
Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de criminales son reclutados para una peligrosa misión en Yugoslavia: Durrel (Henry Silva), un asesino a sueldo; Rocca (Raf Vallone), un genio criminal; Scanlon (Mickey Rooney), un experto en explosivos; Fell (Edd Byrnes) un falsificador; y Saval (William Campbell), un ladrón de obras de arte. Bajo las órdenes de Richard Mace (Stewart Granger), integrante del Servicio de Inteligencia británico, los cinco criminales tendrán que llevar a cabo el rescate de un general italiano que se encuentra prisionero en una fortaleza nazi, el cual es de suma importancia para los Aliados en sus planes para invadir Italia.
En un principio, el proyecto fue desarrollado por David Picker, quien en ese entonces era el jefe de producción de la United Artist. “Bob Campbell, quien había escrito recientemente para mí el guión de ´The Wild Racers´, había escrito un guión titulado ´The Dubious Patriots´", recordaría Corman en una ocasión. “El tema me había gustado bastante: hombres malos enviados a hacer un bien para redimirse y ganar su libertad. En Nueva York le entregué el guión a Picker quien no me dio ninguna garantía”. La verdad es que Corman no esperaba que el proyecto se llevara a cabo, en especial considerando la nefasta experiencia que había tenido negociando con los grandes estudios. Por esta misma razón se sorprendió cuando al poco tiempo después, Picker lo llamó para avisarle que el proyecto había sido aprobado. El título fue cambiado a “The Secret Invasion”, debido a que Corman pensaba que era más comercial. La United Artist le otorgó un presupuesto de 600.000 dólares a la producción, lo que equivalía al doble del presupuesto que el director manejó al momento de realizar las cintas de Poe. Las filmaciones comenzarían en el verano de 1963.
Durante las seis semanas que duró el proceso de filmación en la entonces Yugoslavia, Corman se vio enfrentado a una serie de problemas. Primero tuvo numerosos problemas de producción que incluían la falta de equipamiento militar y de extras, debido a que en Yugoslavia había ocurrido recientemente un terremoto, lo que significó que no se le podían entregar todos los recursos que se le habían prometido. Además tuvo que soportar a un asistente de producción local a quien le gustaba disparar una pistola verdadera antes de empezar a filmar cada escena, y tuvo que lidiar con la insistencia de los oficiales yugoslavos de poner estrellas rojas en los uniformes de los extras que interpretaban a los integrantes de la resistencia yugoslava. Corman se resistió a esta medida, principalmente porque no le encontraba sentido al hecho que si alguien se encontraba trabajando para un grupo clandestino, revelara su identidad de manera tan obvia. Para evitarse problemas, el director optó por solucionar este inconveniente en el proceso de edición. Sin embargo, el mayor problema que Corman enfrentó tuvo relación con la guerra de egos entre Stewart Granger y Edd Byrnes. Todo comenzó a causa de una línea de dialogo que pertenecía a Byrnes, la cual era clave en una escena, razón por la cual Granger comenzó a exigir que debía ser él quien la pronunciase. Al encontrarse con la negativa de Corman, Granger abandonó la filmación. Una hora más tarde, al darse cuenta que su pataleta no serviría de nada, Granger se reintegraría a las filmaciones.
Las actuaciones del elenco en general son bastante mediocres, en especial la de Mickey Rooney, cuya sobreactuación y la carencia de diálogos inteligentes terminan convirtiendo a su personaje en alguien realmente molesto. Henry Silva por su parte, pese a ser un actor bastante limitado, personifica de buena manera a un asesino a sueldo carente de todo sentimiento. Los diálogos en general tampoco son demasiado memorables, y en ocasiones resultan incluso algo ridículos. Por otro lado, el film por momentos escapa de su condición de cinta de bajo presupuesto para presentarse como una verdadera producción serie A, en gran medida gracias al espectacular trabajo de fotografía de Arthur E. Arling, al cuidado diseño de producción a cargo de John Murray, y a la banda sonora compuesta por Hugo Friedhofer, que acompaña de buena manera tanto las secuencias de acción, como las escenas más dramáticas. Además cabe destacar el sorpresivo giro final, el cual además es solucionado de manera bastante satisfactoria. La United Artist ganó bastante dinero con el estreno de este film, lo que no se vio reflejado en los ingresos de Corman, razón por la cual tras terminar la película volvió a la comodidad de la American International Pictures. “The Secret Invasion” es una película lo suficientemente entretenida como para que sus falencias pasen a segundo plano, y es una buena oportunidad para ver a Corman trabajando en un género cinematográfico distinto al fantástico, el cual tantos dividendos le trajo durante su carrera.
por Fantomas.
4 comentarios:
Hubiese dicho que fue una película que aprovechó al éxito de The Dirty Dozen (una de mis películas preferidas, por cierto), pero resulta que fue anterior. Curioso.
Pues le echaré un vistazo, aunque parece que esta vez fue mejor la "copia" que la original.
Saludos ;)
Puede ser curioso verla. Me lo pensaré.
Saludos
- Pliskeen: La verdad es que antes de fijarme en el hecho de que "The Dirty Dozen" fue filmada después que esta película, también pensé que la cinta de Corman era una suerte de copia. Definitivamente la "copia" es mejor que la original, pero esta película tiene sus momentos y está bastante bien realizada para ser una peli de bajo presupuesto.
- Möbius: Dale una oportunidad. No es un peliculón pero por lo menos resulta ser entretenida.
Saludos a ambos ;)
Curioso que estaba considerando volver a ver "The Dirty Dozen". Roger Corman siempre es algo interesante que ver, así que tal vez ésto valga la pena.
Saludos
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