viernes, 20 de agosto de 2010

Vampire Circus: Probablemente la película más violenta de la Hammer.

“Vampire Circus” (1972), es un film de terror del director Robert Young, el cual está protagonizado por Adrienne Corri, Laurence Payne y Thorley Walters.

El malvado Conde Mitterhouse (Robert Tayman) muere a manos de los habitantes del pequeño pueblo de Schettel. Lamentablemente, esto no será más que el inicio de sus problemas. Al mismo tiempo que una epidemia que arrasa toda la región se convierte en la causa de la hostilidad de los pueblos vecinos hacia ellos, al lugar llega un misterioso circo con un espectáculo monstruoso, cuyo objetivo no es otro más que vengar a quien alguna vez sembró el pánico en la pequeña localidad serbia.


Durante la década del setenta, la productora británica Hammer Films se vio obligada a encontrar nuevas fórmulas temáticas para reencantar al público de la época, debido a que sus gustos e intereses se encontraban en plena fase de cambio. Fue en el marco de este proceso de búsqueda, que el 24 de mayo de 1971, Sir James Carreras encontró en su escritorio el borrador de un guión que rápidamente llamó su atención, por lo que procedió a apuntar sus observaciones en un memo dirigido a su hijo Michael. En dicho memo especificaría: “Es muy, muy sangriento. Supongo que a la mayoría del mundo le parecerá bien, pero me aterra pensar lo que sucederá en los Estados Unidos”. El borrador que tanto impactó a Sir James Carreras y que sentaría las bases del film “Vampire Circus”, fue escrito por el guionista George Baxt, quien durante años había mantenido una asociación creativa y comercial con la Hammer. Entusiasmado con el potencial que poseía el borrador de Baxt, Michael Carreras rápidamente contrató a Judson Kinberg para que se hiciera cargo del guión de un proyecto a todas luces innovador para la época. Sir James en cambio, seguía pensando que tal vez estaban yendo demasiado lejos. “Si filmamos la cinta tal y como está escrita, aproximadamente el 50% de las escenas no saldrán de la sala de montaje”, señalaría preocupado Carreras. “¿Qué sucedió con aquellas geniales historias sobre Drácula y sus lacayos que solíamos realizar sin la necesidad de incluir todo este material sangriento?”

El rodaje del film comenzaría durante el verano de 1971, y se realizaría al interior de los Estudios Pinewood. Para otorgarle una mayor cuota de realismo a la producción, la Hammer contrató a grupo de genuinos artistas de circo, algunos de los cuales al ser extranjeros, tuvieron que solicitar permisos especiales en la oficina de inmigración británica para poder participar en la cinta. Por otro lado, si bien el actor Anton Rogers había sido seleccionado para interpretar al Profesor Albert Mueller, este tuvo que abandonar la producción debido a que presentó algunos problemas de salud, por lo que terminó siendo reemplazado por Laurence Payne. En cuanto a la dirección del film, esta recaería en los hombros del novato Robert Young, quien compartía la visión surrealista que el productor Michael Carreras deseaba imprimirle a la historia. Sin embargo, debido a que Young se retrasó bastante con el proceso de rodaje, no pudiendo cumplir con las seis semanas que la productora Rank Organisation le había otorgado a la Hammer para terminar la cinta, un buen número de escenas tuvieron que ser removidas del guión, obligando al director a otorgarle cierta coherencia al film con las pocas piezas que disponía. Para colmo, tal como lo había predicho Sir James, la película tuvo algunos problemas en Norteamérica con los organismos de censura, por lo que algunas escenas tuvieron que ser eliminadas. A raíz de esto cabe preguntarse: ¿Qué es lo que convierte a ´Vampire Circus´ en una de las producciones más peculiares de la Hammer, y por qué causó tanto conmoción al momento de su estreno?

En el prólogo más largo de la filmografía de la Hammer, se explican los acontecimientos que desencadenarán la llegada del particular Circo de la Noche al pueblo de Schettel. En dicha localidad serbia reside el Conde Mitterhaus, quien es un vampiro que durante el último tiempo se ha estado alimentando de la sangre de los habitantes más jóvenes del lugar. En su desesperación por liberar a su esposa Anna (Domini Blythe) del influjo del vampiro, un hombre llamado Albert Mueller reúne a un grupo de habitantes del pueblo, con los cuales lograr ingresar al castillo del Conde y terminar con su reinado de terror. Sin embargo, poco antes de morir, Mitterhaus maldice a los habitantes de Schettel, afirmando que a través de la sangre de sus descendientes, él regresará a la vida y acabará con todos los responsables de su caída. Quince años después de dicho acontecimiento, el pueblo se ve diezmado por una peste de origen desconocido, lo que coincide con la llegada del Circo de la Noche al lugar, el cual está conformado por un grupo de engendros los cuales son comandados por una misteriosa gitana (Adrienne Corri). No pasará mucho tiempo antes de que los integrantes del circo se revelen como el instrumento de la sangrienta venganza del Conde, por lo que Albert Mueller nuevamente tendrá reunir a un grupo de hombres capaces de enfrentar la amenaza que se cierne sobre ellos, antes de que sea demasiado tarde.

La violenta y perturbadora historia de “Vampire Circus” en gran medida vino a romper por completo con la fórmula utilizada previamente por los creativos de la Hammer. Y es que solo durante el prólogo del film, el Conde Mitterhaus no contento con saciar su deseo sexual con Anna, le pide a esta que le consiga a un par de niñas para aplacar sus pulsiones más oscuras. Lo que quizás resulta más interesante, es que los habitantes del pueblo desean destruir al vampiro no por los crímenes que ha cometido, sino porque su figura amenaza con destruir el modelo patriarcal que se ha instaurado en las familias de Schettel. De hecho, la razón principal por la que Albert Mueller decide reunir a una turba furibunda para ingresar al castillo del Conde, es para acabar con la humillación a la que su mujer lo ha sometido al convertirse en la amante del temido aristócrata. Bajo este prisma, el posterior castigo colectivo que recibe Anna Mueller a manos de su esposo y sus colaboradores, puede ser entendido como un acto ritualístico y sexual que busca no solo castigar a la mujer por su infidelidad, sino que además pretende reclamar la autoridad moral y sexual de los jefes de familia del pueblo. Irónicamente, la obsesión de los habitantes de Schettel con el modelo patriarcal reinante será el causante de su miseria. Es por este motivo que aquellos personajes que logran alterar sus dinámicas familiares, son los que eventualmente logran sobrevivir al brutal ataque de los vampiros.

En cuanto al significado de la figura del Conde Mitterhaus, este representa la caída de la autoridad aristocrática, la cual suele estar presente en los relatos clásicos concernientes al vampirismo. Será el exceso de confianza en la supuesta inmunidad de su título nobiliario y en su naturaleza vampírica, lo que eventualmente provoca la muerte del Conde a manos de una comunidad bien educada en temas sobrenaturales. Quizás es por este motivo que los integrantes del Circo de la Noche han decido utilizar un particular método para asegurar su supervivencia. Básicamente, los vampiros y los humanos que forman parte de la compañía circense, se comportan como una peculiar familia disfuncional que sobrevive gracias al trabajo en equipo. Y es que mientras todos los integrantes del circo trabajan para obtener suficiente dinero como para alimentar a los artistas humanos, estos últimos se preocupan de alimentar y proteger a los vampiros que se esconden entre sus filas. Curiosamente, esta rígida interdependencia finalmente se convierte en la mayor debilidad de los villanos de turno, la cual termina siendo aprovechada por líderes del cada vez más aterrado pueblo de Schettel. Más allá de su trasfondo temático, el guión de Judson Kinberg presenta una serie de conceptos interesantes y relativamente innovadores, como por ejemplo el hecho de que exista un espejo mágico cuya función es abrir un portal hacia la cripta en la cual se encuentra enterrado el Conde Mitterhaus, o que Emil (Anthony Higgins), uno de los vampiros pertenecientes al circo, tenga la capacidad de convertirse en una pantera.

En el ámbito de las actuaciones, el elenco en general realiza una labor correcta, destacándose las interpretaciones del carismático Laurence Payne y de Robert Tayman, quien pese a que por momentos cae en la sobreactuación, logra construir un villano realmente aterrador y repulsivo. En cuanto al aspecto técnico de la producción, resulta destacable el trabajo de fotografía de Moray Grant, la efectiva pero olvidable banda sonora del compositor David Whitaker, y los ingeniosos pero a veces rústicos efectos especiales de Les Bowie. Evidentemente, los problemas experimentados por Robert Young al momento de filmar la cinta repercuten en el aspecto narrativo de la misma, el cual no es del todo satisfactorio. Mientras que en la primera mitad se establece de manera impecable el escenario y el trasfondo temático de la historia, durante la segunda mitad la producción exhibe una narrativa prácticamente circular que no parece llegar a ninguna parte. Sin embargo, de forma paradójica esta suerte de caos narrativo termina otorgándole a la cinta un cariz surrealista, que aparece como una curiosa virtud de uno de los productos más peculiares de la filmografía de la Hammer. Más allá de sus elementos controversiales, como por ejemplo la presencia de un vampiro pedófilo o la inclusión de un infanticidio dentro de la trama, “Vampire Circus” es una interesante muestra del deseo de experimentación que los creativos de la Hammer exhibieron durante la década del setenta, la cual posee un rico subtexto concerniente al tema de las relaciones humanas y a la labor de los individuos dentro de una sociedad claramente fragmentada por la mala distribución del poder.



por Fantomas.

4 comentarios:

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Creo que la Hammer hizo sus peores en la década de los 70 (salvo honrosas excepciones). Ésta, no obstante, no la conocía.

Saludos ;)

Crowley dijo...

Pues sí, tu título es totalmente acertado. De hecho, no parece una peli de la Hammer y tiene momentos de auténtico delirio.
Estoy disfrutando de lo lindo con este repaso tuyo a la Hammer.
Un saludo

john mcclane dijo...

- Pliskeen: Es precisamente por la noción de la que Hammer hizo sus peores trabajos en los setenta (lo que no deja de ser verdad) es que muchas películas han sido dejadas de lado pensando que no merecen la pena. "Vampire Circus" es precisamente una de ellas.

- Crowley: Si, la temática y la cantidad de sexo y violencia que presenta esta película la separan bastante de las pelis clásicas de la Hammer. Me alegro que te esté gustando el especial al cual le quedan 4 reseñas de películas y dos artículos biográficos.

Gracias a ambos por los comentarios,
Saludos ;)

DiegOrlok dijo...

Ante todo felicitaciones por el blog. Hace tiempo que estoy leyendo cosas muy interesantes y excelentes reseñas críticas (Como la de "El Beso del Vampiro", por ejemplo).
Respecto de esta película, para mi fue un espectacular descubrimiento ya que no tenía idea de ella y se convirtió en una de mis favoritas. Tal vez unos FX mejores habrían sido la culminación, pero igualmente esto no es tan importante sino la cantidad y calidad de ideas que en la película se desarrolan y esas excelentes escenas desbordadas de hemoglobina.

Un saludo.

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