lunes, 2 de enero de 2012

Queen of Blood: Femme Fatale Espacial.

“Queen of Blood” (1966), es un film de ciencia ficción del director Curtis Harrington, el cual está protagonizado por John Saxon, Basil Rathbone, Judi Meredith y Florence Marly.

En el año 1990, llega al planeta Tierra una llamada de auxilio proveniente de una nave alienígena que se ha estrellado en la superficie de Marte. Rápidamente una expedición terrestre es enviada al planeta rojo para buscar a los alienígenas. Eventualmente dan con una única sobreviviente (Florence Marly), pero tras una serie de extraños incidentes los astronautas deberán responder la siguiente pregunta: ¿es ella víctima o victimaria?

Durante la década de los sesenta, Roger Corman, un verdadero especialista a la hora de reducir los costos de sus producciones, comenzó a comprar los derechos de una serie de cintas rusas de ciencia ficción con el fin de extraer algunas escenas y así fabricar nuevas películas. Corman vio una oportunidad en el hecho de que al ser la industria cinematográfica soviética el estandarte de la propaganda política del estado comunista, era común ver temas como la carrera espacial plasmados en los films rusos. Por la misma razón, estos contaban con cuantiosos presupuestos, lo que les permitía incluir efectos especiales de mejor calidad que los que exhibían las producciones hollywoodenses. Esta práctica fue aplicada en “Queen of Blood”, donde se utilizaron escenas de las cintas “Mechte Navstrechu” (1963) y “Nebo Zovyot” (1960). Obviamente, esto ayudó bastante a mejorar el apartado técnico de una producción que contó con un presupuesto de 50.000 dólares, y que fue rodada en tan solo ocho días.

Como ya había mencionado anteriormente, la historia se desarrolla en el año 1990, donde la humanidad según Curtis Harrington, ya ha alcanzado niveles de desarrollo tecnológico y científico impresionantes (esto responde a un error de cálculo común de algunas cintas de ciencia ficción clásicas). Al interior del Instituto de Tecnología Espacial, conducido por el brillante doctor Farraday (Basil Rathbone), han detectado una señal alienígena la cual supuestamente proviene de una nave que transporta unos emisarios de origen desconocido, enviados para hacer contacto con la humanidad. Si bien esta noticia no tarda en ser celebrada a nivel global, pronto Farraday y su equipo de expertos se enteran que la nave extraterrestre ha sufrido un percance que los ha llevado a estrellarse en la superficie de Marte. Es ahí cuando se decide enviar una expedición de rescate, conformada por Laura James (Judi Meredith), Anders Brockman (Robert Boon) y Paul Grant (Dennis Hopper). Tras sufrir algunos desperfectos debidos a una mancha solar, una segunda expedición es enviada, la cual no solo deberá rescatar a sus colegas caídos, sino que también tendrá que descubrir la verdadera naturaleza de los visitantes de otros mundos.

Gran parte de este embrollo interplanetario es expuesto durante la primera mitad del film sin mucha gracia. Además son presentados la mayoría de los protagonistas, así como también el trabajo que estos realizan al interior del Instituto. Al mismo tiempo, a ratos la cinta se centra en los múltiples comunicados que emite el doctor Farraday explicando la situación a la que se ven enfrentados. Es precisamente durante este segmento de la historia donde se puede apreciar la diferencia abismante que existe entre los efectos especiales que Corman tomó prestados del par de películas soviéticas, y el apartado técnico utilizado por Harrington y compañía. Mientras que las habitaciones que conforman el mentado Instituto de Tecnología Espacial con suerte cuentan con un par de equipos "tecnológicos" que presentan unas cuantas luces titilantes para dar la impresión de modernidad, el interior del cohete en el cual viajan los protagonistas presenta unos decorados aún más pobres, lo que le resta credibilidad a una historia que de por sí es bastante inverosímil. Afortunadamente, todo mejora bastante en la segunda mitad del film.

Con la llegada de la única sobreviviente de la nave extraterrestre al cohete terrícola, comienza la parte más interesante y entretenida del film. Florence Marly, quien en un principio no estaba en los planes de Roger Corman debido a que este prefería a una actriz más joven, realiza un estupendo trabajo interpretando a esta alienígena de rasgos vampíricos. Si bien Marly no tiene ningún diálogo en la cinta, gracias a su presencia magnética, la gran expresividad de sus ojos, y el gran trabajo de maquillaje de William Condos, logra imprimirle unas buenas dosis de suspenso a cada una de las escenas en las cuales participa. Para complementar este dejo de misterio que rodea a nuestra antagonista, gran parte de las escenas de violencia ocurren fuera de pantalla, demostrando que la violencia explicita no siempre es necesaria para producir terror. Una vez iniciada toda una secuencia de truculentos sucesos, dominados por una atmósfera claustrofóbica, Harrington nos tiene reservados un par de interesantes (y curiosas) vueltas de tuerca, que le otorgan un encanto especial a la historia.

En general, los diálogos son bastante pobres, por lo que es común que los personajes remarquen obviedades o bien lleguen a las conclusiones más increíbles sin tener ningún tipo de prueba que avale de lo que están diciendo. En el ámbito de las actuaciones, estas van desde lo aceptable hasta lo realmente mediocre. Si bien John Saxon jamás se caracterizó por ser un buen actor, en esta ocasión realiza un trabajo correcto, al igual que un joven Dennis Hopper. Aunque la heroína de turno, Judi Meredith, no realiza un mal trabajo, la química entre ella y Saxon es prácticamente inexistente, lo que se contradice con el hecho de que sus personajes en el film mantienen una relación amorosa. Basil Rathbone por su parte, si bien no realiza un mal trabajo, por momentos no logra evitar que su personaje se convierta en una simple caricatura, lo cual es una muestra del pésimo momento por el cual pasaba su carrera en aquel entonces. Por otro lado, el trabajo de fotografía de Vilis Lapenieks presenta tan solo unos pocos momentos de brillantez, especialmente durante la segunda mitad del film, mientras que la banda sonora compuesta por Ronald Stein resulta ser completamente olvidable.

Si uno logra sobrepasar la primera media hora del film, y no se toman en cuenta algunos de los agujeros que presenta el guión, “Queen of Blood” se convierte en una cinta bastante disfrutable. Afortunadamente, Harrington es lo suficientemente inteligente como para reconocer las falencias de su propia historia, y no la extiende más de la cuenta. Al mismo tiempo, logra conducir con éxito el segmento más interesante del film, pese a que el apartado técnico le jugaba en contra. Aunque es bastante discutible, hay quienes opinan que esta modesta producción casi a un nivel subliminal, pudo haber influenciado a Dan O´Bannon al momento de escribir el guión de “Alien” (1979). Entre ambas películas existen una serie de similitudes, donde la más importante radica en el hecho de que en ambas producciones nos encontramos con un grupo de astronautas que acuden en respuesta a una señal de auxilio, que parece ser emitida por una fuerza alienígena inteligente. Como dato curioso, cabe mencionar que el film cuenta con un cameo de Forrest J. Ackerman, quien era el director de la famosa revista Famous Monster of Filmland. En definitiva, “Queen of Blood” es una producción que logra superar todas sus falencias técnicas para alzarse como un interesante y entretenido producto del reciclaje cinematográfico, por lo que merece ser rescatado del más completo olvido en el que suelen caer muchas cintas de similares características.


por Fantomas.

1 comentario:

vacelyk dijo...

Interesante produccion del siempre reinvidicativo Roger Corman. Y por supuesto excelente critica.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...