domingo, 1 de agosto de 2010

Horror of Dracula: Una de las cintas más importantes del cine de terror británico.

“Horror of Dracula” (1958), es un film de terror del director Terence Fisher, el cual está protagonizado por Christopher Lee, Peter Cushing y Michael Gough.

Un joven llamado Jonathan Harker (John Van Eyssen), quien oficia como ayudante del Doctor Van Helsing (Peter Cushing), se traslada al castillo de Drácula (Christopher Lee) con la intención de acabar con el no-muerto. Sin embargo, tras fracasar en su intento, el vampiro comienza a atacar a todos los allegados de Harker, por lo que sólo Van Helsing podrá poner fin a su reinado de terror.

Tras el rotundo éxito de “The Curse of Frankenstein” (1957), los ejecutivos de la modesta productora británica Hammer Films rápidamente pensaron en convertir a Drácula en el protagonista de su próxima incursión en el cine de terror gótico. Lamentablemente para ellos, los derechos de la novela de Bram Stoker aún estaban en poder de los estudios Universal, quienes los habían comprado en los años treinta por tan solo $40.000 dólares. Tras tener numerosas conversaciones con los ejecutivos de la Universal, la Hammer pudo utilizar el material escrito por Bram Stoker a cambio de los derechos de distribución del proyecto en desarrollo. Al poco tiempo después, los productores Michael Carreras y Anthony Hinds dispusieron un calendario de filmación de 25 días, y contrataron prácticamente al mismo equipo técnico que había estado a cargo del rodaje de “The Curse of Frankenstein”. Lamentablemente, debido a que el presupuesto con el que contaba la producción era de tan solo $83.000 libras, gran parte del film tuvo que ser rodado en un pequeño estudio de filmación de Londres, y no en el moderno set de sonido con el que contaba la productora británica. En cierta medida, fueron las carencias económicas las que obligaron al guionista Jimmy Sangster a dejar un poco de lado la historia plasmada en la novela de Stoker, para inspirarse más en la obra de teatro que había servido de base para la adaptación realizada por el director Tod Browning en 1931, bajo el alero de los estudios Universal.

Además de eliminar algunos acontecimientos de la novela tales como el viaje de Drácula a Inglaterra, Sangster prefirió no tomar en cuenta a personajes como Renfield, el lunático comedor de moscas que está bajo el influjo del vampiro, y optó por otorgarle un enfoque distinto al mismísimo Conde, quien a diferencia de aquel que aparece en la adaptación de los estudios Universal, en esta ocasión es un encantador depredador sexual que no es visto ni escalando paredes, ni convirtiéndose en murciélago. De hecho, sus poderes quedan absolutamente en el plano de la suposición, lo que obviamente le otorga un cariz algo etéreo a su naturaleza sobrenatural. Otro de los cambios importantes que realizó Sangster, tiene relación con las motivaciones y la personalidad de Jonathan Harker. A diferencia de la novela, Harker no es retratado como un joven inocente que llega a trabajar al castillo del Conde, sino que es descrito como un temerario cazador de vampiros que busca terminar con la vida de Drácula para siempre. En cierta medida, la inclusión de Harker en la historia funciona no solo para presentar al vampiro como un ser poderoso, que resulta tan aterrorizante como encantador, sino que además son sus actos impulsivos los que sirven como detonante de la trama central. Será tras la torpe incursión de Harker en el castillo de Drácula, que el vampiro decide tomar represalias y atacar a la prometida del cazador de vampiros, la bella Lucy Holmwood (Carol Marsh).

Una vez que se establece la amenaza que significa Drácula para los pobres mortales, entra en escena el Doctor Van Helsing, quien a diferencia de Harker es retratado como un hombre inteligente, decidido y estoico ante la adversidad. El buen Doctor no solo tendrá que averiguar cuál fue el destino de su joven ayudante, sino que además tendrá que hacer todo lo posible por intentar salvar a Lucy Holmwood, quien se ha convertido en el nuevo objeto de deseo de Drácula. Su único aliado en su lucha contra el vampiro será el hermano de Lucy, Arthur Holmwood (Michael Gough), quien pese a su desconfianza inicial, eventualmente se percata del peligro que se cierne sobre su familia cuando evidencia los efectos del influjo del vampiro sobre su hermana. Es así como ambos hombres se embarcan en una carrera contra el tiempo para encontrar la nueva guarida del Conde, antes de que este acabe por completo con la familia Harker. Algo que ha provocado un extenso debate a lo largo de los años, es la escasa participación que tiene Drácula en el film. En cierta medida, esto contribuye a formar un halo de misterio en torno a su figura, la cual gracias a los dichos del mismo Van Helsing adquiere un carácter omnipresente. La simple idea de que el personaje interpretado por Peter Cushing debe enfrentarse a un enemigo invisible y complemente impredecible, le otorga al film una atmósfera de tensión constante, la cual se sostiene incluso en aquellas escenas en las que el Doctor analiza sus propias conclusiones con respecto al mito del vampirismo.

Si la lucha de ingenios que se desarrolla durante prácticamente toda la cinta entre Van Helsing y Drácula resulta ser interesante, la confrontación final entre ambos personajes es sencillamente impactante. Pese a que el guión original contemplaba una escena completamente distinta a la que finalmente se rodó, fue tal la insistencia de Cushing de filmar una secuencia similar a las vistas en las películas de espadachines, que finalmente el director Terence Fisher optó por insertar una vistosa coreografía durante el clímax del film, la cual fue ejecutada por el mismo Cushing, lo que puso nervioso a gran parte del equipo de rodaje de la producción. Por otro lado, resulta evidente que en “Horror of Dracula” el erotismo ocupa un papel central en la trama. Gran parte de las mujeres indefensas que son atacadas por el rapaz vampiro durante el transcurso del relato, parecen disfrutar de manera consciente su inusual conexión con él. Lo que es aún más importante, es que el simple hecho de que Drácula decida imponerse físicamente durante estos seductores ataques no verbales, en cierta medida le otorga un aire sadomasoquista a sus presas nocturnas. Si el Drácula de Christopher Lee representa la erupción del deseo carnal, y la victoria de la lujuria por sobre la razón, entonces el Van Helsing de Peter Cushing encarna el divorcio entre el intelecto y el sentimiento. En efecto, el guión de “Horror of Dracula” presenta una moralidad conservadora, la cual establece que la sexualidad desenfrenada está inexorablemente ligada al mal espiritual, y que la represión sexual está conectada con las fuerzas del bien.

En el ámbito de las actuaciones, la dupla protagónica realiza una labor sencillamente espectacular. Mientras que Christopher Lee logra con éxito otorgarle al mítico Conde un aire distinguido, al mismo tiempo que se muestra amenazante, seductor y siniestro, sin la necesidad de emitir demasiadas palabras, Peter Cushing hace gala de su destreza física y de sus dotes actorales al interpretar a un Van Helsing que no solo resulta ser un hombre brillante, sino que además es decidido y valeroso. Lo que es aún más importante, es que las actuaciones tanto de Lee como de Cushing permiten que se haga evidente el choque de sistemas culturales y sociales que se produce entre Drácula y Van Helsing, el cual en gran medida le otorga una mayor profundidad a la trama. En cuanto al elenco secundario, mientras que Carol Marsh y Melissa Stribling realizan un trabajo bastante correcto, las actuaciones de John Van Eyssen y Michael Gough dejan bastante que desear. Con respecto al aspecto técnico de la producción, esta no solo cuenta con el espléndido trabajo de fotografía de Jack Asher, sino que además con la atmosférica banda sonora del compositor James Bernard, y con el magnífico diseño de producción de Bernard Robinson, quien demostró ser capaz de hacer maravillas con un escaso presupuesto.

Curiosamente, Terence Fisher era uno de los pocos profesionales al interior de la Hammer que estaba completamente convencido de la calidad de “Horror of Dracula”. De hecho, cuando Cushing y Lee asistieron a una proyección del film en Francia, ambos se mostraron temerosos ante la idea de que el público pudiese mofarse del largometraje. Su sorpresa sería mayúscula cuando no solo observaron que el público había quedado gratamente sorprendido con el contenido de la cinta, sino que además asistían en masa para verla. “Horror of Dracula” obtuvo una recaudación mayor que “The Curse of Frankenstein”, y fue la gran responsable de que la productora Hammer comenzara a ser reconocida como una de las factorías de cine de terror más importantes a nivel mundial. Y es que la verdad la cinta de Terence Fisher resultó ser una producción rupturista en más de un sentido, la cual no dejó indiferente absolutamente a nadie. Un ejemplo claro de esto, fue la reseña que en aquel entonces escribió un crítico del periódico Daily Telegraph: “La industria cinematográfica británica tiene una calificación X, la cual no es aplicable a este film. Debiese existir una nueva calificación para la cinta, ´S´ de sádica, o ´D´ de desagradable”. En definitiva, gracias a sus numerosas virtudes, hoy en día “Horror of Dracula” es recordada como una de las mejores cintas de la modesta compañía británica Hammer Films, y como uno de los grandes clásicos del cine de terror de todos los tiempos.

por Fantomas.

4 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Un clásico, sin duda, aunque tenga poco que ver con la novela, como bien comentas.

Mucho mejor que la versión demasiado teatral de Lugosi, aunque lejos de esa maravilla que Coppola dirigiría en los 90.

Saludos ;)

Möbius el Crononauta dijo...

Todo un clásico que no he visto desde que era chico... ¡habrá que recuperarla!

HorrorJeur dijo...

Tuve la oportunidad de verla en pantalla grande en la Filmoteca de Catalunya, y es toda una experiencia...esas composiciones, uso del color, tempo...siguen tan arrebatadoras como el día de su estreno!
Pero, como dices, todo el peso del film parece recaee en el duelo (también interpretativo) Cushing/Helsing-Dracula/Lee...

Salvador Sáinz dijo...

Esta película marcó mi vida. Cuando se estrenó en España yo tenía unos 10 años, iba al colegio y me encontré con el poster de la película que me impactó.
Entonces no la pude ver, tuve que esperar a que la dieran en televisión hacia el verano de 1974 en blanco y negro. Escribí entonces un artículo sobre este tema y apareció publicado en febrero de 1975 en "Vudú" que llevaba el recientemente desaparecido Pierrot.

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