
Janet (Jennie Linden) es una joven estudiante que asiste a una escuela privada. Sus noches son perturbadas por horribles sueños en los que ve a su madre, la cual se encuentra recluida en un asilo psiquiátrico. Cuando es expulsada del colegio a causa de sus persistentes pesadillas, Janet regresa a su casa donde lentamente sus sueños comenzarán a guiarla hacia las puertas de la locura.

“Nightmare” se centra en las desventuras y el sufrimiento de una joven llamada Janet, quien se encuentra cursando sus estudios en un internado para señoritas. Si bien durante el día realiza una vida normal, durante las noches es atormentada por pesadillas recurrentes que la sitúan en medio de un hospital psiquiátrico, en el cual se encuentra recluida una mujer que le pide aceptar su frágil estado mental. Debido a esto, Janet termina siendo enviada de vuelta a su hogar en compañía de una de las profesoras del internado llamada Mary Lewis (Brenda Bruce). Es ahí cuando la muchacha recuerda el hecho que desencadenó sus horribles pesadillas; cuando niña, ella presenció cómo su enloquecida madre asesinó a su padre con un afilado cuchillo. Desde aquel entonces, Janet ha debido lidiar con el traumático evento y con la posibilidad de volverse loca como su madre. Aunque tras su retorno a casa la joven evidencia una leve mejoría bajo el cuidado de su amiga y sirvienta, la señora Gibbs (Irene Richmond), eventualmente las visiones de una misteriosa mujer comienzan a empujarla gradualmente a los terrenos de la locura, de los cuales podría no escapar.

Como se menciona anteriormente, durante gran parte de la cinta Francis juega con la idea de que las visiones de Janet, y los hechos que suceden al interior de la mansión de su familia al poco tiempo de su llegada, tienen una explicación sobrenatural. Mediante la utilización de una serie de inquietantes imágenes, el director lograr crear la ilusión de que en la casa de Janet habitan fantasmas cuyo único objetivo es trastornar a los habitantes del inmueble. Al mismo tiempo, el realizador también sugiere que estos supuestos fantasmas, no son más que el producto de la vívida imaginación de la trastornada protagonista. Es precisamente esta dinámica en la que se enfrentan la realidad y la fantasía, uno de los elementos que dotan a la cinta de un encanto especial. Por otro lado, el guión está plagado de giros argumentales, los cuales van desde lo abiertamente predecible hasta lo totalmente inesperado, lo que provoca que la historia de “Nightmare” resulte ser sumamente dinámica. Y es que tras cada nueva revelación se esconde una nueva pregunta, y tras cada oscuro rincón de la siniestra mansión donde se desarrolla el relato, se oculta un peligro que amenaza con destruir la frágil vida de la protagonista.

En gran medida, “Nightmare” no hace más que evidenciar la versatilidad como guionista de Jimmy Sangster, quien estuvo a cargo de gran parte de los guiones de las producciones más memorables del estudio británico, y la habilidad como director del a veces subvalorado Freddie Francis, quien en esta ocasión retrata de forma extraordinaria el aislamiento tanto físico como social que sufre la protagonista, lo que la lleva a aferrarse a una grotesca muñeca y a una pequeña radio portátil, y a identificar a la profesora que la ha acompañado hasta su casa como una verdadera figura materna. Lamentablemente, por ser considerada como una obra menor dentro de la filmografía de los estudios Hammer, “Nightmare” no ha logrado obtener el reconocimiento que se merece. Y es que no solo se trata de una película entretenida cuyo guión es por sobre todo inteligente, sino que además la cinta presenta un apartado técnico realmente destacable, un dinámico ritmo narrativo, y suficientes vueltas de tuerca como para capturar el interés del espectador de principio a fin.
por Fantomas.
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