jueves, 19 de enero de 2012

Gorky Park: Asesinato en el corazón de la Unión Soviética.

“Gorky Park” (1983), es un thriller del director Michael Apted, el cual está protagonizado por William Hurt, Lee Marvin, y Joanna Pacula.

Cuando se descubre un triple homicidio en las inmediaciones del Parque Gorky de Moscú, Arkady Renko (William Hurt), investigador de la milicia soviética, será el encargado de resolver un crimen cuyas ramificaciones pueden terminar conduciéndolo a su propia muerte.

En 1981, el escritor Martin Cruz Smith lanzaría su tercera novela titulada “Gorky Park”, la cual recibiría algunos premios y se convertiría en un bestseller. Viendo el potencial cinematográfico que poseía el relato, los productores Bob Larson y Hawk Koch compraron los derechos de la novela, contrataron al director Michael Apted, y le encargaron la confección del guión a Dennis Potter, quien terminaría recibiendo el premio Edgar Allan Poe por su trabajo en este film. Por otro lado, la elección del elenco no sería sencilla. Para el papel protagónico se pensó primero en Dustin Hoffman y Robert Redford antes de que el director optara por William Hurt. Algo similar sucedió a la hora de seleccionar al actor que interpretaría al empresario norteamericano Jack Osborne. El veterano actor Burt Lancaster ya había sido contratado para interpretar dicho papel, pero debido a problemas de salud tuvo que ser reemplazado por el también experimentado Lee Marvin. Finalmente, a la hora de escoger las locaciones para el rodaje, a causa de la Guerra Fría el director y su equipo de filmación debieron trasladarse a Helsinki, ya que dicha ciudad presentaba una arquitectura similar a la que se podía encontrar en Moscú.

Como había mencionado anteriormente, el film se desarrolla en Moscú en plena época de la Guerra Fría, donde el régimen soviético constantemente amenazaba con oprimir a los integrantes de una sociedad que distaba de ser igualitaria. Es en este ambiente tenso, que se descubren tres cuerpos enterrados en la nieve en el famoso parque Gorky. Como si el hecho no fuese lo suficientemente macabro por sí solo, dichos cuerpos han sido desprovistos de sus rostros y sus huellas digitales, en un obvio intento por ocultar sus identidades. Es con este escenario que se encuentra Arkady Renko, un integrante de la milicia o policía soviética, cuyo record de casos resueltos es tan famoso como sus rencillas con los integrantes de la temida KGB. Desde el inicio de la cinta, se ve como los problemas de Renko con la KGB no solo se limitan a una diferencia en los métodos de investigación, sino que resulta evidente que estos últimos en más de una ocasión han intervenido ciertas investigaciones para cubrir los crímenes que realizan en nombre del régimen comunista.

Precisamente, la corrupción es uno de los temas centrales del film. Renko es un policía honesto con un gran manejo de las políticas soviéticas, lo que le permite conservarse con vida en un ambiente convulsionado por una amalgama de conflictos sociales y políticos. El protagonista es un fiel representante del obrero promedio, quien en su búsqueda por retener lo que le queda de libertad, está dispuesto a seguir ideologías que atentan contra sus principios y su propia seguridad. A diferencia del típico retrato del policía norteamericano renegado tan común en el cine hollywoodense, Renko rompe las normas pero dentro de ciertos márgenes que sabe que no le es conveniente cruzar. Esto se debe básicamente a que él no solo se juega una simple suspensión o una reprimenda de su capitán, sino que está en riesgo su vida. La política y la justicia no van siempre de la mano, y eso es precisamente lo que sucede en este caso. ¿Cómo llevar a cabo una investigación en la que está en juego algo más que la simple captura del criminal o los criminales? Ese es uno de los dilemas que plantea la cinta, y en los que se concentra gran parte del suspenso de la misma.

En esencia, “Gorky Park” es un film de misterio, un clásico “Whodunit” donde la identidad del asesino no es revelada hasta bien entrada la segunda mitad del relato. Sin embargo, más importante que la identidad del criminal (la cual a decir verdad, resulta bastante evidente), son los motivos que este tuvo para llevar a cabo tan horrendo crimen. De la misma forma, se juega con el grado de compromiso en los asesinatos que tiene Irina Asanova (Joanna Pacula), una joven siberiana cuyo mayor deseo es escapar de la Unión Soviética y que parece saber más de lo que aparenta. Una pieza importante en todo este rompecabezas policíaco es Jack Osbourne (Lee Marvin), un acaudalado empresario norteamericano de moral dudosa, cuyas conexiones con el gobierno soviético y con el de su país lo convierten en un personaje peligroso. Como es de esperarse, eventualmente otros personajes se involucraran en esta trama de intriga y traiciones, como por ejemplo el personaje interpretado por Brian Dennehy, cuyo papel dentro la investigación será revelado en la primera mitad de la cinta.

En el ámbito de las actuaciones, la totalidad del elenco realiza un estupendo trabajo. Sin embargo, es William Hurt quien se destaca en una historia que no busca retratarlo como el típico héroe norteamericano. Renko es un personaje imperfecto, cuya vinculación con su trabajo llega a tal punto, que se muestra como una persona sumamente fría por momentos, cuya máxima parece ser que el fin justifica los medios. Como aparece mencionado anteriormente, el protagonista sabe que la única forma de conservar su libertad, de liberarse de la opresión a la que lo somete su gobierno, es destacándose en su trabajo, lo que lo lleva a volcar sus sentimientos de lleno en la investigación. Por otro lado, resulta destacable el trabajo de fotografía de Ralf D. Bode, y la banda sonora compuesta por James Horner, quienes en conjunto logran construir una atmósfera opresiva y pesimista, donde prima un sentimiento de constante paranoia. En una sociedad envuelta en la corrupción, donde los agentes de la KGB se esconden dentro de la población civil, nadie puede confiar en nadie. Las repercusiones que tiene el exceso de confianza y la inocencia en un ambiente así, son exploradas durante todo el transcurso de la historia, dotando al relato de un suspenso tangible y constante.

Más allá de la trama policíaca que forma el corazón del relato, “Gorky Park” retrata de manera fiel la realidad existente en la Unión Soviética en la década de los ochenta. Lo importante es que en ningún momento se condena al comunismo, sino que se hace hincapié en el hecho de que independiente de las ideologías políticas de cada uno, es la persona en sí la que tiene la capacidad de corromperse si es que la oferta es lo suficientemente atractiva. Apted mantiene un ritmo narrativo adecuado durante las casi dos horas de metraje, logrando equilibrar de buena forma el seguimiento del procedimiento policial, con un interesante estudio de los personajes involucrados. Probablemente lo más reprochable del film, sea el hecho de que pese a que casi todos los personajes son rusos, ninguno tiene el acento distintivo. En definitiva, “Gorky Park” es una cinta entretenida, que ha soportado bien el paso del tiempo, erigiéndose como algo más que una simple cápsula audiovisual de un periodo determinado.

por Fantomas.

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