
Tras recuperarse de un colapso nervioso, Peggy Heller (Judy Geeson) está lista para mudarse con su esposo Robert (Ralph Bates) a un pequeño pueblo rural donde él trabaja como profesor. Sin embargo, la noche anterior a su viaje es atacada por un misterioso hombre manco. Angustiada por lo ocurrido y por el hecho de que nadie cree en sus palabras, Peggy intentará descubrir lo que está sucediendo antes de que sea demasiado tarde.

“Fear in the Night” se centra en la vida de una joven llamada Peggy, quien en pleno proceso de recuperación de una crisis nerviosa, decide contraer matrimonio con Robert Heller, un profesor que trabaja en una exclusiva escuela rural. Poco antes de mudarse al hogar de Robert, la muchacha es atacada sin motivo aparente por un hombre manco, el cual además la empieza a acosar una vez que está instalada en la casa de su marido. Lamentablemente para ella, al no existir pruebas de los ataques y considerando su historial psiquiátrico, tanto la policía como sus cercanos piensan que ella está inventando todo el asunto para llamar la atención. Como si esto fuera poco, Peggy asegura que en la escuela ubicada cerca de su casa, la cual actualmente se encuentra desierta, se escuchan voces de niños y ha visto a una misteriosa figura caminar por los pasillos durante las noches, lo que inevitablemente la ha sumido en una profunda angustia. Asustada por lo que está sucediendo a su alrededor, y consciente de que nadie cree en sus palabras, Peggy tendrá que iniciar una investigación por su cuenta para descubrir que se esconde tras los hechos que están a punto de volverla loca.

En gran medida, lo que permite que “Fear in the Night” funcione de buena manera es la atmósfera que Sangster le imprime al relato. El director no solo invierte una buena cantidad de minutos en establecer que algo extraño sucede al interior del colegio en el que trabaja el marido de la protagonista, sino que además se encarga de retratar la marcada dualidad que caracteriza al cuarteto protagónico de la película, convirtiéndolos en personajes impredecibles que le imprimen un especial dinamismo a la historia. Y es que no solo los cercanos a Peggy actúan de manera sospechosa, sino que incluso la misma protagonista exhibe un comportamiento algo errático durante ciertos pasajes del film. En relación a esto último, el hecho de que el director incluya algunas escenas en las que Peggy visita la consulta de su psiquiatra, en cierta forma ponen sobre el tapete la teoría de que las visiones fantasmagóricas y la nueva vida que tiene la muchacha, no son más que el producto de su perturbada psiquis, la cual la ha llevado a crear un mundo imaginario habitado por personas que resultaron ser relevantes en su pasado.

Lamentablemente para Sangster y para la Hammer, “Fear in the Night” no obtuvo los resultados comerciales esperados. Probablemente esto se debió a que durante la primera mitad de la década del setenta, el público se encontraba deseoso de ver películas que presentaran altas dosis de violencia y erotismo, dejando por completo de lado a aquellas producciones que exhibían un suspenso más clásico, que es precisamente el caso del film de Sangster. Tampoco ayudó mucho que la primera mitad de la película presentara un ritmo narrativo más bien pausado, el cual mejora sustancialmente durante la segunda mitad del relato, y que la participación de Peter Cushing se viera reducida a tan solo un par de escenas. Sin embargo, más allá de sus falencias y sus malos resultados, “Fear in the Night” puede ser considerada como una cinta a lo menos interesante, la cual en parte se alimenta de la cada vez más popular corriente del giallo para conformar un entretenido thriller psicológico, el cual si bien no aporta nada nuevo al género, si logra capturar la atención del espectador hasta su sorprendente y ambiguo final.
* Advertencia: El trailer contiene una serie de spoilers que podrían estropear el visionado de la película.
por Fantomas.
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