sábado, 12 de julio de 2014

Aliens: La guerra ha comenzado.

“Aliens” (1986), es un film de ciencia ficción del director James Cameron, el cual está protagonizado por Sigourney Weaver, Carrie Henn, Michael Biehn y Paul Reiser.

Cincuenta y siete años después de que Ellen Ripley (Sigourney Weaver) sobrevivió a su traumática experiencia con una agresiva especie alienígena, su cápsula de escape criogénica es recuperada por un grupo de miembros de la Corporación Weyland-Yutani para la cual trabajaba. Una vez de vuelta en la Tierra, nadie parece creer su historia acerca de los alienígenas que residen en el planeta LV-426. Sin embargo, cuando la Corporación pierde toda comunicación con los residentes de una colonia que se encuentra en dicha locación, deciden enlistar nuevamente a Ripley, quien acompañada por un grupo de marines, un androide llamado Bishop (Lance Henriksen), y un ejecutivo llamado Carter Burke (Paul Reiser), deberá emprender una misión de exploración en la que nuevamente se verá enfrentada a su peor pesadilla, solo que esta vez la amenaza parece ser mucho más letal.

 

Mientras se encontraba completando el proceso de pre-producción de “The Terminator” (1983), el director James Cameron empezó a albergar el deseo de filmar una secuela del film de ciencia ficción y horror “Alien” (1979). Pese a que los ejecutivos de la 20th Century Fox no estaban demasiado entusiasmados con la idea de producir una secuela de la cinta de Ridley Scott, tras leer un borrador de 90 páginas que desarrolló Cameron mientras filmaba “The Terminator”, prometieron financiar el proyecto siempre y cuando la película del implacable androide proveniente del futuro resultara ser un éxito de taquilla, cosa que para alegría de Cameron eventualmente sucedería. Desde las primeras etapas del proyecto, Cameron se negó a repetir la fórmula utilizada por Scott para así poder crear un nuevo universo en torno a la mitología expuesta en “Alien”. Es por esto que el realizador optó por crear una historia inspirada en la Guerra de Vietnam, la cual según su punto de vista era una situación en la cual una fuerza tecnológicamente superior se encontraba combatiendo en un ambiente hostil extranjero. Según el mismo Cameron: “El entrenamiento y la tecnología de los Marines Coloniales que aparecen en el film son inapropiados para la situación, lo cual puede ser visto como una analogía de la incapacidad que exhibió el poder de fuego americano para conquistar a un enemigo invisible en Vietnam; era mucho poder de fuego y muy poca sabiduría, por eso no funcionó.” De la misma forma, Cameron señala que se pueden trazar ciertos paralelos entre los motivos que llevaron a las tropas norteamericanas a movilizarse al Sur de Vietnam, y la razón por la cual la Corporación Weyland-Yutani decide enviar a Ripley y a un grupo de arrogantes soldados a una colonia que aparentemente ha sido diezmada por una letal raza alienígena.

A raíz de lo antes mencionado, “Aliens” bien podría ser considerada como una cinta bélica que se desarrolla en un escenario propio del género de la ciencia ficción; los protagonistas son un grupo de soldados que son enviados a un lugar remoto donde reside una colonia que de pronto ha dejado de comunicarse. A su llegada, descubren que no solo los colonos están muertos, sino que además una horda de violentos nativos alienígenas están listos y dispuestos a destrozar al escuadrón de marines cuyo armamento y preparación es supuestamente superior. El gran mérito del director, es que desarrolla esta simple premisa utilizando una narrativa que parece avanzar a toda velocidad, lo que provoca que el espectador rápidamente se vea envuelto en una cadena de acontecimientos tan impredecibles como inquietantes. Lamentablemente, la evidente preocupación que exhibe Cameron por crear momentos llenos de acción y suspenso, provoca que descuide por completo la construcción de gran parte de los personajes que interactúan a lo largo del film. Es por esto que no resulta extraño que tanto el Cabo Hicks (Michael Biehn), como los soldados Hudson (Bill Paxton) y Velásquez (Jenette Goldstein), quienes dicho sea de paso son los únicos marines que logran dejar una huella patente en la memoria del espectador, se presenten como personajes completamente unidimensionales que corresponden a determinados arquetipos propios de este tipo de relatos. Mientras que Hicks se alza como el único soldado empático e inteligente, Hudson es simplemente un tipo cobarde, y Velásquez es una mujer cuya única característica distintiva es su aparente exceso de testosterona.

 

Por otro lado, en “Aliens” James Cameron realiza una descripción bastante cínica de la sociedad futurista en la que se desenvuelve Ellen Ripley, ya que establece que más allá de los avances tecnológicos que ha alcanzado la humanidad, su prioridad aún sigue siendo el dinero. No solo el grupo de Marines está constantemente quejándose sobre el sueldo que recibirán por emprender la peligrosa misión al planeta LV-426, sino que además el espectador no tarda en enterarse que la principal preocupación de los mandamases de la Corporación Weyland-Yutani no es rescatar a los colonos desaparecidos, sino que lo que ellos realmente desean es capturar a uno de los mortíferos alienígenas para utilizarlo como una verdadera arma biológica. Y es que los alienígenas son retratados como organismos casi perfectos, los cuales poseen una increíble habilidad para matar a los humanos, diversos mecanismos de defensa orgánicos, y un sistema reproductivo parasitario que los sitúa en la cima de la cadena alimenticia. Curiosamente, la naturaleza destructiva tanto de los alienígenas como de la Corporación Weyland-Yutani, genera que ambos no solo evidencien un total desprecio por la raza humana, sino que además ambas entidades tengan como único objetivo sobrevivir y perpetuar su continuo crecimiento a costa de innumerables vidas inocentes.

Como a estas alturas resulta evidente, más allá de la superficie en apariencia simplista que presenta el film, “Aliens” esconde un subtexto realmente rico en matices y simbolismos. Si hay algo que sin duda resulta interesante de “Aliens”, es la forma en como Cameron introduce el tema de la maternidad y la naturaleza dentro de una historia en esencia violenta y pesimista. Mientras que por un lado Ripley se alza como una figura materna y como una representante de la intuición femenina, la Reina alienígena a la cual se enfrenta en el tramo final de la cinta no solo representa a su polo completamente opuesto, sino que además simboliza a la imparable e impredecible fuerza de la naturaleza. Y es que mientras Ripley se presenta como una figura materna cariñosa y protectora con la pequeña Newt (Carrie Henn), quien es la única sobreviviente de la colonia situada en el planeta LV-426. la Reina alienígena simboliza a la maternidad en su versión más destructiva y pesadillesca, la cual obliga a distintos individuos a actuar como las incubadoras de sus crías hasta el momento de su brutal nacimiento. Esta faceta de Ripley, la cual no había sido explorada anteriormente en “Alien”, también es utilizada por el director para contrastar la actitud de la protagonista con la de los marines que la acompañan en su viaje a la colonia del planeta LV-426. Pese a estar física y mentalmente preparados para cualquier escenario de combate, los marines carecen de la intuición y la empatía que exhibe en todo momento Ripley, lo cual les impide dimensionar los alcances de la situación en la que se encuentran inmersos, y automáticamente los sentencia a sufrir un violento final a manos de las determinadas y virtualmente imparables fuerzas alienígenas.

 

Si hay algo que es absolutamente indiscutible, es que en la Ellen Ripley interpretada por Sigourney Weaver, el director James Cameron encontró a la heroína más grande de toda su filmografía. Durante el curso de su carrera, el cineasta se ha preocupado de retratar a personajes femeninos fuertes que son poseedores de una veta evidentemente masculina, lo que a fin de cuentas les permite sobresalir en realidades completamente dominadas por los hombres. Lo que es aún más importante, es que a diferencia de “Alien”, en esta oportunidad Ripley se convierte en un personaje mucho más complejo, lo que permite que el espectador rápidamente empatice con su peculiar situación. El resto del elenco por su parte, interpreta de manera a correcta a sus respectivos personajes, los cuales como ya había mencionado anteriormente lamentablemente están condenados al olvido a causa de su inexorable unidimensionalidad. En cuanto al aspecto técnico de la producción, si bien ni el trabajo de fotografía de Adrian Biddle ni la banda sonora compuesta por James Horner son particularmente memorables, si resulta necesario destacar el diseño de producción de Peter Lamont y la dirección de arte de Terry Ackland-Snow, quienes en conjunto son responsables de la atmósfera claustrofóbica y paranoica que domina a la cinta.

Aun cuando “Aliens” está repleta de momentos que causan sobresaltos y tiene innumerables secuencias de acción, no logra ser igual de aterradora que la cinta original. Esto se debe a que básicamente el film de Cameron elimina gran parte del misterio que se esconde tras las criaturas alienígenas, convirtiendo lo que Ridley Scott retrató como una suerte de letal espectro, en una verdadera horda de alimañas que terminan siendo exterminadas como si fuesen insectos. Todo esto termina dinamitando el impacto que producen gran parte de las criaturas a lo largo del film, con la sola excepción de la imponente Reina alienígena, cuya presentación es uno de los momentos más memorables de todo el metraje. Pese a sus falencias, “Aliens” no solo es una gran secuela, sino que además marcó el advenimiento de las superproducciones de ciencia ficción y acción tanto en el ámbito del cine como en el de la televisión, y generó una serie de imitaciones que incluso en la actualidad se siguen alimentando de su influencia. Esto se debió en gran medida a que James Cameron fue lo suficientemente inteligente como para tomar una historia poseedora de su propia mitología, la cual fue creada para ser exhibida ante un determinado nicho de público, para luego convertirla en un producto bastante más asequible para una audiencia heterogénea dispuesta a sumergirse en una batalla sin cuartel entre una verdadera sobreviviente y su peor pesadilla.



por Fantomas.

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