sábado, 11 de diciembre de 2010

The Thing: Como realizar un remake de forma correcta.

“The Thing” (1982), es un film de terror y ciencia ficción del director John Carpenter, el cual está protagonizado por Kurt Russell, Wilford Brimley y Keith David.

En la Antártica, los residentes de una aislada base norteamericana encuentran a un perro en la nieve que no es lo que parece; de hecho, es una entidad capaz de imitar a la perfección la apariencia de sus víctimas. Solos, asustados y sin poder huir del lugar, el desafortunado grupo tendrá que batirse con un monstruo cuya identidad desconocen por completo.


A fines de los setenta, el productor David Foster conoció en una fiesta al joven productor Stuart Cohen, quien en ese entonces estaba trabajando en televisión y deseaba ingresar al mundo del cine. Unas pocas semanas después, Cohen le presentó a Foster un proyecto que no fue del agrado de este último. Decidido a trabajar con Foster, Cohen nuevamente contactó al productor para ofrecerle realizar una adaptación de la novela “Who Goes There?”, del escritor John Campbell. Rápidamente, Foster le recordó a Cohen que el productor y director Howard Hawks había adaptado dicha novela en 1951. Sin embargo, para sorpresa de Foster, Hawks había realizado una adaptación bastante libre del relato, ya que tan solo había tomado prestado alrededor del 10% de la historia original. Tras comprarle los derechos del libro a Wilbur Stark, quien había aprovechado la mala situación económica que atravesó la RKO durante la década del cuarenta, para asegurarse los derechos de gran parte de las producciones más icónicas del estudio, Foster se acercó a los ejecutivos de los estudios Universal para sugerirles que contrataran a John Carpenter como director del proyecto. Para Carpenter, esta era su primera colaboración con uno de los grandes estudios, por lo que temía que los ejecutivos no le dejaran desarrollar sus ideas con libertad. Afortunadamente para él, Foster se aseguró de que eso no sucediera.

Bill Lancaster sería el encargado de escribir el guión del film, el cual posteriormente sería intervenido por Carpenter, quien entre otras cosas cambió el final que aparecía en el guión original. Por otro lado, el director reuniría a gran parte del equipo de filmación con el que había trabajado en “Escape From New York” (1981), y contrataría a Rob Bottin, quien había estado involucrado en la creación de los efectos especiales de “The Fog” (1980), para diseñar a las criaturas que amenazarían a los protagonistas de la historia. Bottin se convertiría en uno de los hombres más importantes del equipo de filmación, ya que gran parte de los 15 millones de presupuesto con los que contaba la cinta se invirtieron en la creación de los efectos especiales. Para Bottin, trabajar en esta película significó todo un reto, ya que como los criaturas en las que se centra la trama tiene la capacidad de replicar la forma de cualquier ser vivo, estas debían tener un aspecto único que escapara a todo lo antes visto en el género. Con el objetivo de sacar adelante semejante tarea, Bottin llamaría a Stan Winston, uno de los profesionales más respetados en el campo de los efectos especiales. Según el mismo Bottin, la razón por la cual recurrió a Winston fue porque deseaba que su equipo de trabajo sintiera algo de presión, y porque si tenía que construir otro maldito perro mecánico se iba a volver loco.

La historia de “The Thing” se desarrolla en torno a los doce miembros de una base norteamericana ubicada en la Antártica, los cuales tras tener un extraño encuentro con un par de miembros de una expedición noruega, de improviso se ven enfrentados a una amenaza casi imposible de detectar. Y es que a su base ha llegado un perro que resulta ser una criatura alienígena que puede imitar a la perfección la forma de sus víctimas, ya sean humanos o animales. A raíz de esto, la paranoia no tarda en apoderarse de los miembros de la expedición norteamericana, por lo que el piloto de helicópteros R. J. MacReady (Kurt Russell), se ve obligado a asumir el liderato del cada vez más aterrorizado grupo, y a descubrir cuál de sus compañeros ha sido víctima de la entidad alienígena antes de que sea demasiado tarde. La gran diferencia que existe entre esta producción y la adaptación realizada por el director Christian Nyby en la década del cincuenta, es la importancia que le otorgan los protagonistas a su peculiar visitante. Mientras que en el film original se generaba una pugna entre los soldados que buscaban destruir aquello que ellos consideraban como una amenaza, y los científicos que pensaban que el extraterrestre debía ser protegido debido a que era un descubrimiento sin precedentes, en la cinta de Carpenter todos los involucrados en la historia están convencidos que la criatura que los acecha es una amenaza que debe ser destruida a toda costa, debido que su sola existencia amenaza incluso el destino del resto de la humanidad.

Por otro lado, si bien en ambas cintas existe una atmósfera de paranoia constante, la fuente de dicha atmósfera dista bastante en ambas producciones. Mientras que en el film de Nyby la ambición de los científicos juega un rol clave en la forma en como los protagonistas afrontan el conflicto en el que se ven inmersos, en la cinta de Carpenter es la posibilidad de que uno de los personajes en verdad sea un alienígena lo que siembra la desconfianza y el horror entre los miembros de la expedición norteamericana. A raíz de esta misma diferencia, no resulta extraño que en la versión de 1951 el director se apoye fuertemente en los diálogos para exponer el conflicto central, mientras que en el remake, Carpenter decide utilizar el silencio como el principal generador de suspenso, el cual solo es interrumpido por intermitentes e inesperadas ráfagas de horror visceral. Más allá de las diferencias temáticas que presentan ambas producciones, probablemente una de las diferencias más importantes que exhiben tiene relación con la forma y la naturaleza de la criatura que pone en jaque a los involucrados en ambos relatos. Mientras que en la versión de Nyby el alienígena tiene una forma humanoide, el extraterrestre creado por Rob Bottin no presenta una forma definida, por lo que el espectador solo alcanza a ver una buena cantidad de transformaciones incompletas del monstruo, cada una más repulsiva que la anterior.

En cuanto a los personajes, en su gran mayoría corresponden a representaciones de distintos arquetipos. Mientras que MacReady es el héroe lacónico, el Dr. Blair (Wilford Brimley) es el hombre sabio, y Childs (Keith David) es el tipo rudo, sólo por nombrar algunos. La verdad es que el espectador nunca llega a saber mucho más que sus apellidos y sus roles al interior de la base, y ciertamente jamás llega a conocer nada de su pasado. Aunque la unidimensionalidad de los protagonistas suele ser nombrada como una de las debilidades del film, el hecho de que los personajes en alguna medida resulten familiares, contribuye a que el espectador se identifique más fácilmente con ellos. Por otro lado, en el ámbito de las actuaciones, la totalidad del elenco realiza un estupendo trabajo a la hora de retratar la claustrofobia y el horror que siente cada uno de los personajes involucrados en el relato, al mismo tiempo que juegan con la ambigüedad de sus acciones, lo que permite que los rasgos que los identifican como humanos resulten ser casi imperceptibles. En relación al aspecto técnico de la producción, no solo resulta destacable la minimalista pero efectiva banda sonora del compositor Ennio Morricone, sino que además el pulcro trabajo de fotografía de Dean Cundey, y el espectacular diseño de efectos especiales del ya mencionado Rob Bottin.

¿Es la versión de Carpenter superior al film de Nyby/Hawks? En algunos aspectos sí, pero resulta complejo comparar dos obras que pese a basarse en la misma novela, difieren tanto entre sí. Y es que mientras que en la cinta original se jugaba con la idea de que la ambición del ser humano eventualmente puede causar su propia destrucción, en el film de Carpenter se postula que la incapacidad de trabajar en equipo y la inevitable desconfianza en el prójimo, no hacen otra cosa más que sembrar el caos en cualquier grupo humano. Al mismo tiempo, en ambas producciones existe un evidente intercambio de roles entre los humanos y el alienígena. Mientras que en la versión original la criatura es considerada por los científicos como una herramienta para conseguir la tan ansiada fama mundial, en el remake son los humanos quienes se convierten en un instrumento para el extraterrestre, quien desea a toda costa escapar del frío de la Antártica para así sembrar su semilla por el resto del mundo. Más allá de las comparaciones, “The Thing” no solo evidencia la habilidad de Carpenter como director, sino se caracteriza por ser un film que presenta un guión sólido, un elenco encomiable, un ritmo narrativo dinámico y unos efectos especiales que pese al paso del tiempo, siguen conservando su capacidad de sorprender y aterrar al espectador por partes iguales.



por Fantomas.

2 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Lo mejor de Carpenter, que ya es decir, y una de las mejores películas de terror/ci-fi que se han hecho. Y por supuesto, un remake muy superior en todos los aspectos a su homónima.

Saludos ;)

Sam_Loomis dijo...

Definitivamente, uno de mis filmes favoritos y viene de parte de uno de mis directores favoritos. "The Thing" es un perfecto ejercicio en diferentes aspectos del cine de horror/ciencia ficción. Además de contar con un elenco genial.

Me gusta el título de tu reseña, porque definitivamente es muy apto para el ejemplo de ésta película.

¡Saludos!

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