos. De hecho, la cinta fue filmada en Chile en pleno gobierno de Salvador Allende, específicamente en Valparaíso, Santiago, Iquique y Viña del Mar, ciudades que sirvieron para retratar al Montevideo de la época. El rodaje de la cinta causó un gran revuelo en el país, ya que no era precisamente un lugar apto para llevar a cabo una producción cinematográfica de nivel. Por aquellas ironías del destino, solo un año después de filmada la cinta la realidad superó a la ficción; en Chile se llevó a cabo un golpe de estado tras el cual las calles se llenaron de militares, reinó el miedo y la represión, y las torturas se convirtieron en una práctica común.

“El dolor preciso, en el momento preciso, en la cantidad precisa, para el efecto deseado”. Esta frase pertenece a Dan Mitrione, y sintetiza en gran medida quien era y a que se dedicaba. Su alter-ego cinematográfico ejecuta algunas de las técnicas utilizadas por Mitrione en la vida real; choques eléctricos en los genitales, quemaduras de cigarrillos, y agujas electrificadas clavadas en la piel bajo las uñas, eran parte de sus prácticas habituales. En una de las escenas más crudas de la cinta, se puede ver como Michael Santore y sus colaboradores imparten clases de tortura utilizando a un modelo humano que se encuentra completamente desnudo y atado en una silla, a merced de sus captores quienes le aplican corriente en los genitales. De forma paralela a los interrogatorios, Costa-Gavras se preocupa de retratar el convulsionado ambiente social y político del Uruguay de la época, los intentos del gobierno por desarticular a los Tupamaros, y como estos últimos se organizaban para luchar contra lo que ellos creían injusto. En ese sentido, resultan interesantes las escenas que retratan todo el operativo que tiene por objetivo secuestrar a Santore, y aquella que transcurre al interior de un bus, el cual sirve como punto de encuentro para un grupo de guerrilleros que debe decidir el destino de Santore mediante votación democrática.

Como era de esperarse, “État de siège” no fue bien recibida en los Estados Unidos debido a que declaraba abiertamente en contra de la presunta intervención del país del norte en la política de América del Sur. En aquel entonces, las sospechas de que la CIA jugó un papel importante en el ascenso al poder de dictadores de ultra derecha en varios países de Sudamérica, no pudieron ser comprobadas, razón por la cual tanto las entidades gubernamentales como el público norteamericano reaccionaron de manera violenta en contra del film. El mensaje final de la cinta es frustrante ya que da a entender que las acciones de ambas facciones son completamente inútiles; el gobierno seguirá torturando, los Estados Unidos continuarán entrometiéndose, y las guerrillas continuaran cometiendo actos de terrorismo a modo de protesta. Aunque Costa-Gavras claramente enjuicia el accionar del gobierno uruguayo y de los enviados de los Estados Unidos, también se preocupa de establecer que el asesinato de Michael Santore es un retroceso por parte de una organización cuyo objetivo es procurar que se respeten los derechos humanos. “État de siège” es una película algo árida, cuyo ritmo pausado y su particular estructura narrativa no la hacen apta para todo público. Sin embargo, su carga histórica y la crudeza de sus imágenes la convierten en un thriller político de visionado obligado.
por Fantomas.
2 comentarios:
Esta tambien la tengo (tambien en vhs ;) ) No había visto que había subido esto.
Creo que es excelente y tiene un buen ritmo. Personalmente creo que tiene mejor ritmo que, por ejmplo, Z. En cuanto al protagonico creo que trata (no se si con exito9 de establecer, por un lado, un protagonico colectivo y, por otro, como decís, el propio ives montand. La escnea del colectivo (bus) es genial y, como siempre, manej bien la tensión y los tiempos de trhiler
Saludos
- jb: En lo personal creo que en general las películas de Costa-Gavras tienden a tener un ritmo pausado, lo que no significa que sean tediosas (en ese sentido el director maneja bastante bien los tiempos y las tramas). En cuanto al protagonista, más que los personajes son los acontecimientos que dan vida al relato los verdaderos protagonistas de la cinta, aunque también por momentos pasa lo que dices: el director intenta establecer un protagonismo colectivo.
Saludos ;)
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