lunes, 26 de julio de 2010

Knife of Ice: Un giallo que tributa al suspenso clásico.

“Il Coltello di Ghiaccio” (1972), es un giallo del director Umberto Lenzi, el cual está protagonizado por Carroll Baker, Alan Scott y Evelyn Stewart.

Cuando tenía 13 años, Martha Caldwell (Carroll Baker) fue testigo de la brutal muerte de sus padres en un accidente ferroviario, lo que le provocó un fuerte shock que la dejó muda. Ahora instalada con su tío Ralph (George Rigaud) en una casa ubicada en la España rural, cierto día recibe a su prima Jenny (Evelyn Stewart), cuya llegada coincide con una serie de extraños asesinatos que hacen suponer a las autoridades que un maniaco se encuentra escondido en la zona, el cual eventualmente comienza a mostrar un marcado interés por la indefensa Martha.

Como gran parte de los directores italianos de su generación, durante la década del setenta Umberto Lenzi saltaría del péplum y el spaghetti western al popular género del giallo, cuyo alcance comercial comenzaba a sobrepasar las fronteras italianas. “Il Coltello di Ghiaccio” sería el quinto de los ocho giallos que Lenzi rodó durante su carrera, y es probablemente una de las entradas más interesantes de su irregular filmografía. Según el mismo director, el guión de la cinta, el cual escribió en compañía de Luis G. de Blain, estaba inspirado en el film “The Spiral Staircase” (1945), del realizador Robert Siodmak, y también estaba fuertemente influenciada por la película “See No Evil” (1971), de Richard Fleischer. Como en ocasiones anteriores, Lenzi seleccionaría a la actriz Carroll Baker para interpretar el rol protagónico de la atormentada Martha Caldwell, marcando de esta forma la última colaboración entre el director y la actriz. Por otro lado, el resto del elenco estaría conformado por un buen número de rostros habituales del género, como por ejemplo Evelyn Stewart (cuyo verdadero nombre es Ida Galli) y Eduardo Fajardo, entre otros.

Como se menciona anteriormente, la gran protagonista del film es Martha Caldwell, una mujer que a muy temprana edad quedó muda tras ver morir a sus padres en un accidente ferroviario. Pese a llevar años sometida a terapia, Martha ha sido incapaz de superar el trauma que la ha llevado a encerrarse en un mutismo voluntario, por lo que la inminente llegada de su prima Jenny se presenta como todo un reto para ella. Y es que además de tener que ir a buscarla a la estación de trenes del pequeño pueblo donde reside junto a su tío Ralph, Martha no puede evitar sentirse algo intimidada por la extrovertida personalidad de su prima. Con el fin de contrastar las personalidades de ambas mujeres, al principio de la cinta Lenzi inserta una secuencia centrada en una vistosa corrida de toros, la cual es intercalada con las reacciones de Martha y Jenny ante el violento espectáculo que están presenciando. Mientras que la primera se muestra como una muchacha tímida e insegura que aborrece la violencia, su prima es retratada como una mujer segura de sí misma con una evidente inclinación por la violencia.

En lo que podría considerarse como un inesperado golpe de efecto, a tan solo un día de su llegada, Jenny es asesinada brutalmente en el garaje de la casa de Martha, convirtiéndose en el primer eslabón de una cadena de asesinatos que tendrán como víctimas a jóvenes y hermosas mujeres. Aunque en un principio la policía está convencida de que los crímenes han sido cometidos por un maníaco sexual, la aparición de una serie de pistas relacionadas con el mundo de lo esotérico, cambian por completo el curso de la investigación comandada por el Inspector Duran (Franco Fantasia). Y es que según el tío de Martha, quien exhibe un marcado interés por lo esotérico, probablemente el asesino es un seguidor de Satán, el cual está utilizando a las víctimas como parte importante de sus supuestos sacrificios rituales. Con el fin de reforzar esta teoría, Lenzi integra a la historia a un misterioso y esquivo hombre que no solo acostumbra a rondar los terrenos aledaños al cementerio que se encuentra solo a kilómetros del hogar de Martha, sino que además comienza a demostrar un extraño interés por la protagonista.

Como es de esperarse, aquel hombre misterioso no es el único sospechoso de los crímenes. Entre los potenciales responsables de los asesinatos se encuentra el Doctor Laurent (Alan Scott), quien exhibe una evidente atracción hacia la protagonista quien también es su paciente; Marcos (Eduardo Fajardo), el siniestro y lascivo chofer de Martha que parece ocultarle información a la policía; y el mismísimo tío de la muchacha, cuyo conocimiento de las artes esotéricas inevitablemente lo convierte en sospechoso. Lo que distingue a “Il Coltello di Ghiaccio” de la gran mayoría de los giallos filmados a principios de los setenta, es su evidente inclinación por el suspenso más hitchcockiano. Lenzi, quien jamás se caracterizó por ser un director demasiado sutil, en esta ocasión prefirió dejar de lado la violencia gráfica y la desnudez tan propia del llamado thriller a la italiana, para dar paso a una historia marcada por el terror psicológico y la transmutación de lo cotidiano a lo extraordinario, la cual está protagonizada por una mujer cuyo trauma infantil le impide ver el mundo con el mismo prisma de quienes la rodean, alterando por completo su percepción de las cosas.

En lo que a las actuaciones se refiere, el elenco en general realiza un trabajo bastante irregular. En el caso específico de Carroll Baker, si bien logra con éxito proyectar la angustia y el miedo que siente la protagonista durante gran parte del film, lamentablemente la unidimensionalidad de su personaje impide que el espectador empatice del todo con su situación. Dentro del elenco secundario, quizás quien más se destaca es Franco Fantasia, gracias a su sobria interpretación del sagaz Inspector Duran. En cuanto al aspecto técnico de la producción, resulta destacable el trabajo de fotografía de José F. Aguayo, aún cuando este no logra crear una atmósfera de suspenso consistente durante las escenas que transcurren a plena luz del día. Por otro lado, la banda sonora compuesta por Marcello Giombini si bien resulta ser bastante efectiva a la hora de construir una atmósfera ciertamente inquietante, está lejos de ser memorable por lo que una vez terminada la película el espectador no podrá hacer otra cosa que olvidarla.

En gran medida, “Il Coltello di Ghiaccio” pone sobre la mesa la interrogante de si es necesario que un giallo contenga altas dosis de violencia y erotismo para que funcione como tal. Si bien gran parte de los directores que incursionaron en el género no lograron concebir el giallo sin esos elementos, en esta ocasión Lenzi demostró que era perfectamente posible construir un thriller a la italiana sin tener que recurrir a un alto conteo de cadáveres, o a explicitas escenas de sexo. Sin embargo, esto no significa que el film de Lenzi esté exento de errores. Lamentablemente para sus pretensiones, la película adolece de un apartado visual realmente atrayente, presenta una historia sin mayores innovaciones argumentales, y está plagada de personajes en extremo unidimensionales que atentan directamente contra el misterio central de la trama. Más allá de sus falencias, “Il Coltello di Ghiaccio” finalmente se alza como una cinta entretenida, la cual curiosamente perfectamente podría ser considerada como uno de los mejores trabajos del siempre irregular Umberto Lenzi, quien durante su carrera no pudo evitar caer en ciertos excesos cuyo único objetivo era obtener un poco de atención, y así desmarcarse de la sombra de directores italianos consagrados como Mario Bava, Dario Argento y Lucio Fulci.

*Advertencia: El trailer contiene una buena cantidad de spoilers.



por Fantomas.

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