martes, 24 de agosto de 2010

The Gorgon: La muerte tiene forma de mujer.

“The Gorgon” (1964), es un film de terror del director Terence Fisher, el cual está protagonizado por Peter Cushing, Christopher Lee, Barbara Shelley y Richard Pasco.

Durante el último tiempo, en el pequeño pueblo de Vandorf se han cometido una serie de asesinatos cuyas víctimas han aparecido convertidas en piedra. Después de que una muchacha llamada Sascha (Toni Gilpin) aparece muerta de la misma manera, las sospechas recaen en su amante, un artista llamado Bruno Heitz (Jeremy Longhurts), quien termina suicidándose ante las acusaciones de los habitantes del pueblo. Decidido a averiguar la verdad de lo ocurrido, su padre, el Profesor Jules Heitz (Michael Goodliffe), comenzará una investigación que lo llevará a enfrentarse a un enemigo más peligroso de lo que él se imagina.


En el año 1963, los ejecutivos de la productora británica Hammer Films recibieron el borrador de una historia creada por el escritor canadiense John Llewellyn Devine. Dicha historia sentaría las bases del guión de “The Gorgon”, el cual sería escrito por el guionista y director John Gilling. Básicamente, Gilling se encargaría de darle forma al borrador de Devine, y de eliminar gran parte de las ideas poco afortunadas que presentaba el escrito, como por ejemplo aquella que señalaba que ciertos personajes utilizarían máscaras para así evitar mirar directamente a la Gorgona. Lamentablemente para Gilling, su guión sería sometido a una serie de cambios por el productor Anthony Hinds, quien reescribiría gran parte del prólogo del film, cambiando la mayoría de los diálogos presentes en el mismo, lo que según Gilling mancilló uno de sus mejores trabajos como guionista. Para colmo, el proceso de producción del film no estaría exento de inconvenientes. Cuando la actriz Barbara Shelley se reunió con el maquillador Roy Asthon para realizar algunas pruebas de maquillaje, la intención del director era que Shelley interpretara tanto a Carla, la ayudante del Doctor Namaroff (Peter Cushing), como a la temida Gorgona. Con esto en mente, ella sugirió crear una peluca compuesta por algunas serpientes vivas, para así darle una apariencia más realista a la temida figura mitológica. Sin embargo, no solo el productor Anthony Nelson-Keys haría caso omiso a su sugerencia, sino que además le terminaría cediendo el rol de la Gorgona a la actriz Prudence Hyman.

Eventualmente sería el supervisor de efectos especiales, Syd Pearson, quien se encargaría de la difícil tarea de construir la cabeza de la Gorgona, la cual estaría compuesta por doce serpientes de látex unidas mediante una serie de cables, los que supuestamente ayudarían a crear la ilusión de que las serpientes se encontraban en constante movimiento. Curiosamente, la cinta tendría una serie de problemas con los organismos de censura tanto británicos como norteamericanos, debido a dos escenas en particular; una de ellas sería el prólogo, durante el cual Sascha posa semidesnuda para su novio Bruno Heitz, y la otra sería aquella en la que el personaje interpretado por Peter Cushing le remueve el cerebro a uno de los cadáveres que recibe en la morgue. Luego de varias gestiones, los ejecutivos de la Hammer consiguieron que los organismos de censura permitieran la presencia de ambas escenas en el film, lo que evitó que se le realizaran cambios innecesarios a un guión inteligentemente escrito. Por otro lado, “The Gorgon” cumplía con reunir nuevamente al director Terence Fisher con Christopher Lee y Peter Cushing, con quienes había trabajado por última vez en “The Mummy” (1959). Para Fisher, esta producción tenía especial importancia ya que el director aún se encontraba dolido por los malos resultados obtenidos por “The Phantom of the Opera” (1962), cinta la cual lo obligó a desligarse durante un tiempo de la Casa del Martillo. Junto con esto, el director siempre afirmó que era un agrado trabajar con Lee y Cushing, a quienes él consideraba como dos de los mejores profesionales de la industria cinematográfica británica.

La historia de “The Gorgon” comienza en el pueblo de Vandorf, donde una joven llamada Sascha le comenta a su novio Bruno Heitz, un artista con fama de bohemio, que está embarazada. En un acto de impulsividad, él abandona rápidamente su hogar para ir en busca del padre de la joven, para explicarle que está dispuesto a asumir su responsabilidad. Segura de que se provocará un enfrentamiento entre su padre y su novio, la joven sale corriendo detrás de su amado con la intención de detenerlo. Sin embargo, en su camino se encuentra con una extraña figura que termina causando su muerte. Pese a que tanto la policía como el forense y psiquiatra del pueblo, el Doctor Namaroff, están al tanto de que el cadáver de la muchacha se encuentra completamente petrificado, una vez que encuentran el cuerpo de Bruno colgado de un árbol, las autoridades se apresuran a declararlo culpable del asesinato de la joven, veredicto que su padre, el destacado Profesor Jules Heitz, no está dispuesto a aceptar, más aún cuando es sabido que no es el primer asesinato de similares características que ocurre en Vandorf. De hecho, ya son siete los asesinatos sin causa aparente que ocurren en el lugar, razón por la cual el Profesor Heitz postula que el incorrecto accionar de la justicia solo está motivado por el miedo a una fuerza desconocida e increíblemente poderosa, que fácilmente puede acabar con la vida de todos los habitantes del pueblo.

La eventual muerte de Heitz provocará que tanto su hijo Paul (Richard Pasco) como su colega, el Profesor Karl Meister (Christopher Lee), viajen a Vandorf para descubrir a que es lo que tanto le temen los pueblerinos, y que es lo que esconde el poco confiable Doctor Namaroff. Tal y como sucede en gran parte de los films de horror gótico producidos por la Hammer, aquellos que son amenazados por una fuerza incomprensible y desconocida, en este caso los habitantes de Vandorf, prefieren hacer oídos sordos a las súplicas de los inocentes visitantes que buscan acabar con el mal que se cierne sobre ellos, antes que enfrentar a lo que tanto temen. Por otro lado, aun cuando es la Gorgona quien está cometiendo los macabros crímenes, fácilmente se podría argumentar que el verdadero villano del film es el personaje interpretado por Peter Cushing. Y es que no solo miente descaradamente cuando se le pide esclarecer los hechos que llevaron a la muerte tanto a Sascha como al Profesor Heitz, sino que además está dispuesto a cualquier cosa con tal de alejar a Paul Heitz de su ayudante Carla (Barbara Shelley), hacia quien evidentemente se siente atraído. Pero, ¿es posible que el accionar de Namaroff solo esté motivado por un mero ataque de celos? Esa es precisamente la interrogante que tendrá que dilucidar el Profesor Meister antes de que ambos se vean obligados a confrontar a la misteriosa y retorcidamente atractiva Gorgona.

En el ámbito de las actuaciones, el elenco en general realiza un estupendo trabajo. Mientras que Christopher Lee brilla como el sarcástico y heroico Profesor Meisner, quien no solo decide enfrentarse a las autoridades que encubren los asesinatos, sino que además es el único personaje que durante el curso de la investigación se apega a la evidencia, impidiendo que sus sentimientos nublen sus conjeturas, Peter Cushing realiza un trabajo espectacular interpretando a un personaje moralmente cuestionable, el cual está motivado por su egoísmo y por sus pulsiones más básicas, lo que le impide ver las consecuencias de sus actos. En el caso de Richard Pasco, este interpreta de manera correcta a Paul Heitz, un hombre que lamentablemente está marcado por la tragedia y por su propia incapacidad de ver más allá de sus sentimientos. Por último, Barbara Shelley realiza un estupendo trabajo interpretando a una mujer subyugada por el amor enfermizo de Namaroff. En cuanto al aspecto técnico de la producción, esta cuenta con el maravilloso trabajo de fotografía de Michael Reed, con el siempre atractivo diseño de producción de Bernard Robinson, y con la atmosférica pero olvidable banda sonora de James Bernard. Quizás el punto más bajo del film sean los efectos especiales creados por Syd Pearson, los cuales pese a su creatividad en muy pocas ocasiones logran el efecto deseado.

Con el correr de los años, “The Gorgon” se convirtió en uno de los productos más extrañamente subvalorados de la Hammer, básicamente porque como película de terror no funciona de la manera esperada. Utilizando un ritmo narrativo más bien pausado, Terence Fisher narra una historia cargada al suspenso y al melodrama, en la cual una mujer de origen sobrenatural acecha a sus víctimas oculta en la oscuridad de la noche, esperando el mejor momento para atacarlas y quitarles la vida. Y es que hay que recordar que Fisher nunca se describió como un simple director de cine de terror. De hecho, en una entrevista que le concedió a la revista Cinefantastique a principios de los setenta, Fisher expresó tener más interés en las mecánicas del melodrama expuestas en los films de Frank Borzage, que en las mecánicas del suspenso perfeccionadas por realizadores como Alfred Hitchcock. Estas declaraciones estaban ligadas al eterno deseo de Fisher de filmar una historia de amor, cosa la cual en cierta medida logró en “The Gorgon”, aun cuando la veta romántica que presenta la cinta está inexorablemente ligada a la tragedia y al horror. En definitiva, gracias a sus múltiples virtudes y a su marcado trasfondo emocional, “The Gorgon” fácilmente puede ubicarse entre las mejores veinte producciones de la Hammer, lo que la hace merecedora de un reconocimiento mucho mayor del que ostenta hoy en día.




por Fantomas.

3 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Con semejantes pesos pesados de la Hammer, ya vale la pena echarle un vistazo. Apuntada queda :)

Saludos ;)

Möbius el Crononauta dijo...

Ver a una Gorgona y al amigo Lee frente a frente debe ser epatante.

A ver si cae

tokig dijo...

Esta nunca le he podido ver pero le llevo muchas ganas..

Saludos

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